martes, 8 de abril de 2014

NO DEJES QUE MUERA




“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.” Isaías 41:10
La desesperanza es el componente de la depresión, es la visión negativa acerca del futuro que pasa por una serie de etapas como el desánimo, confusión, incredulidad, desilusión, amargura y el escepticismo.
Según un psicólogo las personas desesperanzadas creen que: 1) nada saldrá bien para ellos, 2) ellos nunca serán exitosos en lo que intentan hacer, 3) que sus metas importantes nunca las podrán obtener, y que 4) sus peores problemas nunca se resolverán. (Mikulic, 1999)
Cuenta una historia que dos ratoncitos cayeron, al mismo tiempo, en dos vasijas que contenían leche. El primer ratoncito pensaba: “No podré salir de este cacharro, porque las paredes son muy lisas, ya he escuchado anteriormente acerca de muertes como esta. No podré respirar en la leche, voy a ahogarme, estoy perdido.” Y, ante esto que pensaba dejó de intentar hacer algo para salir de la vasija y en efecto, se ahogó y murió.
El segundo ratoncito tampoco sabía qué hacer; pero al contrario del primero, él pensaba que debía haber algo que pudiera hacer para salir de la vasija: “posiblemente mi situación pueda ser diferente a la de otros que no han podido salir de estas situaciones”. Entonces el ratoncito trató de hacer algo y se agitó en todos sentidos. Como se estaba moviendo continuamente, batió la leche con tanto vigor que ésta se transformó en mantequilla. El ratoncito entonces se sentó sobre la mantequilla y pudo respirar libremente.
Se podría decir que el primer ratoncito perdió la esperanza de salir con vida, se concentró más en sus limitaciones que en lo que podía hacer, tuvo pensamientos negativos y,  finalmente, se dejó ganar por el pesimismo.
En cambio el segundo ratón, usó las limitaciones para hacer algo para salir con vida, no perdió la esperanza, no se dejó llevar por el desánimo y sobrevivió.
Probablemente te encuentres en medio de un problema que ha consumido tu esperanza y que te está llenando de sentimientos negativos acerca de tu futuro, recuerda que es importante que pongas la esperanza en lo que Dios hará y no en lo que tú crees que pueda pasar. Si estás siendo prisionero de la desesperanza hoy Dios te hace una invitación para que regreses a Él y te dice en Zacarías 9:12 “¡Regresen al refugio, ustedes, prisioneros, que todavía tienen esperanza! Hoy mismo prometo que les daré dos bendiciones por cada dificultad.”
No dejes que la esperanza muera en ti, lucha por mantenerla viva con las promesas que Dios nos da.

 

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