lunes, 29 de febrero de 2016

Derramando tu alma

 
En 1 de Samuel vemos que Ana, una mujer piadosa, que sufría porque no podía concebir un hijo. Cuando subió a casa de Jehová, con amargura de alma y llanto abundante oró, y dio voto diciendo: “Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.”
El sumo sacerdote Elí, creyó que Ana estaba ebria al observarla mientras ella oraba al Señor delante del tabernáculo en Silo. Cuando él descubrió su verdadera ansiedad, pues  derramaba su alma delante de Jehová por tener un niño, la bendijo.
Ana, entonces, no volvió a estar triste, lo cual fue una evidencia de que tuvo confianza en que Dios había escuchado su oración, y que la respondería; así fue, ella después concibió a Samuel, profeta y juez de Dios.
Existen muchas peticiones que tenemos, necesidades no suplidas que nos angustian y desmotivan, pero en vez de lamentarnos y tener la cabeza agachada podemos optar por tener la actitud de Ana: Orar fervientemente, con el corazón, no una oración aprendida o con palabras rebuscadas sino con humildad y sencillez, dispuestos a aceptar la respuesta de Dios.
Por supuesto que no todo lo que pedimos está en la voluntad de Dios y por lo tanto,  habrá respuesta negativa; pero si oramos de corazón seremos dirigidos a lo que es ventajoso y mucho mejor para nosotros, incluso si fuera un “no” de parte del Señor tendremos paz y no nos angustiaremos.
Ana sentía profundo dolor por no tener un hijo y tú, ¿por qué estas angustiado? Derrama tu alma en oración, confía y tendrás paz.
¡Tu oración será escuchada!
 
Soraida Fuentes
      CVCLAVOZ

domingo, 28 de febrero de 2016

Jesús llora cuando lloras

 
“Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.” Juan 11:33 (RVR1960)
Este versículo muestra que Jesús no es inmune al dolor de sus hijos. Cuando Jesús llegó a Betania su amigo Lázaro ya estaba muerto. Lo habían enterrado cuatro días antes. Y cuando la hermana del difunto salió al encuentro de Jesús se postró delante de Él. “Jesús entonces, al verla llorar, se estremeció en espíritu y se conmovió”
Jesús sabía que levantaría a Lázaro de entre los muertos; sin embargo, Él lloró junto con María y los demás.  Así es el Señor, llora con todos aquellos que lloran, con cada madre o padre que derrama lágrimas en las noches por su hijo pródigo o su hija rebelde. Llora con cada pecador que se arrepiente, con cada hijo (a) que tiene el corazón dolido.
Si en este momento estás atravesando momentos difíciles en tu vida y hay un dolor profundo en tu corazón, quiero que sepas que no estás solo ni sola en esto, Jesús, nuestro Rey de reyes y Señor de señores está contigo y no te abandonará. Su presencia, el Espíritu Santo, está ahí para consolarte y fortalecerte. 
La Biblia nos dice que: “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” Romanos 12:15. No podemos pensar que Jesús podía hacer menos de lo que nos manda hacer. ¡Qué maravilloso es saber que Jesús llora con nosotros en todos nuestros dolores!
Tenemos un Dios lleno de amor que no nos abandona en ningún momento. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”. Mateo 5:5 

 Diego Jora
     CVCLAVOZ

viernes, 26 de febrero de 2016

¿Por qué dudas?

 
Al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos al otro lado del lago”. Así que dejaron a las multitudes y partieron. Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraron en la barca, la cual empezó a llenarse de agua. Jesús estaba dormido en la parte posterior, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron diciendo: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”, gritaron.
Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: “¡Silencio! ¡Cálmense!”. De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma. Luego él les preguntó: “¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?”.
Los discípulos estaban completamente aterrados, “¿Quién es este hombre? -se preguntaban unos a otros – que ¡hasta el viento y las olas lo obedecen! (Marcos 4:35-41)
Esta porción de la Palabra nos deja dos enseñanzas:
– La primera, es que Jesús les dijo: “Crucemos al otro lado del lago”, no dijo “Crucen”. Cuando enfrentes un momento difícil, recuerda que nuestro Señor siempre estará contigo, que en ningún momento te dejará y que su gracia te protegerá en cualquier lugar.
– La segunda, es que a pesar de que veas que tus circunstancias siguen iguales o que empeoran, no dudes del poder de nuestro Salvador porque una palabra suya es suficiente para cambiar tu realidad. Incluso, si en algún momento no llegas a sentir su presencia, no pierdas la calma ni la fe, porque el momento exacto extenderá sus brazos y te ayudará, no permitirá que nada malo te pase porque tu confianza está puesta en Él.
Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: “No temas, yo te ayudo.” Isaías 41:13 
Este día vuelve a poner tu mirada en Jesús y no te sueltes de su mano, deja de ver a tu alrededor y confía solamente en Él porque a su lado estás seguro y a salvo.  

