jueves, 31 de marzo de 2022

CONSTRUYAMOS NUEVOS PENSAMIENTOS

 

CONSTRUYAMOS NUEVOS PENSAMIENTOS

Debemos aprender a modificar nuestros pensamientos. Ya que como cristianos nuestra mente ha sido renovada.Eso quiere decir que todo pensamiento que nos aleja de Dios y de nuestro gozo en la vida que Dios nos ha regalado, tenemos que aprender a llevar esos pensamientos presos, debemos ser lo suficiente maduros para saber como aislarlos de nuestra mente.Si a tu mente vienen pensamientos de derrota, de ira, de contiendas, de celos, de suicidio, y cosas como esas, es tu deber aprender a rechazar esos pensamientos. A declarar con tu boca que ya tu has conocido a Dios por medio de su Hijo Jesucristo y que ahora tu vida esta construida sobre La Roca.A su vez, debemos construir nuevos pensamientos. Aprender a pensar en paz, pensar positivamente, pensar sin afán, con tranquilidad, en victoria.Pablo Román Caballero


miércoles, 30 de marzo de 2022

Universidad del fracaso

 


Universidad del fracaso

Una experiencia que tuve en la universidad, junto con la forma que reaccioné a ella, es típica de lo que muchos estudiantes enfrentan.

El primer día de mi primer año en la universidad, el profesor entró a la clase de historia de las civilizaciones y con energía, dijo: «La mitad de ustedes no aprobará esta clase».

¿Cuál fue mi primera reacción? ¡Miedo! Hasta entonces, nunca había tenido un fracaso en mis estudios. Y no quería empezar ahora, de manera que la primera pregunta que me hice fue: «¿Qué querrá el profesor?»

La universidad se transformó en un juego que yo quería ganar.

Recuerdo que una vez memoricé ochenta y tres fechas para un examen porque mi profesor creía que si se podían citar fechas era porque la materia se dominaba. Conseguí una A en ese examen, pero tres días más tarde, había olvidado toda la información.

Me las arreglé para evitar el fracaso que temía, pero en realidad no logré nada.

¿Qué es un fracaso?

Cuando era niño, yo creía que era un porcentaje. Menos de sesenta y nueve significaba fracaso. Setenta para arriba significaba éxito. Ese pensamiento no me ayudó.

El fracaso no es un porcentaje ni un examen. No es un hecho aislado. Es un proceso.

No estaba preparado para el fracaso.

Cuando me gradué de la universidad, lo hice entre el cinco por ciento mejor de la clase. Pero eso no quería decir nada.

Había jugado con éxito el juego de la escuela y había absorbido un montón de información. Pero no estaba preparado para lo que me esperaba más adelante.

La vida tiene altos y bajos. Y las dos cosas son la mejor Universidad de la Vida. Esta Universidad nos prepara para el Éxito y para el Fracaso.
Lo importante es no perder ninguna lección y aplicarla de manera práctica en la vida.

Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad.
Proverbios 18:12

Los planes bien pensados: ¡pura ganancia !Los planes apresurados: ¡puro fracaso!
Proverbios 21:5

martes, 29 de marzo de 2022

Sin culpa

Sin culpa

“Pues las ofrendas y los sacrificios que ofrecen los sacerdotes no pueden limpiar la conciencia de las personas que los traen.” Hebreos 9.9

 Hiriendo a los demás

He hecho estupideces en mi vida, cosas que han herido a los demás y a mi mismo. Estos errores, equivocaciones, pecados, o como quieras llamarlos, a menudo pesaban mucho en mi conciencia.

Para la mayoría de la gente hay una o dos cosas, o mas, que aunque necesariamente no se piensa a diario sobre los incidentes, cuando vienen a la mente, pesan mucho en la mente. Porque estos eventos tomaron lugar en el pasado, no hay nada que se pueda hacer para deshacer lo que pasó.

¿Qué recurso nos queda?

