martes, 28 de junio de 2016

Adiós



La vida aquí en la tierra es pasajera y por lo tanto también las personas. Algunas te dejarán y cuando ese tiempo llegue ¡déjalas ir! No trates de persuadirlos a que se queden. Raras veces tu futuro está unido a los que se van. Cuando algunas personas ya no pertenecen a tu vida, nada podrá hacer que se queden.
Recordemos en la Historia de Noemí, ella tenía dos nueras  Orfa y Ruth; cuando las tres quedaron viudas, decidieron regresar a la tierra de Noemí, Ruth se quedó con ella, pero Orfa se marchó y buscó otro rumbo, eso fue algo doloroso para ellas pero sencillamente denotaba que su papel en esta historia se había acabado. “Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella”. Ruth 1.14
Reconoce cuando el papel de alguien se ha acabado en tu historia, de lo contrario, te vas a encontrar intentando resucitar a un muerto. David le imploró a Dios por la vida de su niño. El Rey ayunó y pasó la noche acostado en tierra, ni comió pan (2 Samuel 12:16,17). Pero cuando murió el niño, tuvo que aceptar que no había nada más que pudiera hacer, así que David se levantó de la tierra, se lavó, se ungió, cambió sus ropas y comió.(2 Samuel 12:20).
¡Acepta cuando algo ha terminado! Si el propósito de Dios es que lo tengas, te lo va a dar y permanecerá contigo. Cuando has hecho lo posible para que funcione y no ha funcionado, acepta su voluntad en el asunto. Levántate, no te aferres a un recuerdo, a una persona, a un objeto, etc.  Empieza a vivir de nuevo.
 “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.” 1 Juan 2:19.
No supliques a nadie que se quede contigo en contra de su voluntad. El hecho que se vaya no es casualidad; significa que Dios tiene algo mejor reservado para ti y seguramente también para la persona que se va; por lo tanto, ¡confía en Él cuando esto suceda!
Telma Céspedes
    CVCLAVOZ   

domingo, 26 de junio de 2016

Guarda tu corazón



"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida." Proverbios.4:23
La Biblia nos advierte que debemos guardar el "corazón" y cuando nos habla de ello, comúnmente se refiere a la mente como centro del pensamiento y de la razón, pero también incluye las emociones, la voluntad, y con ello, todo el ser interior.
Ahora, ¿Por qué es importante guardar el corazón? Jesús dijo: “Felices los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8
Aunque parezca dura esta palabra, no podemos ignorarla, porque son palabras que salieron de la boca de nuestro Dios y como sus hijos debemos ser obedientes en todo tiempo; además, sólo teniendo el corazón limpio podremos verlo. Los siguientes versículos nos enseñan cómo se guarda el corazón:
"Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios." Proverbios 4:24.Nuestra identidad está en Cristo, de modo que nuestras palabras y pensamientos deberían ser gratos delante de Él y delante de nuestro prójimo. La Biblia habla mucho sobre esto, por ejemplo, Pablo nos dice que "Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes... Que nos quitemos toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia." (Efesios 4:29,31)
"Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante." Proverbios 4:25.Los ojos de las personas que no conocen a Cristo están "llenos de maldad." Si queremos mantener nuestro corazón limpio, no debemos alimentarnos mirando cosas pecaminosas.
"Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos." Proverbios 4:26. El corazón influye en nuestro comportamiento, si el corazón está guardado, podremos evitar las acciones impulsivas del pecado.
"No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal." Proverbios 4:27. Las decisiones que tomamos reflejan el estado de nuestro corazón. Es muy sabio guardar el corazón porque  así evitamos caer en la trampa del enemigo y nos mantenemos firmes en el camino.
Guardar el corazón no es fácil ni sencillo, pero como hijos de Dios, escogidos, llamados y justificados por la sangre de Jesús, debemos mantenerlo limpio para el Señor.  Seamos obedientes en todo tiempo. Concentrémonos en la oración, el estudio de la Palabra de Dios, las buenas obras, y en llevar adelante el evangelio.  Jesús viene pronto ¿Estamos listos?
Guarda tu corazón porque de eso depende tu salvación.
 Diego Jora
    CVCLAVOZ    