Brisna Bustamante
        CVCLAVOZ

jueves, 25 de febrero de 2016

Decídete

 
David Livingstone nació en Escocia el 19 de marzo de 1813 y murió al sur de África el 1 de mayo de 1873. Estudió medicina y con el tiempo, se convirtió en un misionero británico; es también considerado como una de las mayores figuras de la historia de la exploración. Durante sus viajes realizó estudios astronómicos, reestableció la cartografía africana e hizo informes de botánica, geología y zoología. También se distinguió por su lucha contra la esclavitud. Por todo ello, en Gran Bretaña fue considerado un héroe nacional.
Aunque todos esos elogios llegaron con el paso del tiempo, en un punto de su vida tuvo que tomar una decisión muy importante: obedecer o rechazar el llamado de Dios. 
Al terminar sus estudios pensó en abrir un consultorio privado con otros compañeros de carrera, ganar su propio dinero, contraer matrimonio, vivir una vida de tranquilidad asistiendo a los servicios dominicales y servir en su iglesia en los ratos libres.
Pero todo cambiaría rotundamente en su vida cuando Dios comenzó a llamarlo para ser misionero. 
Normalmente el llamamiento divino suele golpear fuertemente con prejuicios, conceptos, egos, ideas, estudios, filosofías, costumbres y, sobre todo, con la rutina cómoda a la que uno puede estar acostumbrado. Casi no puedo imaginar la fuerza que tuvo que tener el recién egresado Dr. Livingston para renunciar a ese brillante futuro en la medicina y mudarse a un lugar de pobreza en el continente africano.
El llamado de Dios siempre trae una crisis personal porque demanda un cambio, uno no puede quedarse estático si quiere caminar dentro de su voluntad. La obediencia puede costarnos renunciar a nosotros mismos y requiere una dependencia total.
Cambio y acción, son las palabras que definen la promesa escrita en la biblia para todos aquellos que quieran ser seguidores de Jesús: “Después les dijo a todos: Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame.” Lucas 9:23 versión Dios Habla Hoy 
El Dr. David Livingstone dijo antes de morir: “Lejos sea de mi considerar jamás la comisión del Rey de Reyes un sacrificio, en tanto que otros hombre estiman como un honor el servicio a gobiernos terrenos. Yo soy un misionero de corazón y alma. Dios mismo tuvo un único Hijo, y Él fue misionero y médico. Yo soy una imitación pobre, muy pobre, o quisiera serlo, pero en este servicio espero vivir. Aquí prefiero vivir. Todavía lo prefiero a las riquezas de la vida fácil. Esa es mi elección.” 
Con el tiempo uno logra descubrir que la obediencia es un boleto para tener un encuentro personal con Dios como nunca antes y que vale la pena el sacrificio. Si aún no ha puesto todo bajo el Señorío de Cristo, es momento que decida negarse a sí mismo, cargar su cruz y seguirlo.

