miércoles, 30 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Con Los Ojos De Dios



Después de un mes de viajar todas las tardes desde el sur de la ciudad de México hasta el norte para visitar en el hospital de la Raza a mi mamá que había estado en terapia intensiva y por fin la habían trasladado a “piso”, es decir, a un lugar con otros enfermos que ya no se encuentran en peligro inminente, pero que todavía requieren cuidados, esta rutina comenzaba a cansarme.

Todos los días en total hacía de 3 a 4 horas en transporte (ida y vuelta) para poder pasar una o dos horas con mi madre. Como dije, esto me estaba cansando. Por supuesto quería estar cerca de ella pero yo tenía hijos pequeños y debía atender esas prioridades.

Entonces, un día, leyendo la Biblia me topé con 1 Pedro 1:6 Donde dice: aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas ¡Vaya! pensé ¡Si tan sólo pudiera ver esto como lo ves tú, Señor, como “un poco de tiempo” Suspiré.

A partir del día siguiente, las cosas cambiaron. Durante mi travesía en metro, de pronto sentí que Dios me decía: “dile a aquel hombre que lo amo”. Yo me sorprendí. Era un señor bastante malencarado que iba sentado frente a mí. Me puse nerviosa pero la vocecita insistía: “dile que lo amo”. Con un poco de nerviosismo, me puse de pie. El tren paró en la estación y poco antes de que las puertas se abrieran me acerqué al hombre y le dije: “Dios dice que lo ama”. El señor me miró refunfuñando, agresivo, y dijo: ¿Qué? Las puertas se abrieron y yo repetí con calma: “Dios dice que lo ama”.

Sinceramente, no me quedé a esperar su reacción, estaba tan asustada que salí corriendo y las puertas del vagón se cerraron detrás de mí. Luego, me reía en mis adentros… ¡eso fue algo muy atrevido, Señor! Y, mientras caminaba meditando con una alegría secreta en mi corazón, llegué al hospital, atravesaba los patios cuando frente a mí, venía una muchachita caminando, sin ninguna expresión especial en el rostro. Entonces Dios me volvió a guiar: “abrázala”. Yo estaba atónita, pero había algo en mí que me impelía a obedecer. Con cierta reserva me interpuse en el camino de la joven y le dije: ¿puedo darte un abrazo?
No te conozco ni sé nada de ti… pero creo que Dios sabe que necesitas un abrazo. Acto seguido, ella se lanzó a mis brazos y se puso a llorar. Yo no pude decir nada, solamente la abracé y le pedía Dios que la hiciera sentir Su amor y consuelo.

Después de estos eventos yo estaba maravillada y al día siguiente estaba expectante de qué cosas pondría Dios delante de mí, desde que salí de mi casa rumbo al hospital me mantuve alerta… y no falló: era darle palabras de aliento a alguien, hacerle masaje en la espalda a algún familiar de una de las enfermas, darle un caramelo a un niño… ¡en fin! Así continuó cada día hasta que tres meses después mi madre abandonó el hospital para regresar a su casa. Debo decir que jamás volví a sentirme fatigada de tener que viajar por horas y aunque fue un tiempo difícil lo recuerdo con cariño… ¡me pareció tan corto! ¡Tal y como dice la escritura… fue un corto tiempo, pero lo pude ver así sólo por la gracia de Dios!

Rosa Amelia Díaz de Beltrán

ACERCANDOME AL REY

lunes, 28 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



No lo Digas…


“Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores.”
Winston Churchill.


Uno de los problemas más serios que enfrentamos las personas son los que tienen que ver con las conversaciones. No sabemos conversar, muchos piensan que conversar es intercambiar palabras. Por causa de nuestra mala conversación enfrentamos conflictos, entre ellos tenemos la depresión, el alcoholismo, la violencia, la rebelión de los hijos, el divorcio, la ansiedad y hasta trastornos físicos como el cáncer, el corazón y otras enfermedades.

La Biblia enseña en Santiago: “Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el infierno.” (Stg.3:6 BLS)
Se ha dado cuenta que nuestra vida gira en torno a conversaciones, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos conversando. Conversamos con Dios, conmigo mismo, con la pareja, con los hijos, los compañeros, los amigos, los vecinos, y otros relacionados. Las preguntas que debemos hacernos: ¿Qué clase de conversaciones estoy teniendo? ¿Mis conversaciones están bendiciendo o están destruyendo vidas?

En mí y en usted radica un poder y a veces no le damos tanta importancia a las palabras que decimos, quizás usted pueda identificarse con una de estas palabras:
Nunca vas a cambiar….
Esto no va a funcionar….
No lo vas a lograr…
Pero no se puede…..
En otro momento lo intento…..
Eres igual a…
Esto se lo llevó quien lo trajo…
Ya es muy tarde…
Siempre igual…
Te lo dije…
Yo sabía…

Mucho de lo que no sucede en mi vida se debe a las conversaciones que estoy desarrollando. ¿Será que debo cambiar mis conversaciones para obtener buenos resultados? Veamos lo que dice la biblia: “De un mismo pozo no puede salir agua dulce y agua amarga o salada. Tampoco da higos un árbol de aceitunas, ni da uvas un árbol de higos.” (Santiago 3:11,12 BLS).

Un factor fundamental en los problemas de nuestras conversaciones es la confusión entre observaciones (hechos) y opiniones (juicios), nosotros solemos ser rápidos para emitir juicios y no nos damos el tiempo para preguntar, averiguar y tener base de lo que vamos a hablar, necesitamos pasarlas por las tres rejas. Te lo ilustro con la siguiente anécdota:
Un joven discípulo llega a la casa de su Maestro y le dice: vengo a contarte lo que dicen de tí…..
Espera!! Lo interrumpe el sabio ¿Ya has hecho pasar lo que vas a contarme por las tres rejas?
¿Las tres rejas? ¿A qué te refieres?
La primera muestra la diferencia entre hecho y opinión ¿Estas seguro que lo que vas a contarme ha sucedido o es la opinión de alguien?
- No puedo decirte que haya ocurrido. Lo oí comentar a tus vecinos
Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja que es la bondad. Eso que vas a decirme ¿es bueno para alguien?
-No en realidad, no Todo lo contrario
Ah!! Vaya. La última reja es la del crecimiento
¿Servirá lo que vas a decirme como un espacio de aprendizaje para que yo crezca? 
-A decir verdad: NO

Entonces dijo el Maestro sonriendo: Si solo es un juicio, si aparte es negativo, si no está fundado en un hecho real y además tampoco me va a servir para crecer ¿que sentido tiene que le destinemos tiempo y energía? No me lo digas.
¿Te ha pasado algo así? ¿Lo has filtrado a la luz de la Palabra de Dios? ¿Tus conversaciones son de bendición o de maldición?
El filtro de la palabra de Dios lo encontramos en Efesios 4:29 “No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.” (BLS)

¿Lo que digo trae bendición a mi vida? ¿Ayuda a crecer a otros? Si no es así, no lo digas.
Es importante estar conscientes de nuestras palabras y conversaciones, eso nos ahorraría muchos malos ratos y disfrutaríamos mas la vida, evite el juicio sobre los demás y aprenda a poner freno sobre lo que va a decir, cuide su corazón porque la lengua es solamente un instrumento.

