martes, 24 de febrero de 2015

Todo es para bien



Pasamos por tragedias y problemas, tal vez hemos sido traicionados, sufrimos la pérdida de un ser querido, tuvimos una serie de momentos difíciles que hemos vivido desde nuestra niñez o adolescencia; en fin, cosas que harían que pensemos que Dios nos ha abandonado o que no le importamos.
José era una persona que sufrió varias adversidades, conocemos su historia, fue vendido por sus hermanos como esclavo, fue encarcelado por algo que no hizo, etc. Podríamos decir que todo lo que le pasaba mostraba que su vida iba de desgracia en desgracia y que al parecer no tenía el respaldo de Dios.
Sin embargo, debemos ver cómo Dios estuvo en cada etapa, cada vivencia, porque cada cosa que le sucedió le sirvió para ser más sabio, aprender y llegar a ser quien fue, pues si no hubiese sido vendido, no hubiera trabajado para Potifar donde fue acusado de acoso y si no hubiese sido encarcelado, no hubiera descifrado los sueños del Faraón, por lo que no habría llegado a ser una persona importante en la tierra de Egipto.
Dios vuelve toda maldición y tragedia en bendición, tal cual nos señala este pasaje donde José dice:“Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.” (RV-1960)
Dios puede hacer grandes cosas en tu vida y con tu tristeza, es sólo cuestión de cambiar la perspectiva de las cosas y ver que Dios tiene un propósito con todo y que al final la bendición llegará. Dios está involucrado en todo lo que te sucede y tiene un plan muy bueno.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28 (RV-1960)
No dejes de pensar y creer que Dios está en medio de todo lo que te pasa y que al final todo es por nuestro bien pues estamos con Él.


Telma Céspedes 
        CVCLAVOZ

lunes, 23 de febrero de 2015

Ni siquiera soy digno de ser su esclavo


Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios, pero pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de ser su esclavo y llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Mateo 3:11 NTV
Juan el Bautista era un hombre que se hizo conocer por predicar para que las personas se arrepientan de sus pecados y la gente venía de diferentes ciudades para ser bautizados por él. En su posición podía dejarse dominar por el orgullo y altivez ya que incluso doctos en la ley iban a ver lo que hacía; sin embargo, recordaba cada momento que no era digno y que servía a alguien superior.
Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. Mateo 7:6-7
Se llamaba “Centurión” a un oficial de ejército que tiene a su mando cien soldados, por eso mismo este hombre podría ser prepotente y altivo, sin embargo, demuestra su temor a Dios al pedirle ayuda y reconoce que no es digno de tenerlo bajo su techo, ni siquiera de estar en su presencia, sabía quién era Él y por esto mismo recibió su milagro.
Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Romanos 5:8 NTV
Estos dos hombres,  Juan y el Centurión, tienen algo en común,  ambos temen a Dios porque reconocen que no son dignos, ni merecedores de algo. Nosotros deberíamos estar agradecidos al Señor porque  que hemos sido beneficiados en gran manera. Éramos pecadores, no merecíamos ser salvos pero por su gran amor lo somos. No somos dignos de servirle, pero nos da esa oportunidad. 
Lamentablemente en lugar de ser agradecidos nos resulta pesado ser cristianos. Una hora es tan larga cuando hablamos de Dios pero tan corta cuando vemos una novela o un partido de futbol. No encontramos palabras para orar, pero fácilmente nos salen cuando charlamos con algún amigo. Nos da sueño cuando leemos la Biblia, pero qué fácil nos resulta leer las revistas de modas. Buscamos siempre la primera fila en el teatro o cine, pero cuando vamos a la Iglesia siempre nos ubicamos atrás.
Es posible que hayas olvidado que no eres digno de estar sentado a su mesa, y por ello criticas algún aspecto de tu iglesia, te dejas llevar por los chismes, o no deseas servir si no te han elegido líder de aquel lugar. Lo importante es que ahora recuerdes de dónde Dios te ha sacado, le agradezcas y le sirvas con humildad porque no somos merecedores pero Él nos da todo.