Héctor Colque
    CVCLAVOZ

miércoles, 24 de febrero de 2016

Una verdadera unidad

 
Jesús, antes de ser arrestado, oró pidiéndole al Padre por la unidad de todos. Esto no era algo del otro mundo, pues si nos ponemos a pensar  y reflexionar, si supiéramos que pronto vamos a morir, ¿Cuál sería nuestra última oración? Supongo que sería la misma, que nuestra familia quede en paz y unida. Jesús pidió eso.
“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.” Juan 17:21-22 (RVR-1960)
Es admirable cómo se van formando varios grupos de personas que se unen con propósitos; aunque a veces, lamentablemente, no utilizan esa unidad para cosas buenas y lo hacen sólo para lograr un interés particular y, una vez conseguido, se alejan.
Una de las cosas que Dios quiere a través de esta oración es que podamos unirnos de verdad  a nuestro prójimo, nuestros hermanos, con un mismo propósito: el de llevar esa palabra de amor a otros.
Tal vez has estado trabajando y luchando por tu lado, si bien es bueno tener esa relación íntima y personal con Dios, también es bueno buscarlo en unidad con tu familia, amigos, congregación, personas con las que puedas unirte con una misma motivación.
Todos somos diferentes pero Dios quiere que el amor que Él nos dio y nos enseñó nos una mucho más.
Deja de andar solo por el camino, Dios desea que, con un mismo propósito y corazón, camines unido a tus hermanos, que nos amemos y tengamos un mismo sentir, el de vivir por Él y para Él. El propósito es lo que nos mantendrá unidos.

Telma Céspedes
    CVCLAVOZ

lunes, 22 de febrero de 2016

Tu fe es importante

 
“Para Dios no hay nada imposible.” Lucas 1:37 (DHH)
Dios es especialista en hacer lo imposible, lo único que Él exige para actuar en nuestras vidas es una fe sincera y que esté depositada en Él.
En Marcos 10:52 vemos como el ciego de Jericó fue sanado; Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado.” Lucas 7:50 habla de una mujer que llegó hasta el Maestro y  con lágrimas regó sus pies y los secó con sus cabellos;  a ella Jesús se dirigió con las siguientes palabras: “Tu fe te ha salvado, ve en paz.” En Mateo 9:22, leemos de una mujer que tocó el manto de  Jesús y después de ser sanada, la Biblia dice: “Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado”.
En estos tres casos Jesús  afirma que es por la fe de ellos que fueron sanados. Esa debe ser nuestra confianza y seguridad, que Cristo está dispuesto a salvarnos sea cual sea la situación que estemos pasando. Muchas veces nos desesperamos y perdemos la fe ante una situación difícil, un problema grave o una prueba, lo que no debería ser así.  
Aprendamos del ciego, de la mujer con flujo de sangre y de la mujer pecadora que no dudaron de la misericordia y el poder de Jesús. Cada uno de ellos tenía fe y con esa confianza se acercaron a Él.
Lo cierto es que, si no tienes fe es imposible que Dios haga algo por ti. Sólo tu fe hará que Dios obre a tu favor.  ¿Y cómo o qué hago para tener fe? La Biblia dice que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:17
Te animo a que cierres tus ojos un momento y le pidas a Dios que te fortalezca, llene de fe y quite toda incredulidad de tu vida.
 “Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?” Jeremías 32:27 (NVI)
Ten fe y milagros comenzarán a acontecer a tu alrededor porque todo es posible al que cree.
“Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.” Hebreos 4:16 (DHH)

Diego Jora
      CVCLAVOZ

sábado, 20 de febrero de 2016

Un poco es suficiente

 
Escuché una conversación en el transporte público de dos varones, se trataba del error que cometen los propietarios de movilidades al no llevar a reparar sus vehículos  cuando tienen un pequeño problema mecánico,  porque a la larga hay piezas que se van dañando y terminan gastando más dinero en su arreglo. Esta charla se inició porque una motocicleta que pasaba desprendía mucho humo del escape. Al final dijeron: “esa motocicleta está llegando a su ruina total”.
Suele suceder que tal imprudencia ocurre en nuestras vidas, ya que dejamos pasar pequeños problemas que a la larga se tornan en grandes desastres; como en nuestros hábitos, malas relaciones interpersonales, descuido de la relación con Dios, mal manejo de finanzas, etc.
Gálatas 5:9 menciona que: “Un poco de levadura leuda toda la masa.” Notemos que para el proceso de fermentación se necesita “un poco” de levadura, así mismo una vida se corrompe con un poco de pecado. Como la amargura nace en la mayoría de los casos de un evento pequeño o grande sin resolver, en dónde la persona se ha sentido ofendida por otra. El odio surge de la falta de perdón y resentimiento.
Un poco es suficiente para que broten malos deseos, pensamientos y acciones. Marcos 14:38 dice: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”  El Espíritu de Dios siempre está dispuesto a fortalecernos y ayudarnos en cada área; y a la vez es importante que evitemos situaciones que alimenten o den cabida a caer en pecado.
Dios quiere que seamos espirituales y sabios, estando atentos a toda cosa que podría afectar de mala manera nuestra vida.
¡Estemos siempre atentos!