Hay tres cosas en la vida que no vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida.
Algunas palabras pueden ser como flechas al corazón. Si lo que estás pensando puede ser flecha que hiera, no lo digas. Es preferible guardar silencio. Asegúrate de que lo que vayas a decir este cargado de vida y bendición para tu vida y la de otros. Hoy es el mejor día para hacer de nuestras conversaciones las mejores y tener buenos resultados.

En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes

viernes, 25 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY




¡Lo Intente y Nada Paso! ¿Como hacer para que Algo Bueno Pase en mi Vida?


“El compromiso es la respuesta que dan aquellos que no quieren ser víctimas sino protagonistas de su vida”

Muchas personas han estado experimentando cambios en sus vidas, para algunos son cambios positivos y están viendo resultados extraordinarios en sus matrimonios, sus finanzas, sus negocios, pero hay otros que todavía están luchando por sobrevivir, anhelando ser feliz, deseando tener una vida de dicha y prosperidad. Estas últimas dicen: ¡Lo he intentado todo y nada ha pasado!

Quizás usted leyó la siguiente anécdota:

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.
-Te felicito, le dijo el capataz. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.

-Debo estar cansado, pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.

El capataz le preguntó: -¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez? –Afilar, no he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando árboles.

Esta anécdota nos muestra que con intentarlo no basta, que no es suficiente definir lo que quieres conseguir y empeñarse en ello ni siquiera con dedicación y esfuerzo. Eso es bueno pero es necesario comprometerse. Leyó bien: comprometerse. Para que algo pase en la vida y en su vida necesita estar comprometido.

Por ejemplo, Dios estaba comprometido a amarnos para que no nos perdiéramos que envío a su hijo. Jesús vino a buscar y a salvar lo que había perdido y estuvo comprometido hasta morir en la cruz. Pablo estaba comprometido en llevar las buenas noticias a los gentiles, y usted y yo somos parte de ese compromiso.

¿Está comprometido en su matrimonio? ¿A qué está comprometido?
¿Está comprometido a estar en libertad financiera o esclavo de las deudas? ¿Está comprometido a una vida pura, integra o a una vida de placeres lejos de Dios?
¿Está comprometido al éxito o al fracaso? ¿A que está comprometido o comprometida?
Todos estamos comprometidos a algo o alguien. El compromiso es el lenguaje que yo sostengo con mis acciones. Lo que hasta ahora estas obteniendo en la vida, en tus relaciones y en tus finanzas es lo que hasta ahora has dado. Si quieres tener un futuro diferente debes partir del compromiso.

¿Qué quiero que suceda en tu vida?

En la biblia encontramos a un hombre que era hijo de un honorable, pero era ciego. Estamos hablando de Bartimeo y esta historia la consigues en el Evangelio de Marcos 10: 46-52. Aquí encontramos varios principios interesantes, pero quiero detenerme en los versículos 51 y 52:
“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”

En este pasaje encontramos a un Bartimeo comprometido a ver, él dio todos los pasos necesarios para obtener su milagro. El no se fue por las ramas quejándose de lo duro que había sido vivir ciego durante mucho tiempo, excusándose de las personas y circunstancias sino que cuando estaba con Jesús fue muy claro en su pedido: “quiero recobrar la vista”. Y Jesús le responde: “Tu fe te ha salvado”, y conocemos el final feliz de Bartimeo.

Bartimeo estuvo comprometido con alcanzar la visión que necesitaba ¿Y usted hasta donde está comprometido hoy en su vida?

¿Qué quieres que acontezca en su vida?


Si tú estás comprometido vas a hacer que las cosas pasen, pero si no hay compromiso no llegaras lejos. Para que algo bueno suceda en tu vida debes hacerte cargo de que el futuro sólo existe en tus declaraciones, tú puedes crear con otros el futuro que elijas. Puedes elevar tus compromisos sobre tus estados de ánimo y producir acción.

Hoy es el mejor día para comprometerse a ser la persona que Dios quiere que seas. Hoy es el mejor día para iniciar una nueva vida o volver a comenzar.

En amor y liderazgo,

Pedro Sifontes
www.liderazgocreativo.com

jueves, 24 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Hoy… Dios Cuida De Mi y Me Da Restauración


La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma. — Salmos 19:7


De toda Su creación, Dios siempre le ha dado el valor más alto a las personas; por eso, nosotros somos Su enfoque principal para la restauración. Así como hace un hombre que regresa a su casa para encontrarse con que unos intrusos la allanaron y la desvalijaron, el primer pensamiento de Dios es para lo que Él más aprecia: Su familia.

El revoltijo puede ser atendido después; los cajones rotos pueden ser reparados mañana. En este momento, Él quiere asegurarse de que todos estén bien, y quiere liberarlos del trauma que sufrieron.

Así es con nuestro Padre celestial también. En medio del mundo rebelde y equivocado, la Palabra de Dios alivia y repara el daño que hemos sufrido. Nos sitúa para ajustarnos a todas las disposiciones que hizo para la vida nueva que estaremos disfrutando con Él para siempre. Ya que Su Palabra es exactamente la misma de siempre (Isaías 40:8), es perfecta para restaurarnos perfectamente a nuestra condición original.

Ésta es la esencia de lo que la Palabra de Dios hace en nuestras vidas; reconstruye y reconstituye nuestra existencia.
Así que, ¿cómo funciona la Biblia? ¿Cómo hace la restauración de nuestras vidas? Esta es la esencia de lo que la Palabra de Dios hace en nuestras vidas; reconstruye y reconstituye nuestra existencia.

La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. — Isaías 40:8 .

Hoy, Como un Padre amoroso, Dios cuidará de mi y me traerá restauración a las partes afectadas de mi vida por el pecado.
Señor, Gracias por hacerme parte de tu familia y cuidar de mi como un Padre cuida de sus hijos. Quiero conocer mejor tu Palabra porque traes restauración a mi vida a través de ella. Amén.


Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute tu diario Vivir

miércoles, 23 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Excavando Oro

Cuando era un muchacho en Santa Cruz, California, solía ayudar a mi abuelo en los campos aledaños a su hogar. Esta no era su tierra pero no era extraño en aquellos días canjear con los vecinos el trabajarla para ellos para cultivar los vegetales que le encantaban. Entonces los compartía con los vecinos a manera de pago.

Él cultivaba maíz, frijoles, guisantes, calabacines, pepinos y ajos. Y nadie podía cultivar dalias más grandes que mi abuelo.
Mientras laboraba a su lado, le encantaba contar la historia de un hombre llamado Giuseppe (Joe) y su esposa que se mudaron a una nueva granja con sus tres hijos. Se estaban asentando en la nueva comunidad cuando un granjero vecino le dijo a Joe que había oro en el polvo de su nueva propiedad.

Joe interpretó esa declaración como que había oro de verdad en la tierra. Pensó para sí: “Tengo tres hijos saludables; les pondré al tanto”.

Efectivamente, les dijo a sus hijos que había oro a ser hallado en su nueva propiedad. Es innecesario decir que sus hijos se hicieron cargo de su empresa personal justo en su propia tierra.

Tenían sueños de qué harían cuando hallasen oro. Cada uno tenía una visión distinta. Y aunque eran bastante jóvenes, tomaron un enfoque muy profesional en la excavación por el oro.
Comenzaron en una esquina con un cierto ancho y continuaron hasta llegar al final. Una vez que llegaron al límite de la propiedad, comenzaban otra franja en la otra dirección. ¡Se dieron cuenta que buscar oro era divertido! Este procedimiento siguió por unos seis meses y todavía no habían recorrido toda la propiedad.

Mientras tanto Joe pensó en sembrar algunos cultivos en el área en la que la tierra había sido volteada a fondo. Sembró maíz, tomates, patatas y cebollas. Sus hijos continuaron excavando a través del terreno, decididos a hallar oro. Entre más tierra estuvo disponible, Joe sembró más cultivos.

Un punto interesante aquí es que Joe nunca había sembrado antes pero siempre había soñado con hacerlo.

Cuando cada cultivo distinto estuvo listo para ser cosechado, Joe se dio cuenta de que había mucho más de lo que él y su familia jamás podrían comer. Uno de los vecinos de Joe sugirió que pusiese un puesto de vegetales. Joe y su esposa lo hicieron. Lo llamaron “Vegetales de Joe y Familia”.

Joe tuvo aún que dejar algunos cultivos en la tierra porque tenía más que suficiente para llenar la demanda del puesto de vegetales.

¿Qué estaban haciendo los hijos de Joe mientras tanto?

 Todavía seguían trabajando la tierra aún después de haber terminado la parcela completa. Comenzaron de nuevo, en la esquina original, trabajando en el material sembrado sobrante mientras se mantenían en su búsqueda del oro.

Este proceso continuó por años y Joe y su esposa se hicieron bastante ricos en consecuencia a su pequeño puesto de vegetales. Hasta pudieron enviar a sus hijos a la universidad sencillamente porque querían hallar oro.
¿Recuerdan cuando al comienzo de la historia el vecino le había dicho a Joe que había oro en su tierra? Buena, la verdad es que la comprensión de Joe del idioma inglés era menos que perfecta. Su nuevo vecino y amigo en realidad le dijo que su tierra tenía un suelo rico. Así que pueden ver de dónde se originó el concepto del oro.

¿Se hicieron esclavos de la excavación lo hijos de Joe? No, fueron inspirados porque tuvieron visiones de lo que el dinero podría hacer por ellos y no se enfocaron en el dinero en sí.

¿Habrá una manera de llevar esta historia a un nivel superior? Sí, [Dios] nos provee la oportunidad y algunas veces cuelga la zanahoria frente a nosotros para inspirarnos. En esencia, los hijos de Joe fueron inspirados con la posibilidad de hallar oro en la tierra.

Algunos de ustedes, estoy seguro, de que sacarán sus propias lecciones, pero aquí hay una a considerar. Vayamos y asumamos que hay oro en todos nuestros desafíos y reveses para que podamos ser inspirados a motivarnos a nosotros mismos a permitir [a Dios] proveer todo lo que necesitamos y algo más. Dios nunca nos hará a un lado mientras que nosotros no nos rindamos.
Tony Masiello, copyright 2006 (editado por el Capellán)
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Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. Éxodo 3:17
“Por eso os he dicho: ‘Vosotros poseeréis su tierra, y yo mismo os la daré para que la poseáis, una tierra que mana leche y miel.’ Yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. Levítico 20:24

martes, 22 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Quien no Arriesga Nunca Sabrá Cuando Gana


“Las grandes oportunidades de la vida son riesgosas.”

La mayoría de las personas les gusta sentirse seguros y ven el riesgo como algo negativo. No toman riesgos por temor a equivocarse, y a pesar de que puedan encontrarse en una posición que no les gusta prefieren lo seguro a poder intentar algo que no conocen.

¿Es usted de las personas que ven el riesgo como una cosa mala?
Si eres de esas personas que ven el riesgo como algo malo, que dicen que necesitan sentirse preparadas para dar ese gran paso que les llevará a sus sueños, a sus metas, al lugar donde les gustaría estar déjenme decirle que se están perdiendo gran parte de la vida.

Siempre he dicho que la vida es una aventura para ser vivida, que hay que buscar el crecimiento, Dios nos dio la bendición de fructificar y multiplicar, y eso no solamente se refiere a la parte biológica, El desea su crecimiento en todas las áreas de la vida. El nos diseñó para ir hacia adelante, nos diseñó para la grandeza, somos hechura suya.

Ahora la grandeza sólo se encuentra cuando soñamos, cuando diseñamos el plan, y avanzamos sabiendo quienes somos con nuestra misión hacia la visión o el sueño que El colocó en nuestros corazones.
Muchos no avanzan por temor a encontrarse con algo que no les guste y prefieren dejar morir sus sueños. Les comparto el siguiente cuento “La Puerta Misteriosa”

En un país en guerra, había un rey que causaba miedo. No siempre que tomaba prisioneros en las batallas los mataba, simplemente los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro lado, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.

El rey hacía formar a los prisioneros en círculo en la sala y les decía:
“Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros, o pasar por esa puerta misteriosa”
Todos elegían ser muertos por los arqueros.

Tiempo después, al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo había servido fielmente al rey, se dirigió al soberano y le dijo:

Señor, ¿le puedo hacer una pregunta?
Dime, soldado – repuso el soberano
¿Qué había detrás de la horrorosa puerta?
Ve y mira tú mismo, le respondió de inmediato el rey.


El soldado separó temerosamente la puerta pero, a medida que ella se abría, fueron entrando unos brillantes rayos de sol que iluminaron el ambiente. Finalmente descubrió que conducía a la libertad.