viernes, 24 de junio de 2016

Paciencia en la prueba



“porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4)
Cuando un soldado se prepara para la guerra es sometido bajo un riguroso entrenamiento para enfrentarse con éxito, no solo al enemigo sino también a las adversidades y rigores propios de la naturaleza. Parte de esta intensa preparación consiste en aprender a usar sus armas para darle un uso adecuado y efectivo durante el fragor de la batalla. Disponer de armas y no saber usarlas debidamente lo pondría en el mismo lugar de indefensión del que no las posee.
En el campo espiritual, tenemos que ser conscientes que formamos parte de una guerra que no nos permite la posibilidad de quedarnos en una posición neutral, ya estamos en ella y por lo tanto nuestra tarea es decidirnos a tomar las armas. La Biblia nos dice que tenemos un enemigo que no descansa y que como león rugiente anda buscando a quien devorar, (1 Pedro 5:8). Por lo tanto no podemos tener una actitud pasiva, sino que es necesario decidirnos a tomar las armas que el Señor nos dio.
El apóstol Pablo claramente nos describe cual es el equipo del que disponemos para la batalla y nos anima a vestirnos con la armadura de Dios de manera que podamos salir victoriosos. “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;” (Efesios 6:13-18).
Hay situaciones en la vida donde sentimos claramente el ataque del enemigo, las circunstancias parecen acorralarnos, nos sentimos en medio de una batalla y hasta sin fuerzas para continuar, lo cual pudiera hacernos pensar que no tiene sentido seguir luchando. Si esta es tu situación, te animo a que sigas los consejos del apóstol Pablo y que comiences a vestirte de la armadura de Dios, levanta la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, activa tu fe reconociendo que Dios está al control de todo proceso y ora en todo tiempo con perseverancia. Dios quiere darte la victoria, reconoce que mayor es el que está en ti que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4).
 Daniel Zangaro
    CVCLAVOZ    

jueves, 23 de junio de 2016

Paciencia en la prueba



Hay ocasiones en las que los problemas que enfrentamos parecen interminables. Empezamos con mucha fuerza a luchar contra ellos, a hacerles frente,  pero al cabo de un tiempo pareciera que ya no nos quedan fuerzas y pedimos a Dios que nos saque de ellos rápidamente.
Lo cierto es que toda prueba tiene su propósito y tiene un tiempo en el que Dios puede moldearnos. Es como el caso de la mariposa.
Cuentan que un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder presenciar el momento en el que el hermoso ser saliera.
Un día se percató de  que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas cómo la mariposa luchaba por abrirlo más grande y así poder salir.
El hombre vio que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.
Entonces el hombre, en su bondad y creyendo que la mariposa se había atascado, decidió ayudarla y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y así la mariposa, finalmente, pudo salir del capullo.
Sin embargo, cuando esto sucedió, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
Aquel hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas fueran a desdoblarse  y crecieran lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.
Nada de eso sucedió y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir
por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba al líquido del  cuerpo de la mariposa hacia sus alas,  para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

La libertad y el volar solamente podrán llegar después de la lucha. Al privar a la mariposa del esfuerzo propio de salir del capullo, también le fue privada su salud.
Si Dios nos permitiese progresar en nuestras vidas sin obstáculos
nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos ser.

Dios quiere bendecirnos, tiene grandes planes para nuestras vidas, pero más allá de eso, desea ir moldeándonos, trabajando en nosotros a través de las circunstancias difíciles, pero puedes tener la certeza de que nunca nos dará una prueba mayor a la que podamos soportar. 
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Jeremías 29:11

 Ana Marìa Frege Issa
                CVCLAVOZ    

martes, 21 de junio de 2016

Fuiste perdonado, ahora hazlo tú



“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 4:32
Necesitamos tanto el perdón para nuestras almas como alimento para nuestros cuerpos.
Como humanos somos sensibles a las ofensas, ya sea en acción, omisión o palabras; nos sentimos tan afectados cuando ocurren que las creemos imperdonables. Pero, ¿Por qué no pensamos en aquellas cosas con las que agraviamos a Dios?. Lo deshonramos tanto que nos vemos impedidos de gozar de su amor.
Nuestra culpa, aun cuando procuramos rechazarla, nos pesa y esa es la fuente de muchos sufrimientos e incluso enfermedades.
El mensaje esencial de las escrituras consiste en que Jesucristo pagó las deudas por nuestras ofensas y cuando fallamos el perdón de Dios se hace evidente en nuestras vidas.
Nosotros también debemos perdonar a quienes nos han ofendido. Pero, ¿Cómo responder a una ofensa? No podemos negar el hecho, ni aun reconciliarnos, teniendo en poco el asunto sin tratarlo a fondo; es decir, perdonar sólo en palabras o ignorarlo no ayuda.
¿Qué hacer? Con humildad y dispuesto a reconocer nuestras propias faltas, debemos acercarnos a quienes nos ofendieron y perdonar. No es una tarea fácil pero Dios te dará el valor para perdonar y eso permitirá no sólo tu curación y liberación sino también la de la otra persona.
Otorgar el perdón es imitar a Jesús y sobre todo recordar que nosotros mismos fuimos perdonados.
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” 1 Pedro 2:21-23.