Shirley Chambi 
        CVCLAVOZ

sábado, 21 de febrero de 2015

El tesoro


Un campesino estaba haciendo un pozo en su campo. Cuando llevaba horas cavando encontró un cofre enterrado. Lo sacó de allí y al abrirlo vio lo que nunca había visto en su vida: un fabuloso tesoro, pues contenía diamantes, monedas de oro, joyas bellísimas, collares de perlas, esmeraldas, zafiros y un sin fin de objetos preciosos que harían las delicias de cualquier rey.
Pasado el primer momento de sorpresa, el campesino se quedó mirando el cofre. Viendo las riquezas que contenía pensó que era un regalo que Dios le había hecho; pero aquello no podía ser para él solo, era demasiado. Él era un simple campesino que vivía feliz trabajando la tierra. Seguramente, había habido alguna eq
uivocación.
Muy decidido, cargó el cofre en una carretilla. Tomó el camino que conducía a la casa donde vivía Dios para devolvérselo. Al rato de ir por allí, encontró a una mujer llorando al borde del camino. Sus hijos no tenían nada para comer y los iban a echar de la casa donde vivían por no poder pagar 
el alquiler. El campesino se compadeció de aquella mujer y, pensando que a Dios no le importaría, abrió el cofre y le dio un puñado de diamantes y monedas de oro. Lo suficiente para solucionar el problema.
Más adelante vio un carromato parado en el camino. El caballo que tiraba de él había muerto. El dueño estaba desesperado. Se ganaba la vida transportando cosas de un lugar a otro. Ahora ya no podría hacerlo. No tenía dinero para comprar otro caballo. El campesino abrió el cofre y le dio lo necesario para un nuevo caballo.
Al anochecer, llegó a una aldea donde un incendio había arrasado todas las cosas. Los aldeanos dormían en la calle. El campesino pasó la noche con ellos y a la mañana siguiente, les dejó lo suficiente para que reconstruyeran toda la aldea e nuevo.
Y así iba recorriendo el camino aquel campesino. Siempre se cruzaba con alguien que tenía algún problema. Fueron tantos que, cuando ya le faltaba poco para llegar a la casa de Dios, sólo le quedaba un diamante. Era lo único que le había quedado para devolverle a Dios. Aunque poco le duró, porque cayó enfermo de unas fiebres y una familia le recogió para cuidarle. En agradecimiento, les dio el diamante que le quedaba.
Cuando llegó a la casa de Dios, éste salió a recibirle. Y, antes de que el campesino pudiera explicarle todo lo ocurrido, Dios le dijo:
-Menos mal que has venido, amigo. Fui a tu casa para decirte una cosa, pero no te encontré. Mira, en tu campo hay enterrado un tesoro. Por favor, encuéntralo y repártelo entre todos los que lo necesiten.
El campesino de la historia no dudó en compartir diligentemente el tesoro que estaba en sus manos. ¿Qué hubieras hecho tú? A lo mejor no tenemos ese tipo de riquezas materiales sin embargo poseemos riquezas espirituales que son eternas y que están en nuestras manos.
La palabra dice: ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Romanos 10: 14-15
Posiblemente no podremos cambiar la situación difícil que están pasando las personas con necesidad pero sí cambiaremos el rumbo de su destino en la eternidad y abriremos una puerta de bendición para que Dios mismo sea el que transforme sus vidas.
El Señor nos llamó a ser de bien a los demás no dejemos de compartir el tesoro de la eternidad.


Soraida Fuentes 
        CVCLAVOZ

jueves, 19 de febrero de 2015

No puedes...