El soldado, admirado, sólo miró a su rey mientras éste le explicaba:
Yo les daba a todos la posibilidad de realizar una elección; pero ellos preferían morir antes que arriesgarse a abrir esa puerta.
¿Cuál va a ser su elección el día de hoy? ¿Cuál es la “puerta misteriosa” que le detiene?
Alcanzar la vida extraordinaria implica lucha y riesgos, implica salir de su zona segura. Por ejemplo si usted desea hablar o cantar en público, es de esas personas que se sienten inseguras al hacerlo, le tiemblan las piernas, lo recomendable es que se ponga en acción, inscríbase en un curso de oratoria, expresión corporal, canto. Esté dispuesto a aprender e invertir en sus sueños.

La vida extraordinaria no se consigue deseando las cosas, no se consigue en “algún día”, se consigue accionando, tomando riesgos y haciendo que sucedan.

La vida extraordinaria la puede lograr trabajando sobre los dones y talentos que Dios le ha dado. Hay un mundo esperando por usted ¿Está listo para tomar riesgos o seguirá en su zona segura?
Hoy es el mejor día para tomar riesgos e ir tras nuestros sueños.


En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach y Conferencista

lunes, 21 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



No lo deje solo

El doctor Wilbur Chapman a menudo contaba de su experiencia cuando fue a Filadelfia como pastor en la iglesia de Wanamaker.

Después de su primer sermón un caballero mayor se encontró con él en el púlpito y dijo: «Es usted muy joven para ser pastor de esta iglesia tan grande. Siempre hemos tenido pastores mayores. Me temo que no triunfará. Pero ya que predica el evangelio, le ayudaré en todo lo que pueda».

«Lo miré», dijo el doctor Chapman, «y me dije: ¿Este es un cascarrabias?».
Sin embargo, el caballero continuó diciendo: «Oraré por usted para que reciba el poder del Espíritu Santo; otros dos han acordado en unirse a mí».

Luego, el doctor Chapman contaba los resultados. «No me sentí tan mal cuando supe que iba a orar por mí. Los tres se convirtieron en diez y los diez se convirtieron en veinte; los veinte se convirtieron en cincuenta y los cincuenta en ciento veinte, los cuales se reunían a orar antes de cada culto para que el Espíritu Santo cayera sobre mí.

En otro salón los dieciocho ancianos se arrodillaban para orar. Estaban tan cerca que podía alcanzarles con mis manos a todo mi alrededor. Siempre llegaba al púlpito sintiendo la unción como respuesta a las oraciones de aquellos doscientos diecinueve hombres.

»Era muy fácil predicar, un verdadero gozo. Cualquiera lo haría bajo esas condiciones.


¿Y cuál fue el resultado?

Recibimos mil cien miembros por conversión en tres años, seiscientos de ellos eran hombres. Se trataba del fruto del Espíritu Santo como respuesta a las oraciones de ellos. No veo cómo un pastor promedio bajo circunstancias corrientes pueda predicar.
»Los miembros de las iglesias tienen mucho más que hacer que solamente sentarse allí como expectadores curiosos y ociosos para entretenerse y divertirse. Su ocupación es la de orar poderosamente para que el Espíritu Santo cubra al pastor con poder y haga que sus palabras sean dinamita»
.
A.M. Hills en Pentecostal Light [Luz pentecostal].

No deje solo a su pastor. Él también necesita de su oración. El o ella oran por todos, pero te has preguntado alguna vez, quién ora por ellos.

A veces estamos más listos a críticarlos que a orar por ellos.


Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo. EXodo 8:9.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Colosences 1:9.

ACERCANDOME AL REY

domingo, 20 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Hoy..Disfrutaré De Sus Promesas De Gracia

Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura. — 1 Timoteo 4:8

Cuando le “damos” nuestra palabra a alguien, estamos comprometiéndonos a hacer lo que hemos dicho. “Te doy mi palabra” significa “Te lo prometo; esto es cierto.”

La Biblia contiene todas las promesas que Dios te ha hecho. Está llena de declaraciones de cómo va a proveer para tus necesidades, cómo va a contender con tus adversarios espirituales, cómo va a brindarte apoyo, a responderte, cambiarte y amarte a lo largo de tu vida.

La mayoría de las personas no saben casi nada respecto a lo que Dios quiere hacer por ellos. Esto no hace que Dios se enoje; lo entristece que las personas a quienes ama tengan tan poca idea de lo que Él tiene en mente para ellos por ser Sus hijos.
Quiere que sepas de Sus promesas por varias razones. Primero, nacen de Su corazón lleno de amor por ti. El amor promete un futuro; al amor le encanta enumerar lo que va a hacer para el beneficio de otro.

Los padres que esperan el nacimiento de un bebé entienden esto. También las novias y los novios que pronto van a casarse, los niños con su primer cachorro, y los amigos cercanos que se van a otra ciudad. El verdadero amor hace que las promesas surjan desde los lugares más profundos de nuestro corazón: ofrecimientos, compromisos y votos de lo que (siempre) haremos y sentiremos por quien amamos.

¿Sobre qué aprendemos cuando experimentamos en nuestra propia vida una de las palabras de Dios?
¿Qué sabemos de las promesas del Señor?


Aunque las promesas humanas se hagan con sinceridad y sean bien intencionadas, en nada se aproximan al poder de las promesas de Dios. Las personas frecuentemente rompen sus promesas, o se derrumban bajo el peso de las circunstancias incontrolables. Las promesas humanas ofrecen poco para cambiar el resultado final de nuestras vidas.
Dios siempre cumple Su Palabra y Él tiene el control de todas las circunstancias de la vida. Sus promesas se cumplen en esta vida y continúan hasta la eternidad .

Hoy viviré en sus promesas que son gracia para mi.
Señor, hoy te agradezco por darme promesas tan concretas que me hacen amarte más y más. Viviré en esas promesas. Amén.


Daniel A. Brown.
Disfrute Tu Diario Vivir.

viernes, 18 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Alma de Rey

El otro día, caminando por la cerca, me crucé con un joven que, al mirarme, me traspasó un poco de su tristeza.

Arrastraba los pies y sus ojos enrojecidos reflejaban un mar de abatimiento. La mirada perdida, como la de muchos de nuestros jóvenes perdidos en el vicio. Pero el mundo está hecho de contrastes.

Unos minutos después, me encontré con Alex. Es un joven de solo 17 años. Apenas nos hubimos estrechado la mano me empezó a contar, con entusiasmo desbordante, algunos proyectos personales como mejorar sus notas, comenzar una empresa con sus amigos y aportar a la noble labor de un centro de adictos, donde trabaja hace un tiempo.