           Telma Céspedes
               CVCLAVOZ    

domingo, 19 de junio de 2016

Dios quiere bendecirte



“Si ustedes, siendo malos, dan buenas cosas a sus hijos, ¿Cuánto más nuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:11
Dios es bueno y es un ser lleno de amor que está dispuesto a bendecir, dar una vida abundante y llena de propósitos a los que le pidan. El problema es que las personas no creen ni confían en Él. En otras palabras no conocen a Dios y, por lo tanto, no le piden ni buscan su favor. Sólo se interesan por Él cuando viven una tragedia o cuando la situación es desesperante para la persona. Pero, ¿Será correcto acordarnos de Dios solamente en los momentos trágicos de la vida?
Si quiero que Dios esté conmigo siempre y ver su mano poderosa ayudándome en mis necesidades personales tendré que obedecer lo que Él me diga por medio de su palabra y ser fiel en todo tiempo.
Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Josue 1:8 (NTV)
La voluntad de Dios es que puedas disfrutar de la vida y que tus necesidades sean suplidas. Él no te llamó para que vivas una vida de sufrimiento constante. Al contrario, el Señor anhela bendecirte y ayudarte.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 1:2
Dios te separó y te dio la oportunidad de obtener lo mejor de esta vida, que es Jesucristo, y ahora quiere seguir bendiciéndote hasta el día que Él te llevará a su presencia.
Empieza a buscarlo y verlo como el galardonador y premiador de los que le buscan, no como el castigador. Dios tiene algo bueno para ti. Tan sólo clama con todo tu corazón.
Ya sea que estés buscando la llenura del Espíritu Santo o si necesitas sanidad,  restauración de tu matrimonio, un milagro financiero o lo que sea, solamente debes pedirlo ahora. Dios tiene lo mejor para ti, y te lo quiere dar. Levántate en fe y toma las bendiciones que Jesús tiene para ti. No olvides que Cristo te lo dio todo en la cruz del Calvario, solamente tienes que pedirle y tomar lo que ya te pertenece.
“Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra
; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.” Mateo 7:7-8 (NTV)
Diego Jora
              CVCLAVOZ 

martes, 14 de junio de 2016

El tiempo de resistir



“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7).
 Hay momentos en la vida en que vemos nuestro avance o progreso, todo lo que hacemos parece prosperar y crecer, gozamos de buena salud y todo parece a nuestro favor.  Sin embargo, hay otros tiempos en los que a pesar de estar haciendo lo mismo que antes, ciertas respuestas no llegan y las circunstancias de la vida parecen agobiarnos.
Sabemos que libramos diariamente una guerra espiritual que aunque no la vemos, esto no la hace menos real que el mundo visible. Tampoco nuestra voluntad de participar es relevante ya que de cualquier manera somos parte de esta batalla que se libra en los aires.
 La Biblia nos habla de resistir al diablo y la promesa es que haciendo esto huirá de nosotros, por lo cual, pareciera que hay tiempos en los cuales nuestra tarea es simplemente resistir los ataques del enemigo. Quizás la pregunta sea ¿De qué manera podemos resistir? El mismo versículo y algunos subsiguientes nos aportan una respuesta. En primer lugar debemos someternos a Dios, esto implica rendirnos en humildad delante de Él, enderezar nuestros caminos conforme a su voluntad y descansar confiando en que Dios pelea por nosotros.
 El sometimiento implica humildad y obediencia. La humildad, en cuanto a entregarle a Dios el control de nuestra vida y la obediencia cuando somos capaces de hacer los ajustes necesarios para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, confiando en sus planes y propósitos, reconociéndolos superiores a los nuestros. No podemos resistir a Satanás y sus huestes de maldad simplemente con nuestras fuerzas humanas, por lo tanto es clave permanecer en Dios, para hacerlo de manera exitosa.
Para esto debemos seguir los consejos del versículo siguiente “Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.  (Santiago 4: 8).
La purificación comienza con la identificación de lo que sabemos que nos separa de Dios y continúa con el arrepentimiento, de esta manera permitimos que Dios quite toda influencia de Satanás en nuestras vidas.
 Luego de esto es importante tomar la armadura de Dios: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Efesios 6:10-13).
 Pablo continúa diciéndonos en que consiste esta armadura: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;” (Efesios 6:14-17).
 Por lo tanto, si te encuentras en uno de esos tiempos en que las bendiciones aparentan estar frenadas y los problemas, lejos de solucionarse parecen multiplicarse, vístete de la armadura de Dios y resiste permaneciendo en Él para alcanzar tu victoria.