¿Hay algo que Dios no pueda hacer? La respuesta parece obvia porque Dios es todopoderoso, pero son varias cosas que no puede hacer, entre ellas  no puede mentir, robar o engañar.
Él no puede pecar porque su palabra dice que es “Santo, Santo, Santo”. Al mismo tiempo quisiera preguntarte: ¿Y hay algo que un hijo de Dios no pueda hacer?
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Mateo 16:24
¿Quieres ser un hombre o una mujer de Dios? Para serlo debes poner atención a lo que significa “Renunciar”; se considera renuncia al “abandono voluntario o  apartarse de algo que se tiene derecho”. Para ser un seguidor de Cristo se debe pagar un precio, pagar lo que nadie quiere, ir donde nadie quiere ir, apartar un tiempo importante para estar a solas con Él.
Son pocos los que comprenden  qué es seguir a Jesús. Es fácil ser un espectador y estar sentado los domingos en la iglesia, lo difícil está en ser un héroe de la fe, como Abraham, Moisés, Elías, o un mártir como los discípulos de Jesús, un ministro capacitado y preparado para toda buena obra ¡Ese es un hombre de Dios!
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. Filipenses 3:7-8
Pablo menciona que ha perdido muchas cosas e incluso las ha considerado basura para alcanzar a Dios ¡Quedan pocos hombres como Pablo con ese fuego en su corazón,  que tenga hambre de Dios y lo busquen sobre todas las cosas! Muchos se preguntan: ¿Dónde está el Dios de Elías que hizo descender fuego del cielo? ¿El Dios de Moisés que abrió los mares? ¿El Dios de David que les hizo ganar grandes batallas? De seguro Dios se pregunta: ¿Dónde están los hombres como Moisés, Elías y David?
Si quieres ser uno de esos grandes hombres de Dios no puedes hacer todo lo que los demás hacen, gozar con lo que ellos gozan, como participar en fiestas paganas, alegrarse en la bebida y alcohol, dejarse llevar por los placeres del momento. A veces el precio será soledad, persecución, escarnio, escasez, pero en su tiempo recibirás su recompensa. 
¡La gloria siempre será de Dios!

 
Shirley Chambi
    CVCLAVOZ

miércoles, 18 de febrero de 2015

Enemigos de Humo



Muchos lo llaman paranoia, otros, delirio de persecución pero  la verdad es que muchas personas viven atemorizadas por enemigos de humo. Tal vez sea hora de dejar de vivir amedrentados por cosas que ni siquiera ocurrirán.
Podemos recordar la historia en la que Jacob quien usurpó la identidad de su hermano para recibir la bendición de su Padre, después huyó de su casa y fue perseguido por su hermano durante mucho tiempo. Jacob incluso le enviaba regalos a Esaú para que éste no lo matara.
Jacob creía que su hermano estaba lleno de rencor, odio, con ansias de venganza. Vivía y dormía atemorizado por algo que él creía que sucedería encuanto lo encontrara Esaú, y más aún cuando le dijeron que éste estaba llegando acompañado de  400 hombres.
Esto puede compararse con nuestras relaciones con otras áreas como la familia, los amigos, negocios, trabajo, la salud, etc. Estamos atemorizados por lo que puede salir mal o pasar, esto es porque no están en nuestro control y creemos siempre lo peor.
Pero, ¿Qué sucedió cuando Esaú encontró a Jacob? Todo lo que él pensaba que pasaría, no sucedió. Al contrario la Biblia nos cuenta lo que aconteció: “¿Y qué eran todos esos rebaños y esas manadas que encontré en el camino? preguntó Esaú. Son un regalo, mi señor, para asegurar tu amistad contestó Jacob. Hermano mío, yo tengo más que suficiente dijo Esaú. Guarda para ti lo que tienes. No insistió Jacob, si he logrado tu favor, te ruego que aceptes este regalo de mi parte. ¡Y qué alivio es ver tu amigable sonrisa! ¡Es como ver el rostro de Dios!” Génesis 33:8-10 (NTV)
Podemos ver que ese temor era en vano, su hermano lo estaba buscando porque lo quería de regreso, no le guardaba rencor y lo había perdonado.
Dejemos de vivir llenos de temor, creyendo cosas que no son reales, vivamos confiando en que Dios está en control, que nuestro Padre tiene misericordia si sabemos reconocer nuestras fallas.
Aparta de ti todo miedo y todo pensamiento negativo que hace que no puedas descansar tranquilo o que puedas vivir plenamente como Dios quiere.