Soraida Fuentes
     CVCLAVOZ

viernes, 19 de febrero de 2016

Obediencia vs. Sacrificios

 
Cierto día Samuel le dijo a Saúl: -Fue el Señor quien me dijo que te ungiera como rey de su pueblo, Israel. Ahora escucha lo que Él ha declarado: “He decidido ajustar cuentas con la nación de Amalec por oponerse a Israel cuando salió de Egipto. Ve ahora y destruye por completo a toda la nación”.
Saúl cumplió la orden pero le perdonó la vida a Agag, el rey de los amalecitas y se quedó con lo mejor del ganado, con todo lo que le atrajo. Sólo destruyeron lo que no tenía valor y era de mala calidad.
El Señor le dijo a Samuel: “Lamento haber hecho rey a Saúl, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato”. Al oír esto, Samuel se conmovió mucho y decidió ir a buscar a Saúl al día siguiente.
Cuando lo encontró, Saúl lo saludó con alegría y le dijo: -Llevé a cabo el mandato del Señor.
-Entonces, ¿qué es todo ese gemido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? -le preguntó Samuel.
-Es cierto que los soldados dejaron con vida a lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado -admitió Saúl-, pero van a sacrificarlos al Señor, tu Dios. Todo lo demás, lo destruimos.
Dios te envió con una misión y te dijo: -Ve y destruye por completo a los amalecitas, hasta que todos estén muertos. ¿Por qué no obedeciste? ¿Por qué te apuraste a tomar lo que no era tuyo y a hacer lo que es malo? ¿Qué es lo que más le agrada a Dios: tus ofrendas quemadas y sacrificios o que obedezcas su voz? –dijo Samuel.
¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros. La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey. (1 Samuel 15:1-23)
Conociendo el final de ésta historia, sería bueno que hoy nos hagamos dos preguntas:
-¿A qué o a quién me estoy aferrando tanto que me está apartando de Dios?
-¿Estoy agradando al Señor con mi manera de vivir o sólo estoy velando por mis propios intereses?
No es difícil deshacernos de cosas que ya no nos sirven o que dejaron de interesarnos, pero ¿qué de todo aquello que atrae nuestra atención, que aun sabiendo que no es bueno lo seguimos haciendo o de aquellas amistades que continuamos frecuentando, sabiendo que no son una buena influencia para nosotros y que nos presionan a comportarnos contrariamente a los valores y principios que Dios nos manda en su Palabra? Es un buen momento para analizar si queremos seguir viviendo de esta manera o empezar una nueva etapa pidiéndole a Dios fortaleza, determinación y dominio propio para renunciar a todo lo que nos está apartando de Él e impidiendo hacer su voluntad.
Entonces me llamarán, pero no responderé; me buscarán de mañana, pero no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría y no escogieron el temor de Jehová, sino que rechazaron mi consejo y menospreciaron todas mis reprensiones. Proverbios 1:28-30 (RVR-1995)
Debemos estar conscientes de que la obediencia a medias es desobediencia y que de esa manera jamás podremos tener paz en nuestro corazón ni ser felices porque a Dios no lo podemos engañar, Él es Omnisciente y Omnipresente. Es mejor cumplir fielmente lo que nos instruye para que podamos gozar de su bendición, provisión y protección cada día.

Brisna Bustamante
      CVCLAVOZ

jueves, 18 de febrero de 2016

¿Qué actitud tienes frente a la Palabra de Dios?