 
 
         Daniel Zangaro
          CVCLAVOZ    

lunes, 13 de junio de 2016

¡Una salida!



Ante una situación de necesidad queremos encontrar a toda costa una puerta salida ¡Ojalá así fuera cuando enfrentamos una tentación!
La tentación es todo impulso a hacer algo atrayente que no es correcto delante de Dios y, como se caracteriza por ser irresistible, es difícil negarla por lo cual muchos se quedan cediendo a sus deseos.
"No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla". 1 Corintios 10:13
Es alentador saber que Dios proveerá una salida cuando enfrentes un momento de tentación, una forma de escapar; lo que indica que aunque tengas deseos o estés a punto de fallar, Él continúa pendiente de ti.
Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedóen Jerusalén.
Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. 2 Samuel 11:1-4
David fue tentado al ver desde su terrado a una mujer hermosa bañándose y no pudo resistir la tentación de preguntar por aquella mujer. En ese momento recibió una advertencia: “es esposa de uno de tus servidores” ¡Esta era la puerta de salida que Dios le dio! Betsabé era  casada y por lo tanto era prohibida; además, era mujer de uno de  los siervos que se encontraban luchando en la guerra por su nación, por consiguiente, había un mayor motivo para respetar a la esposa de Urías. Lamentablemente David ignoró la puerta de salida.
En la Biblia dice: "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" Marcos 14:38
Israel se encontraba en guerra y David estaba durmiendo, mandó a todos a la batalla pero él no fue. Después de dormir todo el día se le presentó la tentación a la que no pudo resistir. Es por este motivo que Jesús nos pide que estemos despiertos y oremos porque nuestra carne es débil; David olvidó que se encontraba en una guerra y por tanto fue un blanco fácil del enemigo.
Si estás enfrentando situaciones de tentación, debes estar alerta a las advertencias o puertas de salida que te brinda Dios. Por otro lado, te animo a despertar, ponerte de rodillas y dedicar un tiempo considerable a la oración, porque como hombres somos débiles pero la oración nos fortalece.
Si eres tentado ¡ora! Porque si eres débil con Jesús serás fortalecido.
 Shirley Chambi
          CVCLAVOZ 

sábado, 11 de junio de 2016

Advertencia



Se llama peligro a todas las circunstancias que pueden ocurrir en cualquier momento en las cuales pueda existir algún riesgo para la integridad física de las personas... y las señales de advertencia de peligro tienen por objeto indicar a los usuarios de la vía la proximidad y la naturaleza de un peligro difícil de ser percibido a tiempo, con objeto de que se cumplan las normas de comportamiento que, en cada caso, sean procedentes. (Wikipedia)
Estas señales nos ayudan a diario a conservar nuestra integridad física. También las señales de advertencia para cuidar nuestra integridad espiritual son muy importantes y están en la Palabra de Dios.
Una de ellas está en 2 Timoteo 3: 1-5: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,  traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,  que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” 
El Apóstol Pablo, hace esta advertencia al joven Timoteo en ella describe la mala conducta que encontrará entre los creyentes en los últimos días y al finalizar la descripción de ellos le advierte que a éstos los  debía evitar, que no tenga una relación de intimidad con tales personas.
Pero eso no era suficiente sino que el Apóstol Pablo le recuerda el ejemplo que él mismo le dio en cuanto a la sana doctrina que le demostraba con su vida, la obediencia, su perseverancia a pesar de los sufrimientos, su confianza en Dios, paciencia y amor. Esa debía ser su guía y resalta lo que no lo dejaría desviarse: “Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien.” 2 Timoteo 3:16-17 (TLA) 
Es un tiempo difícil donde la Iglesia está siendo corrompida, pero es nuestra responsabilidad personal prepararnos en sana doctrina, el Señor nos advirtió acerca de este periodo así que no tenemos excusas para no obedecer. No nos dejemos llevar por cualquier persona que “dice” ser cristiana pero sus acciones lo desmeritan, busquemos el discernimiento de Dios en su Palabra y oración, así evitaremos estar en peligro.
Sigamos fielmente al Señor y su gracia nos acompañará siempre.
Soraida Fuentes
           CVCLAVOZ    