Entonces con qué recurso nos quedamos? Vamos y rogamos por perdón a aquellos que herimos?  Cambiamos nuestro estilo de vida para tratar de compensar? Encontramos a alguien que nos ayude a olvidar o adormecer esa memoria?

Este versículo esta haciendo referencia al sistema de sacrificio en el Viejo Testamento, y las maneras de recibir el perdón anual para la gente de Israel. El problema con este sistema es que aunque a través del mismo la gente conseguía perdón, en un sentido legal, ellos nos tendrían la capacidad de seguir adelante con una conciencia limpia. Sin importar qué tantos regalos y sacrificios hubiesen traído, sin importar cuanto pagaron, sin importar qué tan lejos estuviesen dispuestos a ir, ellos no podían conseguir una conciencia limpia.

Ahogando la culpa

Esto me suena a mucha gente que conozco, gente que ha hecho cosas muy hirientes y terribles. Y ahora, hacen todo lo que pueden para tratar de compensar por eso.

Hacen las cosas “buenas” y dan de su tiempo y dinero. Tal vez hacen ejercicios para despejarse la mente, esperando que el correr o hacer yoga les ayude.

Muchos de ellos lo intentan y ahogan esta culpa con drogas, alcohol, relaciones, comida o cosas. Pero aparte del perdón de Jesucristo, ellos no podrán encontrar lo que están buscando, una conciencia limpia.

¿Cómo está tu conciencia?

¿Cómo esta tu conciencia hoy? Estas siendo atormentado por tu pasado y los errores que has cometido? Tratas de compensar los errores de tu pasado con cosas en el presente?

Hoy, lleva tu pesada conciencia a Jesús y deja que El levante el peso de la carga de tu pasado. Deja que El te libre de la culpa para que puedas verte a ti mismo sin culpa.

Robert & Rebecca Vander Meer


lunes, 28 de marzo de 2022

Siendo reinventados

 


Siendo reinventados

 Todos los días tenemos infinidad de oportunidades para aprovechar un nuevo comienzo.

Generalmente los nuevos comienzos se inician cuando alguna otra cosa termina.


“Y otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, que subió y creció: y llevó uno á treinta, y otro á sesenta, y otro á ciento”. Marcos 4:8

Nuevos caminos

“Para abrir nuevos caminos, hay que inventar; experimentar; crecer, correr riesgos, romper las reglas, equivocarse… y divertirse”.
Mary Lou Cook

“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos sino en tener nuevos ojos”.
Marcel Proust

Cada día un nuevo comienzo

Cada día es una oportunidad para cerrar la puerta al pasado y experimentar un nuevo comienzo. Aún el hecho de que Dios dividió los días en segmentos de 24 horas es una evidencia de que nosotros necesitamos comenzar vez tras vez de manera regular. Siempre hay un nuevo día, un nuevo mes y un año nuevo. Pero el fin es que nosotros podamos hacer un buen uso de estos nuevos comienzos, nosotros debemos precisamente decidir eso.
Parcela Cristiana

Algo nuevo


“He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo”. Isaías 43:19


“Abriré ríos en las alturas desoladas, y manantiales en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales”. Isaías 41:18

Cada transición

  Cada cambio en la vida, suave, brusco o inesperado podría ser una invitación de la vida  a la reinvención. Dios siempre nos estará desairando a la reinvención, porque Él hace nuevas todas las cosas.

  Serafín Contreras Galeano habla del ¿Por Qué? y ¿Para Qué? a los 72 años . él su esposa se mudaron el 20 de Julio 2019 de Panamá a la Ciudad de Charlotte, Carolina Del Norte.

 Dale clic acá abajo para ir directo al video con Serafín Contreras Galeano y el tema: “Siendo Reinventados”:–

domingo, 27 de marzo de 2022

Cuatro pasos para reinventarnos

 


Cuatro pasos para reinventarnos

Cuando mi amigo emigró a los Estados Unidos, tomó la decisión simple, pero transcendental, de traducir su nombre. En su país de origen era de apellido Molinos, aquí decidió ser Mills. “Me reinventé completamente.”