 
Y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.
Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.” Nehemías 8:1-3
El pueblo de Dios había regresado de las naciones donde se encontraban en esclavitud y lo primero que deseaban hacer era reunirse es escuchar la palabra de Dios. Pidieron que el libro fuera leído desde que amaneció. No es que estaban escuchando recién la ley de Dios, ellos ya la conocían, pero no la valoraron y sufrieron las consecuencias de sus decisiones.
Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.
Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.” Nehemías 8:8-9
Los líderes de la congregación explicaban la palabra de Dios de tal manera que las personas podían entender, pero también consolaban al pueblo ya que ellos lloraban mientras escuchaban la palabra de Dios. ¿Alguna vez se ha quebrantado tu corazón al escuchar la palabra de Dios? ¿Cuándo fue la última vez que estabas con ansias de escuchar lo que Dios quería decirte ese día?
Muchos cristianos conocen la Palabra pero no la valoran, y esto se puede observar cuando en lugar de estar atento a la enseñanza, uno se fija el reloj esperando que ésta acabe, o  prefieren no hacer caso cuando se trata de obedecer o corregir su camino.
La pregunta que deseo hacerte ahora es ¿Cuál es tu actitud frente a la palabra de Dios? Demostramos que amamos la palabra cuando deseamos escucharla y obedecerla, pedimos que se nos lea, estamos atentos a ella e invertimos tiempo en aprender ¿Tienes deseos de escuchar a Dios? ¿Cuánto tiempo dedicas a la lectura de la Biblia? Si te has descuidado, pídele ahora mismo perdón a Dios por no valorar sus palabras y también ayuda para que vuelvas a encenderte.
¡Si tu hermano tiene este problema, no lo critiques, ayúdalo, lo más seguro es que su amor por Dios se esté apagando!

Shirley Chambi
    CVCLAVOZ

miércoles, 17 de febrero de 2016

Preciosa Misericordia

 
Si tan solo tuviéramos la humildad para reconocer que la misericordia de Dios es la que nos sostiene día a día, las cosas serían muy diferentes.
Cuando oramos, a veces nos dedicamos a pedir y pedir  e inclusive llegamos a exigirle cosas a Dios,  pensando que es su deber  darnos lo que pedimos, olvidando que de no ser por  su misericordia muchos incluso deberíamos estar muertos.
Una historia cuenta que una madre solicitó a Napoleón el perdón de su hijo. El emperador dijo que era el segundo delito que cometía el hombre y que la justicia exigía su ejecución. 

     - "No pido justicia", dijo la madre, "pido misericordia". 
     - "Pero señora", respondió el emperador, "no merece misericordia alguna". 
    - "Su excelencia", prosiguió la madre, "si se la mereciera, no sería misericordia, y misericordia es todo lo que le pido". 
     - "Muy bien", dijo el emperador, "tendré misericordia".Y así se salvó la vida de su hijo.
Con nosotros sucede lo mismo, no merecíamos el perdón de Dios, pero Él en su misericordia envió a su único Hijo para que muriera por nosotros. Asimismo nos da un día más de vida para que podamos ver sus maravillas, es por su gracia que tenemos qué vestir, qué comer y gozamos de su protección y cuidado.
Inclusive, es por su misericordia que Dios nos prueba y nos da la fortaleza para salir adelante. Sí,  hasta en los tiempos difíciles vemos la mano de Dios. Una vez que pasa la tormenta, cuando ya tenemos una visión más clara de las cosas, podemos ver que Su misericordia nunca nos abandonó.
“¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas”. Salmos 36:7

Te invito a hacer un alto en tu vida, rememorar las bondades de Dios y a  alabarle porque su misericordia es infinita.

Ana María Frege Issa
       CVCLAVOZ

martes, 16 de febrero de 2016

Ser elegido no es fácil

 
Tal vez tenemos una idea equivocada de lo que es ser elegido por Dios, pues creemos que el hecho de que Él haya puesto su mirada en nosotros para cumplir una misión significa que todo lo que viene por delante será mucho más fácil, pero es todo lo contrario; significa que todo el camino estará lleno de retos, pruebas y tormentas porque fuiste escogido para poder lograr muchas cosas.
Es muy cierto lo que se dice que lo que más nos cuesta es lo que más valoramos porque es algo que en realidad vale la pena.
Dios no te escogió para sufrir o pasar malos momentos, si no para por ver su gloria de cerca y ser testigo de grandes milagros; pero eso no será fácil, no será un camino tranquilo y corto por andar. Será muy difícil, pero ten en cuenta que haber ser elegido por Dios es el mayor privilegio por más dificultades que presente.
Tal vez fuiste elegido para ser la luz en tu hogar y  el canal para que tu familia conozca a Cristo, pero sólo te estás conformando con saber que fuiste elegido y crees que por fe esto va a pasar; sin embargo, debes actuar sin cansancio para ser esa luz, debes orar sin cesar para que ellos puedan abrir su corazón. Posiblemente te cueste lágrimas, dolor, etc., no será fácil pero tu gozo debe mantenerse al saber que tu eres el elegido para pasar por eso y quien tendrá el privilegio de ver ese milagro y esos sueños que tienes hechos realidad.
“porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” Hebreos 10:36 (RVR-1960)
Recuerda que no será fácil por el hecho de ser el elegido, pero tú has todo lo que esté a tu alcance y Dios hará lo que no puedas.
 