Me contó lo que hace con este grupo, como les ayuda y como con su sola compañía los reconforta. Después de despedirnos, se me vino a la mente David, el personaje bíblico que derrotó a Goliat con su honda. Siendo apenas un muchacho, que cuidaba los rebaños de su padre, jamás se imaginó que dentro de si se lleva algo muy grande: un alma de rey.

El hecho es que llegó a ser uno de los más gloriosos reyes de Israel.

¿Cuántos jóvenes de nuestra ciudad irán por las calles sin llegar a descubrir jamás que llevan alma de rey? Y ¿cuantos jóvenes sin nombre como el de los ojos enrojecidos lo han descubierto ya gracias a la generosa labor de personas nobles y entusiastas como Alex? No lo sé.

Lo que si sé es que Alex me dio una gran lección: Está en nuestras manos, con sólo un poco de tiempo y de interés sincero, ayudar a las personas que nos rodean a descubrir que llevan dentro de sí un alma de rey.

Autor Desconocido

Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad? Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí, tu padre ha dejado de preocuparse por las asnas y está angustiado por vosotros,
diciendo: ‘¿Qué haré en cuanto a mi hijo?’”
Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre.
1 Sam 10:1-6.

jueves, 17 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY




Mi Amigo Harry


Se ha dicho que los ángeles están en todos lados. Son descritos como seres que vienen a ayudarnos, enseñarnos y protegernos en tiempos de peligro. Pudieran ser masculinos o femeninos, jóvenes o viejos. Tal vez nos hayamos topado con un ángel en nuestra vida.

Para alguna gente que no conocía a Harry, él era tan sólo un ciudadano de la tercera edad. Para mí, él era un mentor, un buen oidor, pero sobre todo, mi amigo. Harry siempre tenía tiempo para mí cuando le llamaba por teléfono con algún problema de fontanería. Él siempre solía decir: “¿Cómo estás muchacho?”

Siempre sería un muchacho para Harry, quien era lo suficientemente viejo para ser mi padre, pero yo le veía más como un abuelo que nunca conocí. Harry era bondadoso, paciente y un buen oidor. Conversábamos a menudo de los buenos tiempos de antaño cuando él era muchacho y cómo había visto las cosas cambiar.
A menudo hablaba de su abuela y su puesto de periódicos además de los tiempos en que solía nadar en el Río Oriental, los lugares en los que había laborado y cosas por el estilo.

Me pasó mucho de su conocimiento sobre fontanería en nuestras frecuentes pláticas y me inspiraba a confiar en las cosas que había aprendido de él y en el empleo. Todavía recuerdo cuando un cliente vino a la tienda en busca de ayuda. Comencé a alejarme sintiéndome inseguro de mí mismo. Harry dijo: “Adelante, muchacho, tú puedes hacerlo, tienes que dejar el nido alguna vez y ahora es el tiempo”. Tenía razón.

Harry fue un hombre humilde. Solía quejarme cuando me habían pedido un día barrer el piso de la tienda y Harry me dijo: “Muchacho, es parte del trabajo y además, te están pagando”. Él tomaba la escoba sin problemas y comenzaba a tararear.
Siempre me sorprendía el cómo este gentil hombre podía transformar una tarea desagradable en una oportunidad de aprendizaje para mí.

Harry también me ayudó a trabajar en uno de mis defectos de carácter: el falso orgullo. Harry tenía bastante orgullo; ninguna tarea estaba por debajo de él. Siempre quise ser como él. Nunca parecía permitir que las cosas pequeñas le molestasen. Me decía: “La vida es demasiado corta para eso”.

Voy a extrañar su preocupación y maneras amables y siempre añoraré los momentos que pasamos juntos. Estoy agradecido por las buenas partes de Harry que se me pegaron y a veces intento pasarle estos dones a otros. Dios debió haber sabido que yo necesitaba un ángel para guiarme y escogió a Harry.

Miguel Abreu, copyright 2006

Nunca menosprecies el amigo que Dios pone a tu lado, podría parecer un ángel, pero es un amigo, un regalo de Dios para aprender.

En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17.
El unguento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre. Proverbios 27:9.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Hoy… El Señor Quiere Llevar Mi Carga

Ciertamente echa sobre el SEÑOR tu carga, y Él te sustentará; Él nunca
permitirá que el justo sea sacudido. — Salmos 55:22


El Señor desea ser Aquél que “cada día lleva nuestra carga” (Salmos 68:19), Aquél que quiebra “el yugo de [nuestra] carga” . Esa es la razón por la cual Jesús nos invita a venir a Él cuando estemos cargados con todo lo que la vida nos echa encima; todas las cosas que Él nos da para cargar son prácticas y placenteramente útiles para acarrear el resto de la chatarra al basurero.
Todo lo que Dios hace por nosotros y nos ofrece viene con estas palabras anexas: — “Aquí tienes, vas a ver que esto realmente te ayuda…”

La religión tergiversa las palabras de Dios para que suenen así: “Si quieres que Yo te ayude, más vale que hagas esto…”
A medida que aprendas a caminar con el Señor en tu jornada diaria y a distinguir Su voz de entre todas las demás que compiten para llamar tu atención, trata de acordarte de escuchar el tono de lo que oyes. Si es bondadoso y misericordioso, ofreciendo bendecirte y ayudarte, es mucho más probable que sea el Señor a que si suena condenatorio, amenazante, que retiene o condiciona su amor.

Tu propia sinceridad y celo pueden engañarte para que participes en actividades con el fin de que de alguna manera hagas algo por Dios, cuando, en realidad, Él destinó que esas actividades hicieran algo por ti. Su postura de gracia hacia nosotros siempre significa que Él quiere hacer cosas por nosotros, en lugar de que nosotros hagamos cosas por Él. Cada vez que Él nos pide que hagamos algo, podemos estar seguros de que esto está destinado a beneficiarnos y a darnos ventajas, y no a satisfacerlo y enriquecerlo más a Él.

Lee las siguientes dos oraciones, notando el tono en el que están escritas:
“Si no haces lo que te digo, no vas a ser bendecido.”
“Si tan solo hubieras seguido mis instrucciones, habrías sido muy bendecido.”


¿Puedes oír la diferencia? La primera oración suena enojada, amenazante y autoritaria. La segunda es misericordiosa, preocupada y aconseja. Aunque el Señor es la autoridad suprema en la vida, Él les habla a Sus hijos en forma distinta a como les habla a Sus enemigos. Él quiere enseñarnos cómo funciona realmente la vida espiritual, así que Él nos instruye, aconseja y guía. Él no nos intimida, amenaza o condena.