 Telma Céspedes
    CVCLAVOZ

lunes, 16 de febrero de 2015

No te niegues al amor



En el año 1943 un aviador Francés llamado Antoine de Saint-Exupéry, exiliado en Estados Unidos debido a los conflictos bélicos de la época, escribió un cuento llamado “El principito”.  Con el paso de los años esa pequeña historia se convertiría en un éxito literario logrando vender más de 140 millones de copias en todo el mundo.
Aunque al principio se consideraba sólo un libro infantil por la forma en la que está escrito,  después se convirtió en una obra literaria de agrado para personas adulta, debido a que en cada capítulo trata temas profundos como el sentido de la vida, el amor, la amistad, la soledad y la pérdida.
Aunque usa bastantes figuras imaginarias y situaciones muy ficticias, algunos párrafos se han convertido en frases bastante populares. Una de ellas dice: “El tiempo que usaste para cuidar a tu rosa es lo que la hace tan importante para ti”.
Al leer el libro e involucrarse con la trama, uno no puede dejar de detenerse y meditar en el significado de esa corta oración. Al momento vienen situaciones a la mente y momentos en los que solemos acreditar costos a las cosas, pero no tanto por lo que materialmente pudo habernos costado, sino por el esfuerzo puesto para conseguirlo.
El capítulo 4 del libro de Jonás relata una enseñanza similar. Después que el profeta había predicado en la ciudad de Nínive sobre la destrucción que vendría si continuaba el pecado, todas las personas reconocieron sus males, se arrepintieron y Dios decidió perdonarlos. Pero el profeta se enojó mucho justificando su huida a Tarsis, ya que consideraba que su trabajo fue inútil puesto que todos fueron perdonados.
Estando a las afueras de la ciudad, Jonás aún enojado, preparó un lugar bajo una calabacera para protegerse del sol, pero de un día para otro su improvisada choza cayó al suelo muerta. El ardiente sol hería al profeta en la cabeza quien se enojó aún más, pero Jehová le dijo: “Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?” Jonás 4 Versión Reina-Valera 1960
Nosotros solemos asignarle precios a las cosas que nos rodean basándonos en el esfuerzo, la dedicación o el costo que pusimos para obtenerlas. Pero la dedicación que Dios puso para nuestras vidas supera cualquier otra cosa existente.
En Salmos 8:3, declara que Dios ama su creación porque con sus manos lo hizo todo, en Salmos 139:13-16, dice que Él personalmente nos formó desde que estábamos en el vientre de nuestra madre y sus manos aún siguen trabajando en nosotros, Isaías 64:8.
Jesús es quién que no solo nos creó, sino que cuando nos perdimos fue a rescatarnos pagando el precio más alto que hay, Lucas 19:10.
¿Cómo podríamos negarnos a ese amor?
Una vez más, permítele a Jehová escuchar tu voz cantando de alegría en su presencia, hablando con él en tus tiempos de oración, pensando en sus bondades cuando trabajes, meditando en su voluntad cuando leas la biblia, luchando por tu santidad, negándote a ser vencido por el pecado y  enfrentando cualquier reto que quiera desestabilizar tu fe porque al final lo único que necesitas, es tener de tu lado a quien te ama incondicionalmente: Dio
s.   