Reinventándonos

Esa noción de hacer cambios simples que tienen la capacidad de reinventarnos es un proceso muy pertinente, sobre todo cuando iniciamos un nuevo ciclo. Y es que en cierta forma todos necesitamos, periódicamente, empezar de nuevo.

Ya sea en nuestra vida profesional o laboral, en nuestra vida familiar o relacional, o en nuestra vida personal, muchos de nosotros hemos estado contemplando reinventar un área de nuestras vidas.

¿Por qué reinventarnos?

Reinventar es sinónimo de cambio. Cambiamos por varias razones. Hay razones internas, como cuando hemos quemado una etapa, hemos llegado a cierta edad, hemos tenido una experiencia espiritual, o hemos desarrollado un cambio paradigmático en nuestra vida.

Las razones externas tienen que ver con cambios en nuestro medio ambiente, ya sean la situación familiar, o relacional, y las condiciones sociales, laborales, o económicas. Llegamos a un punto donde sabemos que no podemos continuar más de la misma manera. Es decir, que queremos aprender de nuestra experiencia.

No podemos seguir haciendo las cosas igual que antes y esperar un resultado diferente.

¿Cómo reinventarnos?

Primero, tenemos que hacer menos. Esto es paradójico, pero cierto.  Mientras más cosas tengamos por hacer, menos tiempo dedicamos a la reflexión y al análisis de qué debe cambiar.

La carrera frenética de hacerlo todo, diluye nuestra efectividad y aniquila nuestra creatividad. El destino inevitable de esta hiperactividad es el burnout. Personas altamente efectivas, por el contrario, se enfocan singularmente en dos cosas
• Sus áreas fuertes donde son competentes
• Las áreas que mayor resultado rinden.

Muchos planes para el menú

Me contaba un amigo que al empezar su cafetería, tenía muchos planes para su menú.  Sin embargo, a pesar de lo sabroso y único de ciertos platos, no le rendían lo suficiente para mantenerlos en el menú.  Tuvo que enfocarse en lo que más le rendía y eliminar elementos exóticos del menú.  Su pragmatismo y enfoque en su área de fortaleza se ha traducido en un gran éxito.

¿Cuáles son tus áreas de fortaleza?

¿Cuántas actividades interesantes tienes que enfatizan tu lado débil?

Limpiando el escritorio

Esto es igual que limpiar el escritorio. Nos vamos a encontrar con muchas actividades cuyo único propósito es ocupar espacio. Esas actividades y esfuerzos que no tienen que ver con nuestras áreas de fortaleza o competencia, deben ser eliminadas.

La carrera frenética de hacerlo todo, diluye nuestra efectividad y aniquila nuestra creatividad.

Visión clara

Segundo, debemos tener una visión clara de dónde queremos ir.  Si nos interesa dejar un legado y aportar algo importante, nos urge pensar claramente cómo vamos a integrar nuestras habilidades con nuestros valores e intereses.

Esto empieza con una visión de nuestra vida.  ¿Dónde quieres estar en 5, 10 años?  Yo he logrado lo que me propuse cuando tenía una familia joven. En esta nueva etapa, me toca desarrollar una visión clara de mi rumbo en los años que vienen.

Inventario personal

Tercero, debemos hacer un inventario de las destrezas, habilidades y experiencias que tenemos para lograr nuestra próxima meta. Reinventarnos no requiere necesariamente dejarlo todo atrás y empezar de cero.

Al contrario, es entender que nuestra experiencia tiene un valor y que en la nueva etapa podemos usar las destrezas que hemos adquirido en nuestro camino. Ahora en la nueva etapa podemos darle un nuevo propósito a esas experiencias y destrezas.

Perspicacia de futuro

A veces esto surge de una perspicacia acerca del futuro. Es decir que discernimos las tendencias en nuestra área de competencia y hacemos cambios que impactan como hacemos las cosas.