Telma Céspedes
     CVCLAVOZ

lunes, 15 de febrero de 2016

La más buscada

 
Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura.” Proverbios 1:2-4
La palabra sabiduría en la Biblia significa "la capacidad para usar el conocimiento correctamente" Hoy en día cuánto conocimiento está al alcance de nuestras manos, la tecnología ha ayudado mucho a la expansión de material que antes no era tan accesible; sin embargo, así también la sabiduría está siendo confundida, pues ¿de qué nos sirve tener conocimiento si no sabemos aplicarlo? Y la sabiduría viene del temor (reverencia) de Jehová y de la Palabra de Dios.
Algunas decisiones personales y familiares se toman a veces precipitadamente, o con imprudencia, y con el tiempo traen consecuencias desastrosas. Es por eso que en esos momentos críticos donde debemos tomar decisiones necesitamos la sabiduría que sólo Dios puede dar. Y esa es la razón por la cual es bueno tener la Biblia a mano y acostumbrarse a leerla, para poder encontrar en ella lo que desea saber sobre una determinada situación.
Un estudio bíblico dice acerca de la primera porción de Proverbios: “…esta obra expone grandes verdades, expresadas en oraciones breves. Y son verdades eminentemente prácticas, asuntos y temas de nuestra vida diaria, y que pueden enriquecer nuestra relación con Dios, nos enseñan a vivir con una conciencia tranquila, nos explican cómo ser sabios y prudentes en las decisiones importantes de la vida, y nos explican cómo vivir en armonía con nuestra familia y con nuestros amigos. En realidad, casi podríamos decir que estos proverbios son como un espejo que nos revela directamente y con sencillez, cómo somos en realidad, a la vez que nos advierten sobre las consecuencias de la insensatez y el orgullo. En otras palabras, nos ayudan a cumplir el propósito de Dios en nuestro andar por esta tierra.”
Que no nos pase lo que los versículos 28 al 32 de Proverbios 1 advierten: “Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder”
¿Necesitas sabiduría? Recurre a Dios, reconócelo como el Señor de tu vida, y explota el libro de Proverbios y todos los demás libros que tenemos a disposición en la Biblia.

Soraida Fuentes
     CVCLAVOZ

domingo, 14 de febrero de 2016

Descansa y confía en Él

 
“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado”. Marcos 4:35
Parecía un día normal cuando Jesús y sus discípulos entraron en la barca para pasar al otro lado del lago. Todo indicaba que el viaje emprendido sería tranquilo, en paz y armonía;  pero de repente se desata una tempestad de viento en el lago, donde la vida de los discípulos peligraba, corría riesgo. En su desesperación ellos buscaron a Jesús, quién descansaba en ese momento.  
Creo que todos los que hemos recibido a Jesús en nuestro corazón,  y lo tenemos presente en nuestras vidas, estamos en un viaje con Él. Posiblemente tu viaje se encuentra en una situación de desesperación, al igual que el de los discípulos, donde las tormentas de la vida quieren destruir tus esperanzas y fe.
Sea cual sea tu situación o por lo que estés pasando, te ánimo y aliento a que te quedes tranquilo y en reposo al igual que Jesús.  Él descansó en medio de la tormenta porque sabía que Su Padre no lo abandonaría, sabía que en sus manos estaría seguro y que no sucedería nada que no estuviera en la voluntad de su Padre. ¡Qué importante es creer y confiar!, ¿verdad? No tomes la actitud de los discípulos, quienes teniendo a Jesús a lado de ellos se desesperaron frente a una tempestad.
No olvides que en este viaje estás bien acompañado (a), que el Señor mismo es el que va delante de ti y que nunca te dejará ni te desamparará. No temas ni te desesperes frente a esa situación. ¿Acaso hay algo imposible para Dios? Definitivamente nada es imposible para Él.
“Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” Isaías 50:15
“Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe…” Salmo 37:7 (NTV)
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7
Pasarás al otro lado de ese problema porque Jesús te lo prometió. Les dijo: “Pasemos al otro lado” Sólo tienes que depositar toda tu confianza en el Señor en oración y súplica. Dios cuidará de ti mientras tú descansas en Él.