 Héctor Colque
   CVCLAVOZ

domingo, 15 de febrero de 2015

El propósito del dolor


Las perlas están formadas por nácar, que es una sustancia que se produce en el interior de las ostras. La perla es el resultado una reacción ante el dolor provocado por la presencia de una partícula de material extraño, como puede ser un grano de arena dentro del cuerpo blando del molusco.
La perla, por así decirlo, produce una lágrima ante la irritación  que va gradualmente envolviendo el grano de arena. Esta lágrima va redondeando y poco a poco cubriendo aquello que provoca dolor hasta que forma una preciosa esfera con un brillo hermoso. Después de un cierto tiempo aquello que empezó como un cruel dolor se convierte en una piedra de gran valor. 
Cuando pasamos situaciones dolorosas, momentos difíciles, no logramos entender el por qué llegamos ahí o cuál es la razón de la misma; entonces tenemos la tendencia a enojarnos o querer culpar a Dios por lo sucedido, sin embargo, si leemos Romanos 8:28, nos dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. "
Es decir que a pesar de lo doloroso que pueda ser lo que estamos pasando, si nuestras vidas están bajo el cuidado de Dios, entonces existe un propósito de bien para lo que nos está sucediendo, Él quiere hacer algo con nosotros, tal vez sea en nuestro carácter, en nuestra vida misma, nuestros pensamientos, etc. porque sabemos que nuestra naturaleza está llena de mal y es bueno saber que por medio del dolor, vamos siendo moldeados y transformados.
Jesús experimentó el dolor al morir en aquella cruz, tuvo que pasar por aquella situación de sufrimiento pero lo que pasó hizo que la humanidad obtuviera la salvación y vida eterna; ese dolor se transformó en bendición.
Aunque el dolor toma formas diferentes y tiene duraciones distintas, el sufrimiento viene siempre con un objetivo mayor que nuestra comodidad, nuestro placer o nuestras metas personales. Si buscamos el propósito del Señor para el dolor, descubriremos tanto su paz como su profundo amor por nosotros.
 Claudia Carvajal
     CVCLAVOZ

Por amor



Una madre tenía colgada en la cocina de su casa una pequeña pizarra en la que, cuando tenía que salir, solía escribir recados a su familia. Frecuentemente dejaba una lista de trabajitos que debía hacer su hijo de doce años cuando éste llegará de la escuela.
Un día se le olvidó hacer dicha lista pero al volver a su hogar, encontró que alguien había llevado la ropa limpia de la soga y la había doblado cuidadosamente, había sacado la basura de la cocina y había cortado la hierba del frente de la casa.
Sorprendida le dijo a su hijo: “Pero yo no te dejé una nota diciéndote que hicieras estas cosas”, a lo que el pequeño respondió: “Ya lo sé pero en mi corazón yo quería hacer algo que te agradara a ti”.
Todos nosotros deberíamos hacer lo mismo y no sólo con la gente que amamos, sino con Dios. Deberíamos conocerlo a tal grado que no necesitemos escuchar de experiencias ajenas para comprender y obedecer el mensaje que tiene para cada uno de nosotros.
Una búsqueda continua en oración, la lectura de la palabra de Dios, el vivir de acuerdo a los preceptos que nos dejó en ella, nos llevará a conocerlo mejor, de tal manera que podamos vivir y hacer las cosas buscando agradarlo, conociendo qué es lo que le gusta.
Cuando amamos a alguien buscamos conocerlo más y hacer lo que le agrada, no por temor, sino porque queremos que sea feliz.
Que nuestra oración sea como la del salmista:
“Nos has ordenado que cumplamos cuidadosamente tus mandamientos. ¡Oh, cuánto deseo que mis acciones sean un vivo reflejo de tus decretos! Entonces no tendré vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos.” Salmos 119: 4- 6 (NTV)
El amor no se ve en frases bonitas, sino en acciones, ¿Estás buscando agradar a Dios? ¿Sabes qué es lo que le gusta?

 

martes, 10 de febrero de 2015

Ya no iré contigo...