Por ejemplo, en su competencia con Blockbuster, Netflix decidió alquilar películas física y digitalmente, en vez de tener un lugar físico donde la gente iba a buscar videos para ver. Ahora que están produciendo su propio contenido, Netflix está reinventando el concepto mismo de la televisión.

Reinventar nuestra situación, nuestro negocio, nuestro futuro involucra eso.  Requiere entender cómo funciona algo, cambiar la forma de hacerlo, y en el proceso, la forma en que otros hacen las cosas.

Renunciando a las excusas

Cuarto, debemos de parar las excusas. Rodrigo tenía mil formas de esquivar su pasividad. Decía que no era el tiempo adecuado, y luego que el tiempo se había pasado. Después predecía que no le iba a ir bien y que le iban a rechazar. Pero cuando por fin dejó las excusas y actuó a pesar del miedo, empezó a tomar clases de noche, hizo una pasantía en las noche y fines de semanas y por fin obtuvo su certificación de paramédico.

Su compasión natural por las personas y su habilidad de mantener la calma en medio de crisis, hicieron de él un paramédico nato en su ciudad. Se reinventó de un corredor de seguros detrás de un escritorio, para hacer lo que realmente le apasionaba. El mejor tiempo para ese cambio es ahora.

¿Qué excusa o qué miedo te está deteniendo a ti?

Fuente:
Dr. Marcel Ponton
Neuro Psicólogo.

viernes, 25 de marzo de 2022

El me librará y no caeré.


 

El me librará y no caeré.

Él me librará y no caeré porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice el Señor.

Jeremías 39:18.

 Considerad el poder

Considerad el poder protector de la fe en Dios. Los poderosos de Jerusalén perecieron al filo de la espada; mas el pobre Ebed-Melec estaba seguro porque confiaba en Dios.

¿En quién debe confiar el hombre mejor que en su Creador?
Somos insensatos cuando preferimos la criatura y no al Creador.

 Librados de todo peligro

¡Ojalá en todas las cosas pudiéramos vivir de la fe!
A buen seguro seríamos librados siempre de todo peligro.
Nadie creyó jamás, ni creerá en vano en el Señor.

Dice el Señor: «Ciertamente te libraré».
Notemos la seguridad con que habla.
Por muchas cosas inciertas que haya en la vida, el cuidado que Dios tiene con los suyos es cierto.

Protector de sus hijos

Él es el protector de sus hijos.

Bajo las alas divinas hay seguridad aun cuando nos cerque toda clase de peligros. ¿Podemos aceptar como cierta esta promesa?

Si así es, veremos cómo se cumple en todas nuestras necesidades presentes. Esperamos vernos libres porque tenemos amigos, o porque somos prudentes, o porque vislumbramos grandes esperanzas; pero ninguna de estas cosas vale la mitad de lo que vale esta declaración de Dios: «porque tuviste confianza en mi».

Estar seguros

Querido lector, entra en este camino y persevera en él toda tu vida.

Es tan grato como seguro.
Hoy veré la fortaleza de Dios rodeándome con grandeza.
Señor, Gracias por estar a mi lado y demostrar tu poder y tu gracia con gran fuerza. Amén.

Charles Spurgeon.
Libro De Cheques Del Banco de La Fe.

jueves, 24 de marzo de 2022

Mi milagro

 


Mi milagro

Hace 4 años, estando a la mar con el servicio de Guardacostas, nos topamos con oleaje de 7 metros y, bueno…  para hacerles la historia corta, esa fue la tormenta que me lesionó la espalda.  Me sometí a cirugía en diciembre de 2008: 2 pernos y 6 tornillos.

Estuve en el hospital por 5 días aprendiendo a caminar de nuevo; 5 pasos hacia adelante, 5 hacia atrás y luego dormir por 24 horas.  Al día siguiente, 3 metros hacia adelante, 3 metros hacia atrás, luego dormir…

Programado para volver

Finalmente, para fines de abril caminaba 8 Km . de corrido sin problemas.  Sin dolor alguno y en franco recobro, estaba programado para volver a mi barco en agosto de 2009.