 
Diego Jora
    CVCLAVOZ

sábado, 13 de febrero de 2016

¿En quién está puesta tu esperanza?

 
A menudo esperamos que nuestras oraciones sean contestadas inmediatamente y cuando esto no ocurre, nos sentimos defraudados, olvidando que todo en el tiempo de Dios es perfecto y que Él desea que con paciencia y perseverancia esperemos el cumplimiento de sus planes y propósitos en nuestra vida.
Juan 5:1-20 narra que había una multitud de enfermos: ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua de un estanque llamado en hebreo Betesda, que significa “Casa de Gracia”, porque un ángel descendía de tiempo en tiempo y la agitaba; cuando esto sucedía, el primero que entraba al mismo, quedaba completamente sano.
Allí se encontraba un paralítico que por treinta y ocho años padecía ésta enfermedad. Jesús al verlo acostado, supo que llevaba mucho tiempo así, entonces le preguntó:
-¿Quieres ser sano?
-Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. Al instante aquel hombre fue sanado, tomó su lecho y anduvo.
Al igual que ese hombre enfermo, puede ser que hayas presenciado muchos milagros alrededor tuyo y te preguntas: ¿Cuándo obtendré lo que anhelo?, ¿Será que Dios se ha olvidado de mí? Ese hombre no tenía a nadie, año tras año veía como otras personas se sanaban, en cambio él parecía destinado a pasar el resto de su vida imposibilitado de caminar. Pero apareció Jesús y sus palabras agitaron lo profundo de su corazón, le fue devuelta la esperanza y tuvo fe. Jesús con autoridad le dijo: “Levántate, toma tu lecho y anda” y fue completamente sano. 

Hoy, lo mismo puede suceder contigo, solo tienes que ser sincero con nuestro Señor Jesús y decirle específicamente lo que necesitas que haga por ti, Él está dispuesto a cambiar tu historia, no necesitas a nadie más.
Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!
Salmo 27:14 (NVI)
No importa el tiempo que haya pasado, ni tampoco la gravedad de tu circunstancia; hoy puedes encontrarte con el mismo Jesús que sanó al paralítico en Betesda y recibir tu milagro. No renuncies a tus sueños, no te enojes, no dudes, más al contrario ten fe y  sigue confiando en nuestro Señor.
 
 Brisna Bustamante
      CVCLAVOZ

jueves, 11 de febrero de 2016

Levanta tu mirada

 
Cuentan que cierto capitán notó que su hijo, que había subido a un mástil, estaba perdiendo el equilibrio a punto de caer porque tenía la vista dirigida hacia abajo, fija en las olas. En seguida, el padre tomó un megáfono y gritando a más no poder dijo:
     - ¡Mira arriba!.Y levantando la mirada hacia el cielo, donde todo era calma, cesó el vértigo del joven y pudo bajar sano y salvo.
En muchas oportunidades los problemas y las diferentes circunstancias pueden hacer que nos sintamos como el muchacho de la historia, quien estaba aturdido, mar
eado, ya a punto de caer por mantener la vista en las olas.
Cuando atravesamos momentos de crisis debemos dirigir nuestra mirada hacia el cielo y dejar de enfocarnos en las circunstancias, fijando la vista en Aquel que tiene el control de ellas.
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada. Desde ahora y para siempre”. Salmos 121: 1-8 (RVR 1960)
¿De dónde viene tu socorro? ¿A quién miras cuando estás en medio de los problemas?
Recuerda siempre mirar hacia arriba, fijar tu vista en Dios, para quien no hay nada imposible y es el autor de  la paz que sobre pasa todo entendimiento.
¡Arriba! Enfoca tu mirada Dios, para él no hay nada imposible.