Michael, desde que era niño, soñaba con tener un barco. Cuando empezó a trabajar se empeñó en ahorrar con el propósito de conseguirlo. Al pasar el tiempo se enamoró de una joven con quién compartió sus sueños e inquietudes. Ella lo entendió, y por esa razón, lo apoyó en el ahorro para el famoso barco. Sin embargo, las actitudes y necedades de Michael hicieron que ella tomara la decisión de distanciarse.
Ambos tenían el dinero listo para cumplir sus sueños, pero ella ya no quiso acompañarlo; le ofreció  a Michael quedarse con el barco porque lo amaba y sabía que era su sueño, pero ella no iría con él.
Michael compró el barco pero se dio cuenta que no tenía sentido vivirlo solo porque, aunque realizó su sueño, no era feliz, no servía de nada si no estaba la persona a quien amaba.
Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré; y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo (a la tierra que fluye leche y miel); Pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.” Éxodo 33:1-3
Dios decide retirar su presencia de en medio del pueblo debido al pecado y al corazón duro que ellos mostraban, y les dice: “Tendrán que ir solos, enviaré un ángel, pero no iré con ustedes.” Esto los llenó de desesperación, no el hecho de que pudieran ser consumidos en el camino, sino la mala noticia de entrar a la tierra prometida sin Él.
Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. Éxodo 3: 15
El pueblo de repente despertó y dijo: “¿Qué valor tiene Canaán? ¿Qué valor tienen la leche y la miel si tú no estás con nosotros?” Ellos vieron que la presencia de Dios, tener comunión con Él y contar con su compañía eran más importante que todo lo demás. Demostraron su necesidad de Dios por encima de sus deseos: “si no vienes con nosotros no queremos ir, no queremos la leche y la miel, te queremos a ti”.
Cuando uno despierta se da cuenta realmente que no hay nada tan serio como estar sin la presencia de Dios. Es posible que estés pidiendo al Señor un milagro o una bendición, sin embargo, pregúntate: ¿Está Dios en medio de mí? ¿Su presencia está conmigo? Ten presente que No hay prosperidad externa, ni ningún tipo de éxito que pueda compensar la ausencia de Dios.
Es posible que estés haciendo algo que te aleja cada día más de Dios, incluso puedes tener éxito, prosperidad, todo puede aparentar estar bien, pero sin la presencia de Dios serás como un sepulcro que aparentan ser hermoso por fuera pero por dentro está lleno de huesos muertos. Reflexiona y antes de pedirle algo, clama a Dios para que su presencia te acompañe éste día.
 

¡Cualquier otra bendición no tiene ningún valor si Dios no está conmigo!

  Shirley Chambi
      CVCLAVOZ

lunes, 9 de febrero de 2015

Cuando el desánimo llega



Desánimo es perder los ánimos o las ganas de hacer cierta cosa, perder la esperanza de conseguir algo, desmotivación para continuar una tarea, desgano de vivir, duda.
Y la causa más común del desánimo es el agotamiento físico y emocional. Este síntoma casi nunca es pasajero si no es tratado y se puede atribuir a causas concretas y muy diversas como la falta de sueño, un día de trabajo intenso y estresante, un viaje agotador, una situación agobiante, un uso mental sin descanso o preocupación constante.
Cuando estás cansado, pierdes fuerza y  confianza. Es así de simple. ¿Cuál es el remedio?. Si estas cansado es porque necesitas descansar y el mejor remedio para el agotamiento físico y emocional ¡Es el descanso!
Jesús dijo: “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.” Mateo 11:28 (NTV)
No luches en tus propias fuerzas, Dios quiere que vayas a Él y descanses en su presencia. El Señor conoce tu trabajo, tu entrega y lo mucho que te has esforzado para lograr lo que anhelas. Ahora es tiempo de descansar y confiar en Dios. “Benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.” Jeremías 17:7 (NTV)
La cosa más espiritual y hermosa que puedes hacer es ir a descansar en la presencia de Dios. Es increíble ver nuestro estado anímico después de reposar en el Señor.  Las fuerzas no son las mismas, tu fe es extraordinaria, tu manera de pensar cambia, el desánimo desaparece, el amor en ti crece y sobre todo no dudas de que Dios está en ti.  
A pesar de tu situación y el desánimo en tu vida, Dios es bueno, te ama, está contigo, sabe lo que te pasa, se interesa por ti, tiene un plan para tu vida y cumplirá su propósito en ti si confías en Él.
¡Acércate a Dios y  renueva tus fuerzas en su presencia!