El cirujano me mandó a montar bicicleta para fortalecerme.  Dos días después, el sábado 2 de mayo, mientras montaba mi bicicleta fui arrollado por un camión Dodge que se dio a la fuga.  Primero me hallé en el suelo, luego de vuelta en el hospital teniendo que aprender a caminar de Nuevo.  Fue tan doloroso—y todavía lo es—que me resultó difícil.  La policía jamás ubicó al que me arrolló; mi vida como capitán del Guardacostas en el mar había llegado a su fin.

Dolor y angustia

Para Julio tanto el dolor como la angustia mental sobre mi futuro eran extremos, lo que me llevó a arrodillarme pidiéndole ayuda a Dios.  Poco después comencé a ver señales de parte de Dios de que me quería hablar pero yo no sabía qué hacer.

Señales tan pequeñas como una placa de auto que decía “CIELOS” o un aviso del camino que leía “Camino a la Rendición ” (por el que había pasado cada día sin haberlo visto antes) y nunca se me había ocurrido rendirle mi corazón a Dios.

Palabras que impresionan

Al caminar por el bosque, kilómetro y medio adentro, me detuve ante la misma banca ante la cual me había detenido cientos de veces antes y vi las palabras escritas en la misma: “Jesús te ama”.   Puse mi mano sobre esas palabras y pude sentir algo moverme en ese momento; Dios me estaba llamando.

Le conté a mi esposa que durante esas semanas, en más de una ocasión, Dios me estaba llamando.  Ella me preguntó: “¿Para qué?”  Le dije que no sabía, pero que me estaba llamando.  Así que llamé al único amigo que conocía que había entregado su vida a Cristo, justo en medio de  nuestros locos días de fiestas y le dije: “Dios me está llamando y no sé qué hacer”.

Contestando la oración

Me preguntó si había invitado al Señor a mi vida y sí lo había hecho.  Entonces procedió a decirme que Dios estaba intentando contestar mi petición y que necesitaba acercarme a Él también.

Me contó acerca del libro de John Bevere, “Acercándonos” así que leí las oraciones y el primer capítulo.  Inmediatamente fui profundamente conmovido por el amor de Cristo y las lágrimas fluyeron como un río por una hora.  El Espíritu Santo había descendido sobre mí.  Las últimas palabras que leí después de la oración fueron: “Bienvenido a casa”.

Bienvenido a casa

Nuestros vecinos nos habían invitado a acompañarles a la iglesia más de una vez en 18 meses.  Bueno, necesitaba ir a la iglesia esa mañana del 13 de septiembre así que fui solo.  El primer culto no había finalizado todavía por lo que me detuve en el vestíbulo y la primera persona que vi fue a un hombre negro grande de nombre Coach.  Se me acercó y me abrazó y dijo: “Bienvenido a casa”.

Supe que estaba en el lugar correcto y que todo esto era real, que Cristo estaba vivo y que le pertenecía a Él.  No creía en Cristo hasta ese día; aunque todavía hay mucho de dolor en mi columna, es solo un ‘recuerdo’ de que soy parte del plan maravilloso de Dios.

Una Nueva Oportunidad

Alrededor de septiembre u octubre de 2010, año y medio después de mi accidente y salvación, un amigo mío intentaba llevarme a una reunión de varones un martes en la noche en el “Garaje”.  La primera vez en el Garaje solo escuché y no participé mucho; quería ver si la presencia de Dios estaba allí.  Aunque no la sentí de inmediato, conocí a unos cuantos varones agradables, uno de los cuales había pedido al grupo a orar por él ya que tenía una cita en la corte ese jueves; su nombre era Kevin.

Decidí volver un par de semanas después para intentarlo de nuevo; tampoco sentí Su presencia pero pregunté por Kevin.  Por alguna razón se hallaba en mi corazón, pero no se hallaba allí.