Ana María Frege Issa
       CVCLAVOZ

martes, 9 de febrero de 2016

Trabajando la Fe

 
Cuando estamos pasando por momentos difíciles es muy fácil para nosotros acercarnos a Dios y es que sabemos que Él siempre está ahí para nosotros, para oírnos, para responder, para ayudarnos, consolarnos, etc. 
Siempre que necesitamos algo, cuando nos vemos debilitados y que no podemos dar un paso más, es ahí cuando buscamos a Dios y más allá del hecho de saber que en los desiertos que nos toca atravesar en esta carrera de la vida es difícil mantener la fe,  al parecer es mucho más difícil tenerla en los momentos alegres y tranquilos. 
Aunque parezca algo contradictorio, es una gran verdad, cuando hemos logrado salir de alguna prueba o problema, lo primero que hacemos es disfrutar de la victoria, compartir la alegría con los demás, etc. pero nos hemos olvidado buscar más de Dios, acercarnos a Él. 
Nuestra fe no va creciendo durante la prueba, ésta debe ir haciéndose más grande a través de la oración, de la lectura de su Palabra, de los momentos íntimos que pasemos con Dios y el momento de la prueba o la tormenta es donde haremos efectiva la misma, es en ese momento que la fe que fuimos fortaleciendo hará que salgamos airosos porque será más grande que el problema. 
Es hora de evaluarnos y de ocuparnos de hacer crecer nuestra fe. Si ya pasaste la prueba, ¿estás ocupándote en hacerla crecer para la siguiente batalla? 
Dios nos dice en su Palabra.” ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Lucas 18:7-8 (RVR-1960) 
Hoy te invito a fortalecer tu fe, sea un momento malo o bueno, busca de Dios en todo tiempo, pues no se puede poner en práctica la fe que no  hemos cultivado y fortalecido antes. 
Telma Céspedes
    CVCLAVOZ

lunes, 8 de febrero de 2016

No es a tu manera

 
Un grupo de jóvenes se propuso jugar fútbol en la cancha del colegio donde estudiaron cuando eran adolescentes. La portera viéndolos ingresar, a distancia, empezó gritar e insultarlos para que se fueran. Todos se encontraban molestos y con ganas de ganar la discusión, hasta que uno de los jóvenes tomó el balón y se acercó a la portera, sus amigos pensaron que él tomaría el mando para pelear por su derecho, pero el joven de manera tranquila y respetuosa le dijo: “le pido disculpas por no pedir permiso, éramos estudiantes del colegio y solamente queríamos jugar, si desea podemos retirarnos. La portera, sorprendida por la actitud del joven le dio la autorización para seguir jugando y se disculpó por confundirlos con personas extrañas. 
La palabra de Dios menciona que: La blanda respuesta quita la ira” (Prov. 15:1) y es en momentos de tensión donde resulta difícil aplicar esta palabra. Usualmente reaccionamos como los jóvenes y queremos “poner en su lugar” a quién nos ha ofendido, pero la realidad es que el resultado fue favorable por uno que actuó sabiamente, y no dominado por sus impulsos. 
Es necesario que él crezca, pero que yo mengue. Juan 3:30 
La mayor parte del tiempo queremos solucionar los conflictos a nuestro modo, sin embargo, esta actitud debería cambiar cuando conocemos a Jesús. Una persona cristiana debe actuar como enseña la Palabra de Dios y “menguar” es decir, disminuir a sí mismo para dar lugar al carácter de Cristo. Entender que si yo no menguo, Jesucristo no va a crecer en mí y por tanto, no podrá obrar en mi vida. 
Pablo dijo unas palabras que deberíamos repetir cada vez que tenemos que enfrentar una situación de tensión o cuando debemos resolver un conflicto: “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí (Gál. 2:20) Pero qué difícil nos resulta decir “yo muero a lo que soy” cuando nos toca dar la otra mejilla, cuando debemos amar a nuestros enemigos, cuando tenemos que dejar el orgullo a un lado para pedir perdón o perdonar, cuando debemos sujetarnos u obedecer, cuando debemos servir a todos, aunque sepamos que nos pueden traicionar. 
El “dejar de ser yo” para que Él crezca depende de mí y esta decisión la debo tomar todos los días. Si entiendo que como creyente de Jesús tengo que vivir de acuerdo a su voluntad, entonces mi vida tomará otro rumbo, ¡empezaré a cambiar y seré diferente porque ya no seré yo! ¿Y sabes que es lo mejor? ¡Los resultados serán favorables porque no será a mi manera, si no, a la manera de Dios! 
 Shirley Chambi
   CVCLAVOZ