viernes, 10 de junio de 2016

El tiempo de resistir



“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7).
 Hay momentos en la vida en que vemos nuestro avance o progreso, todo lo que hacemos parece prosperar y crecer, gozamos de buena salud y todo parece a nuestro favor.  Sin embargo, hay otros tiempos en los que a pesar de estar haciendo lo mismo que antes, ciertas respuestas no llegan y las circunstancias de la vida parecen agobiarnos.
Sabemos que libramos diariamente una guerra espiritual que aunque no la vemos, esto no la hace menos real que el mundo visible. Tampoco nuestra voluntad de participar es relevante ya que de cualquier manera somos parte de esta batalla que se libra en los aires.
 La Biblia nos habla de resistir al diablo y la promesa es que haciendo esto huirá de nosotros, por lo cual, pareciera que hay tiempos en los cuales nuestra tarea es simplemente resistir los ataques del enemigo. Quizás la pregunta sea ¿De qué manera podemos resistir? El mismo versículo y algunos subsiguientes nos aportan una respuesta. En primer lugar debemos someternos a Dios, esto implica rendirnos en humildad delante de Él, enderezar nuestros caminos conforme a su voluntad y descansar confiando en que Dios pelea por nosotros.
 El sometimiento implica humildad y obediencia. La humildad, en cuanto a entregarle a Dios el control de nuestra vida y la obediencia cuando somos capaces de hacer los ajustes necesarios para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, confiando en sus planes y propósitos, reconociéndolos superiores a los nuestros. No podemos resistir a Satanás y sus huestes de maldad simplemente con nuestras fuerzas humanas, por lo tanto es clave permanecer en Dios, para hacerlo de manera exitosa.
Para esto debemos seguir los consejos del versículo siguiente “Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.  (Santiago 4: 8).
La purificación comienza con la identificación de lo que sabemos que nos separa de Dios y continúa con el arrepentimiento, de esta manera permitimos que Dios quite toda influencia de Satanás en nuestras vidas.
 Luego de esto es importante tomar la armadura de Dios: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Efesios 6:10-13).
 Pablo continúa diciéndonos en que consiste esta armadura: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;” (Efesios 6:14-17).
 Por lo tanto, si te encuentras en uno de esos tiempos en que las bendiciones aparentan estar frenadas y los problemas, lejos de solucionarse parecen multiplicarse, vístete de la armadura de Dios y resiste permaneciendo en Él para alcanzar tu victoria.
 Daniel Zangaro
          CVCLAVOZ

miércoles, 8 de junio de 2016

El camino



Cuentan que un viajero se perdió en medio de la selva africana por lo que le preguntó a un nativo si podía ayudarlo mostrándole el camino a través del bosque.
Ya habían avanzado una buena distancia, cuando aquel viajero entró en dudas y preguntó:
      - ¿Es éste el camino?El nativo respondió:
      - Aquí no hay caminos; yo soy el camino.
La sagacidad del aborigen guió a través de la selva inexplorada a aquel viajero perdido, dándose cuenta de que efectivamente, el guía era el camino.
Al igual que el viajero, todos nosotros estamos perdidos dentro de esta vida hasta que Jesús nos encuentra y nos dice: Sígueme.
Cuando Jesús nos invita a seguirlo no solamente es porque es el único por el que podemos ser salvos, sino que también nos llama a seguir sus pasos y su ejemplo mientras estamos transitando por esta tierra. No hay otra manera de tener una vida plena y significativa, ni de llegar a nuestro destino exitosamente sino a través de nuestro Guía.
“Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí”. Juan 14:6 (NTV)
No importa que no veas los caminos o senderos, solamente confía en Jesús porque no te dejará perdido ni te abandonará, te mostrará y guiará por los mejores lugares; recuerda que Él es el Camino.
Ana María Frege Issa
      CVCLAVOZ