Susurro divino

Después de aquella segunda reunión, conducía hacia casa y pensaba que no volvería al Garaje de nuevo ya que no sentía la presencia del Señor y sentía que no era el lugar para mí.  Cuando llegué a casa me arrodillé para orar cuando Dios, tan audiblemente como si estuviese parado junto a mí y antes de que mis rodillas tocasen el suelo, me dijo: “Necesitas volver a ese grupo en dos semanas”.

“¿Qué dijiste, Señor?” 

Una vez más: “Tienes que volver en dos semanas”.  Y antes de que pudiera cuestionarlo, me dijo. “¡Dos semanas!”

Le conté a mi líder de grupo pequeño de la iglesia y a mi esposa sobre esto  Por supuesto que dijeron: “Bueno, tienes que ser obediente y volver en dos semanas”:

Durante este tiempo leía un libro titulado “ La Carnada de Satanás”.  El libro trataba sobre el perdón y me lo había dado la esposa de mi vecino y pastor.  A través del libro, Jesús me limpió de todas las heridas pasadas y otras cosas que tenía en mi corazón que pudieran obstaculizar nuestra relación.

Siendo obediente

Pasaron las dos semanas; el día era 28 de diciembre de 2010.  Recuerdo haberle dicho a mi esposa que realmente no quería ir y me dijo: “Entonces, no vayas”.  Pero algo reverberaba dentro de mí; algo que mi líder de grupo pequeño había dicho: “Dios te dijo que fueras, necesitas ir, tienes que ser obediente”.

Así que fui esperando algo, sin saber qué, ya que Dios tenía una razón para que estuviese allí esa noche en particular.

Me detuve y conversé con Kevin, quien estaba de vuelta.  Otro tipo estaba en una silla de ruedas y preguntaba por qué yo tenía tanto problema estando de pie y caminando.  Le conté la historia sobre mi accidente y mi venida al Señor.

Agradecido

Para cuando terminé mi historia, unas 6 ó 7 personas estaban escuchando.  El tipo en la silla de ruedas me preguntó dónde había pasado eso y le dije la intersección y describí el camión Dodge de los 80s que me había arrollado.  Le conté toda la historia; pero la terminé con mi agradecimiento por haber sido arrollado ya que Dios había usado aquello para traerme a casa, a Él… ese fue el final.

La reunión comenzó con algo de música de adoración invitando al Espíritu Santo.  Durante nuestra adoración aquella noche, comencé a orar y adorar a Dios cuando Él me dijo de nuevo: “Las cosas se van a poner difíciles pero estoy aquí contigo, no te preocupes”.  Me estaba alarmando un poco para entonces ya que nunca oigo de Dios, especialmente cuando es sobre mí, pero sé que Él está conmigo.

Sorpresa

Nada pasó después de la música de adoración, aunque había venido esperando algo, y seguimos hablando sobre algunos testimonios de alabanza, peticiones específicas, ó cualquier otra cosa que estuviese en sus mentes.  La reunión finalizó sin que pasara nada extraordinario.

Tras la reunión y un poco de conversación, salí para volver a casa y Kevin (el hombre que había ido a la cárcel) me detuvo afuera y dijo: “Necesito decirte algo pero no sé cómo”.

Le dije: “Solo estamos tú, yo y Dios aquí.  Puedes decirme lo que quieras”.  Él dijo, después de una pausa de como 10 segundos: “Yo fui quien te arrolló”.

Nuevamente anonadado

Quedé anonadado; una pausa hubiese sido apropiada.  Mil  emociones pueden haber sido revueltas en una fracción de segundo pero me asenté en una.  Y en una fracción de segundo después, como si no estuviese en control de mí mismo, le abracé y le dije: “Te perdono por completo” y lo hice de inmediato.

Se disculpó de corazón y me preguntó si podía hacer algo por mí y aún me ofreció dinero.  Solo le dije que se acercase más a Dios.  También le dije

No hay coincidencias.  Un verdadero milagro si jamás he experimentado alguno.  Esta es mi historia de cómo llegué al Señor, demostrándole al mundo que Dios es real y que todavía está en el negocio de los milagros.

J. A. Elliot, copyright 2013