El Señor quiere hoy llevar mi carga y tiernamente me aconseja.
Gracias Señor, por extender tu mano de misericordia y hacerme oír tu voz dulce a ti me acerco con alegría. Amén.


Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute tu Diario Vivir.

martes, 15 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Hoy… Nuevamente Estaré Agradecido, Gracias Dios por mi cumpleaños, gracias Dios porque hasta aquí me has ayudado!!!

“Cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y decían: «Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel». Todo el pueblo aclamaba con gran júbilo y alababa a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa del Señor”. Esdras 3:11

Da gracias a Dios por todo lo que ha hecho por ti. Reconoce Su mano obrando en tu vida. Exprésale a Dios lo contento que estás de saber lo que sabes acerca de Él.

¿Estás en peligro o en apuros? ¿Estás en medio de tiempos difíciles, o te sientes rodeado de enemigos? Adora a Dios. Reconoce Su lugar como el Altísimo, como el que es Fiel.

Da gracias a Dios por cómo ha dispuesto las cosas y por lo que ha hecho. Ríndele todo a Dios. Levanta las manos y comienza a alabarlo, simplemente, con los labios.

Padre, te amo. Gracias por lo que has hecho en mi vida. Gracias Señor, por Tu misericordia y perdón.
Gracias porque tienes un plan para mi vida.

Y te alabo, Jesús, porque Tú siempre estás conmigo, y porque moriste por mí. Gracias por Tu fidelidad hacia mí.
Alabo Tu nombre, Señor. Te amo. Te adoro como el Dios Todopoderoso, el Hacedor del cielo y de la tierra, quien llamó al universo a la existencia, y me hiciste Tu hijo. Te sirvo y me rindo otra vez a Tus propósitos para mi vida. Gracias porque vas delante de mí y me diriges por el camino que debo seguir.

Cómo te bendigo por todo lo que has hecho por mí. Recibe mi adoración y alabanza como una ofrenda, como incienso delante de Ti. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

Este día recuerdo todas las maravillas de Dios y expreso mi agradecimiento a él. Dios ha sido muy bueno. Me ha llenado de bienes y misericordias. No me ha dado todo lo que he querido, pero me ha dado todo lo que necesito.
En este día quiero expresar ese agradecimiento a Dios con toda mi alma y mi corazón. Amén.


Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute Tu diario vivir.

aCERCANDOME AL REY

lunes, 14 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY

Hoy… Comprenderé Las Crisis

“Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afliges” Sal 119:75


Hoy, necesito comprender que muchas veces Dios trata con sus discípulos sobre la base de “las crisis”. Hay una cierta reacción rápida generada por la crisis que nunca ocurre en los procesos lentos y largos. Los evangelios nos hablan de dos hombres Nicodemo y José de Arimatea. Ellos fueron discípulos secretos de Jesús. No pertenecían la grupo de los doce, ni de los setenta ni de los quinientos. Ellos siguieron a Jesús en las sombras y a la distancia. De pronto súbitamente Dios envío una crisis .La crisis de la cruz y los dos discípulos ocultos salieron a la luz al escenario público.

El evangelista Juan dice de ellos esto en el capitulo 19:38
“Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús y Pilato se lo concedió, También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y áloes..tomaron pues el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas”.

Dios a menudo usa las crisis como una herramienta para hacernos declarar, fortalecer o purificar a sus discípulos. Hoy, debo recordar que la trayectoria del pueblo de Israel por el desierto, nos impresiona al notar el gran número de crisis que ellos atravesaron: Sed, Hambre, serpientes, enemigos, rebeliones y acerca de ello Dios dice en
Deuteronomio 8:2 “ Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído el Señor tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.”

El desierto para Israel fue algo educacional. El desierto fue diseñado por Dios para mostrarles a ellos las tendencias del mal que estaban en sus corazones. Para mi también la vida será una serie de crisis en medio de las cuales mi compromiso será mucho más fuerte y sólido o lentamente se debilitará hasta ser consumido por la crisis.

Hoy no debo evadir las crisis si ellas se presentan sé que tendré a mi lado la mano de quien la permite para que yo pueda crecer, fortalecerme y conocer lo que hay dentro de mi corazón.

“Señor… Gracias por los días claros, pero también por los oscuros. Se que las crisis que puedan venir a mi vida no están desligados de tu propósito. Amén

Serafín Contreras Galeano

domingo, 13 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Necesidad

próxima vez que tengas una necesidad que creas imposible de ser suplida piensa en esto:
Cuando Moisés y el pueblo de Israel estuvieron en el desierto era necesario alimentarlos. Y para alimentar a 2 ó 3 millones de personas se requiere mucha comida.


Moisés necesitaba tener 1,500 toneladas de alimentos diariamente.
Para acarrear esa cantidad de comida, serían necesarios dos trenes de carga, de una milla de largo cada uno.
Además necesitaban madera para encender fuego para cocinar los alimentos, se necesitarían 4,000 toneladas de madera y algunos trenes mas, de una milla de largo, para acarrearla, solo para un día. Ellos duraron 40 años en el desierto.
Si solo tuvieran agua para beber y lavar los trastes, se necesitarían 11,000,000 de galones cada día, y un tren con carros tanque, de 1,800 millas de largo para traerla.

Además, tenían que cruzar el Mar Rojo de noche. Para poder hacerlo, se necesitó un espacio de 3 millas de ancho, para que pudieran pasar en filas de 5,000 y poder cruzar en una sola noche. Cada vez que acampaban se requería un terreno de 750 millas cuadradas.

¿Crees que Moisés haya calculado todo esto antes de salir de Egipto? No creo. Y es que Moisés le creía a Dios y sabía que Él se hacía cargo de estas cosas.

¿Crees tú que el Señor tenga alguna dificultad para hacerse cargo de tus necesidades? Su Amor está siempre contigo, sus promesas son Verdad, y cuando le entregas todas tus preocupaciones, Él te saca adelante.

Así que cuando el camino por el que viajas parezca muy pesado, recuerda orar, hacer tu parte… y el Señor hará lo demás.


Mateo 6
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.



Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús
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ACERCANDOME AL REY

viernes, 11 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Un Hijo

Roy Popkin cuenta la historia real de un anciano que perdió el conocimiento en una calle de Brooklyn y lo llevaron de emergencia a un hospital.

Después de hacer algunas indagaciones, una enfermera del lugar pareció localizar al hijo del anciano, un marino que trabajaba en otra ciudad.
Cuando el marino llegó al hospital, la enfermera le dijo al anciano:
“Su hijo está aquí”. El pobre anciano, sedado por tanta medicina, levantó su brazo tembloroso. El marino tomó su mano y la tuvo entre las suyas por varias horas.
De vez en cuando, la enfermera le sugería al marino que se tomara un descanso, pero él rehusaba.
Cerca de la madrugada, el anciano falleció. Luego que murió, el marino le preguntó a la enfermera: ¿Quién será ese hombre?
La enfermera le dijo: ¿no era su padre?
No, dijo el marino, “pero vi que se estaba muriendo y en ese momento él necesitaba un hijo desesperadamente y por eso me quedé”.

¿Cuando fue la ultima vez que hice algo extraordinario para acompañar a alguien simplemente porque esa persona me necesitaba?

Lucas 22,26

Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

jueves, 10 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY

Jesús, yo confío en tí!

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida? Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te entregues a Mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del alma y dime con calm
a:

¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!

Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que puede suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser DIOS y actuar con libertad. Entrégate confiadamente a Mí. Reposa en Mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente:

¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!

Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices, ¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!, no seas como el paciente que le dice al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar con mis brazos divinos , no tengas miedo, yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora:

¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!


Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles. Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía sólo en Mí. Reposa en Mí. Entrégate a Mí. Yo hago los milagros en la proporción de la entrega y confianza que tienes en Mí. Así que no te preocupes, echa en mi todas tus angustias y duerme tranquilo. Dime siempre:

¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!…

Y verás grandes milagros.

TE LO PROMETO POR MI AMOR.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY




El Roble

En la plaza central del pueblo debían quitar un gran roble, el enorme árbol, que con el paso de los años se había convertido en un símbolo del lugar. Hasta en el escudo del pueblo se dibujaba su silueta. El roble se había enfermado de un extraño virus.

Corría el riesgo de caerse y de contagiar a los árboles más cercanos. Ya se había hecho todo lo posible por salvarlo y la triste determinación de derribarlo provocaba en los vecinos una profunda sensación de impotencia.
No es fácil determinar la causa de un problema y no es el camino más agradable tomar la decisión de solucionarlo.
Los leñadores llegaron una mañana con sierras automática y hachas. Los vecinos se reunieron en la plaza para presenciar su caída. Esperaban oír el estrépito producido por el choque del inmenso árbol contra el suelo. Suponían que los hombres empezarían a cortarlo por el tronco principal en un lugar lo más pegado a la tierra. Pero en vez de ésto los hombres colocaron escaleras y comenzaron a podar las ramas más altas
En ese orden de arriba hacia abajo cortan desde las más pequeñas hasta las más grandes. Así cuando terminaron con la copa del árbol, sólo quedaba el tronco central, y en poco tiempo más aquel poderoso roble yacía cuidadosamente cortado en el suelo.
El sol, ahora cubría el centro del parque, su sombra ya no existía, era como si no hubiera tardado medio siglo en crecer, como si nunca hubiera estado allí. Los vecinos preguntaron por qué los hombres se habían tomado tanto tiempo y trabajo para derribarlo. El más experimentado leñador explicó: cortando el árbol cerca del suelo, antes de quitar las ramas, se vuelve incontrolable y en su caída, pueden quebrar los árboles más cercanos o producir otros destrozos. Es más fácil manejar un árbol cuando más pequeño se le hace.

El inmenso árbol de la preocupación, que tantos años ha crecido en cada uno de nosotros, puede manejarse mejor si se lo hace lo mas pequeño posible. Para lograrlo, es aconsejable podar en principio, los pequeños obstáculos que nos impiden el disfrutar de cada día y así ir quitando el temor de que en el intento de librarnos de éstos y mejorar, todo se derrumbe.
En ese orden, quitando del comienzo los pequeños problemas podemos, gradualmente ir llegando al tronco principal de nuestras preocupaciones. Para cambiar hay que realizar una tarea a la vez, quitar las ramas de la preocupación de una en una, ocuparnos y no preocuparnos.

Reconocer nuestros errores y tener el valor para enfrentarlos, establecer las prioridades y los objetivos en la vida y mantener una verdadera determinación para librarnos poco a poco de todo el peso que nos impide trabajar, crecer, disfrutar y vivir, transformando nuestras ansiedades, miedos y preocupaciones en coraje, esperanza y fe.

“Con el paso de los años he aprendido que nada en la vida es irremediablemente trágico; hasta una lágrima al resbalar por la mejilla hace cosquillas.”

1 Pedro 5:7
Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Salmos 138:7
Cuando ando en medio de la angustia, tú me vivificas.
Salmos 118:5
Desde la angustia invoqué a Dios, y me respondió, poniéndome en lugar espacioso.

martes, 8 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Cruz

Un joven, que no sabía que hacer con tantos problemas, oraba en su cama, y así cayó en un profundo sueño.
En sus sueños él ve a Dios, y le dice: “Señor, no puedo seguir, mi cruz es demasiado pesada”.


El Señor, lo lleva ante un ángel, el cual le muestra una opción y le dice:
“Joven, si no puedes llevar el peso de tu cruz, puedes guardarla dentro de esa habitación que ves ahí. Después, escoge de entre todas las demás cruces que ahí se encuentran, la cruz que tu quieras”.

El joven suspiró aliviado.
-”Gracias”, dijo, e hizo como le indicó el ángel. Entró a la habitación y entregó allí su cruz y continuó su recorrido a través de toda esa enorme habitación buscando una cruz que le viniera más cómoda de llevar. Vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba, pero siguió su búsqueda por la habitación que pareciera no tener fin, probó toda clase de cruces que ahí se encontraban.
Algunas fueron muy pesadas, otras tan pequeñas que le parecían muy fáciles de sobrellevar, y él no quería decepcionar al Señor, así que siguió caminando hasta que vio una cruz apoyada en un extremo de la habitación, al probarla sintió que le quedaba muy bien, no era ligera y sin embargo no pesaba demasiado, así que decidió tomarla con un poco de esfuerzo…se la acomodó a su espalda y buscó al ángel.
“Angel”, susurró, “quisiera ésta”.
El ángel empezó a exclamar algunas palabras, pero el Señor se dirijió al joven diciéndole:
-”Hijo mío, no existe mejor elección, felicidades”. -El joven se retiró lleno de alegría.

El ángel le dijo a Dios:
“Pero Señor, el joven se lleva la misma cruz con la que llegó aquí.”


Cualquiera que sea tu cruz, cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de una tormenta.
Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, Debemos, estar gozozos y agradecídos porque sabemos que el Señor no nos va a dar más carga que la que podamos llevar, y aún, con nuestras cargas, sus brazos estarán alrededor de nuestra vida para ayudarnos a llevarla.

Mateo 11:28-30
Jesus dijo:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.

lunes, 7 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



La Enfermera

Un caluroso día de verano, un joven matrimonio y su pequeña hija de cuatro años, Susana, iban de viaje de vacaciones a las montañas por algunas semanas cuando en forma imprevista un inmenso camión que venía en sentido contrario chocó violentamente al pequeño auto en que viajaban. Los padres de la niña quedaron gravemente heridos y ella se quebró algunos huesos. Tan pronto como fué posible fueron llevados al hospital más próximo y separados en distintos centros: los padres fueron a la unidad de cuidados intensivos, y Susanita fue llevada a la unidad infantil. Como pueden imaginarse, la niña no sólo se encontraba con grandes dolores físicos, sino que además ella estaba muy asustada porque sus padres no estaban con ella para confortarla.

Gloria, la enfermera que fue asignada a Susana, era soltera y de unos cuarenta años. Ella entendió el temor y la inseguridad de la niña y procuró darle todo lo que sus padres no podían darle. Cuando Gloria terminaba su turno de trabajo, en lugar de irse a su casa se ofrecía como voluntaria para acompañar a Susana por las noches. Por supuesto que la relación especial que estaba naciendo entre la niña y su enfermera produjo un acercamiento afectivo muy grande entre las dos. Gloria le traía galletas, libros de monitos y juguetes; le cantaba canciones y le contaba un sin fin de cuentos.
Cuando Susanita pudo moverse, Gloria la colocaba en una silla de ruedas y la llevaba a visitar a sus padres todos los días. Después de varios meses de hospitalización la familia fue dada de alta. Antes de dejar el hospital los padres agradecieron a Gloria por su devoción y tierno cuidado, y la invitaron a que los visitara. Susana no quería que Gloria se quedara e insistía en que ella se fuera a vivir con ellos. Gloria tampoco quería que su Susanita se fuera sin ella, pero su vida estaba en el hospital para niños y ella no podía dejar su “hogar”. Por meses mantuvieron contacto solo vía telefónica debido a la distancia que los separaba, hasta que la familia se fue a vivir a otro país.
Después de pasar más de treinta años, Gloria ahora en sus setenta, se enfermó de pulmonía y fue hospitalizada en la unidad geriátrica del hospital cerca de su casa. Una enfermera que estaba de turno notó que Gloria recibía muy pocas visitas, así que trató de darle un cuidado especial.
Una noche cuando la enfermera estaba sentada cerca de su anciana paciente y conversaban amigablemente, le confidenció a Gloria la razón por la cual ella había estudiado enfermería. Comenzó diciendo que cuando ella tenía cuatro años, con sus padres había tenido un accidente automovilístico, y que al ser llevada al hospital conoció a una enfermera maravillosa que le había ayudado a recuperarse con tal devoción y amor. Después, continuó diciendo, había dejado el país y al crecer había decidido seguir el ejemplo de su amada y recordada enfermera, estudiando enfermería, para poder ayudar a los enfermos.
Al volver a su país y contraer matrimonio, encontraron trabajo en esta ciudad. Y por eso que ella estaba en ese lugar.
Gloria no pudo seguir escuchando, y con sus ojos llenos de lágrimas se acercó a su enfermera y le dijo: “Susanita, estamos nuevamente juntas, pero esta vez tú me estás cuidando”. Susana al fijar sus ojos en Gloria de pronto pudo reconocerla. ¿Eres realmente tú?, exclamó. “Cuantas veces he pensado en ti y orado que algún día pudiéramos estar juntas de nuevo”.
Cuando Gloria se recuperó, Susana sin preguntar tomó las pertenencias de Gloria y la llevó a vivir con su familia, donde llegó a ser una muy especial abuelita.

Proverbios 3:3
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.


Agradecimiento especial por su aporte Para Pilar Cortes -.México .-

sábado, 5 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



El Elefante

Cuando yo era chico, me encantaban los circos, y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal.. pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que este animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes.
 Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tio por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado…. ¿Por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca … y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
”El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
 Estoy seguro de que aquel momento el elefante empujó, tiró y sudó tratando de soltarse, y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro día y el que siguió.
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. 
Jamás, jamás…. intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo: No puedo …. y nunca podré. Crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

Aprende a ser libre, vive sin ataduras…No te rindas..!!
Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

viernes, 4 de noviembre de 2011

ACERCANDOME AL REY



Hoy… Las Puertas se Abrirán y No se Cerrarán

“Así dice el Señor a su ungido, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes, para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán” Isaías 45:2.


Gracias Señor por este día y por esta oportunidad de caminar por el sendero marcado por tu voluntad y misericordia. Gracias por que hoy me recuerdas que me has tomado de la mano derecha.
Hoy, recuerdo cuando era niño y en alguna ocasión camine con mi padre mientras él me tomaba por la mano de derecha. Su mano fuerte y cariñosa me daban seguridad y animo.
Hoy, mi corazón se llena de tu seguridad, porque me tomas también de la mano derecha para llevarme por todos los parajes y caminos preparados para mi.
Como no he de alabarte hoy, Señor si puedo caminar con firmeza sabiendo que tus propósitos son claros y definidos. Sujetar y Desatar. Hay muchas cosas que necesitarán hoy ser sujetadas y muchas cosas que necesitan ser desatadas. Cuantas personas, situaciones y circunstancias exigirán sujeción y liberación. Este día no es para perderlo, sino para ganarlo en la realización de tus propósitos claros.

Ahora, Señor mi corazón se goza, porque el versículo de hoy me dice que no solamente me tomas de la mano derecha y me das la oportunidad de Sujetar y desatar, pero además me concedes el privilegio de ver que tú me abres puertas y estas puertas no se cerrarán. Entiendo Señor que estas puertas pueden ser oportunidades pero que aún más alla de esto , puerta es símbolo de autoridad.
Con tu autoridad podré entrar en autoridad y esa autoridad que rodeará mi vida, nadie, ninguna otra autoridad la podrá cerrar. El mundo, las circunstancias difíciles y aún el enemigo espiritual querrán bloquear mi camino, pero no podrán porque tú eres quién abre las puertas.
Tu mano es fuerte y poderosa y con tu mano toda puerta será abierta. Hoy, confieso que ninguna puerta se podrá cerrar y la seguridad de que el Señor me lleva de la mano es absolutamente cierta.

“Señor, es cierto que hoy no veo mucho delante de mi, pero tu palabra en esta ocasión viene para asegurarme que me tomas de la mano derecha y me concedes la oportunidad de sujetar y desatar. Pero, también gracias por la hermosa oportunidad de ver como tu presencia me abre puertas y esas puertas no se cerrarán.
Ayúdame hoy, Señor a estar atento a aquello que debo sujetar y aquello que debo desatar, para no perder la hermosa oportunidad de sentirme usado en tu precioso y útil propósito para mi vida.
Amen.

Serafín Contreras Galeano