Diego Jora
      CVCLAVOZ
 

sábado, 7 de febrero de 2015

Nosotros decidimos ser o no felices. Ahora tener…

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La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de sus 92 años de edad, estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos.
El que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía necesario el traslado.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana.
“Me encantan”, dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.
“¡Sra. Pepita! usted aún no ha visto el cuarto…. espere”.
“Eso no tiene nada que ver”, dijo ella. La felicidad es algo que uno decide con anticipación.
El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría”. “Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme”.
“Estas son mis posibilidades: puedo pasarme el día en cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que si funcionan.
Cada día es un regalo, y por el tiempo que mis ojos se abran me centraré en el nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente… sólo por este momento en mi vida.
La vejez es como una cuenta bancaria… uno extrae de lo que había depositado en ella”.
“Entonces, mi consejo para ti sería que deposites gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos”.
Recuerda estas simples 5 reglas para ser feliz:
(a) Libera tu corazón de odio,
(b) Libera tu mente de preocupaciones,
(c) Vive humildemente,
(d) Da más y
(e) Espera menos.
Enviado por Sara de Montemayor
Muy buen ejemplo para nuestra vida. Necesitamos entender que nada nos hace felices o alguien nos hace felices. Nosotros decidimos ser o no felices. Ahora tener al Señor en nuestra vida, es la principal razón para ser felices.
¿Ya lo eres?
No esperes mucho. Hazlo antes de que termine este año.
Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de vida, a fin de que yo tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que no habré corrido en vano ni habré trabajado en vano. Fil 2:14-16

viernes, 6 de febrero de 2015

A Dios le agradezco…

powerpoint agradecer


Por mi hijo (a) que está viendo la tele en su cuarto, aunque no lo limpie… porque significa que está en casa y no en las calles…
Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuve rodeado  de seres queridos
Por las ropas que me quedan un poco ajustadas… porque significa que tengo suficiente para comer…
Por mi sombra, que me ve trabajar… porque significa que puedo salir al sol…
Por el césped que tengo que cortar, ventanas que limpiar y cortinas que lavar… porque significa que tengo una casa…
Por el lugar para estacionarme que se encuentra hasta  el final del estacionamiento… porque significa que tengo auto…
Por la señora que está detrás de mi en la iglesia y que desentona al cantar… porque significa que puedo oír…
Por la cantidad de ropa que tengo que lavar y planchar… porque significa que tengo ropas que vestir…
Por el cansancio y los dolores musculares al final del día… Porque significa que tengo un empleo…
Por el despertador que suena tan temprano todas las mañanas… porque significa que ¡¡¡estoy vivo!!!
Descarga esta diapositiva aquí:     A Dios Le Agradezco

miércoles, 4 de febrero de 2015

Debemos perdonar



El perdón es uno de los actos más nobles que puede consumar una persona, aunque ha sido utilizado como recurso curativo. Se ha demostrado científicamente que perdonar resulta una eficaz medicina, reduce el dolor y permite una pronta restauración emocional.
El perdón es una voz de independencia respecto de aquel que nos mantiene encadenados a la amargura. Nos ayuda a reducir el resentimiento, el enojo y la irritación; sentimientos que desarrollan en la persona un sentido de culpa y ansiedad.
El perdón es una prueba de amor hacia nosotros mismos: quien se ama, perdona.
El doctor Frederick Luskin, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, es fundador del Stanford Forgiveness Project, que estudia los efectos del perdón en el ser humano, afirma que perdonar nos libera para vivir a plenitud y con salud de mente, cuerpo y espíritu.
Como se ha descrito en líneas anteriores, el perdonar nos trae grandes beneficios a nuestra vida, no sólo a nuestra vida emocional o sentimental, también implica todo nuestro ser. El perdón es un arma poderosa para romper con todo aquello que quiere intoxicar y dañar lo que somos y lo que puede dañar nuestra relación con Dios. 
No podemos negar que muchas veces, perdonar, puede ser difícil y hasta incomprensible por razones que consideremos propias; pero por lo que vimos y entendemos como hijos de Dios debemos perdonar a los que nos han ofendido o pedir perdón a aquellos que hemos lastimado. 
Nuestro Señor nos da el máximo ejemplo en la cruz cuando dijo: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). A pesar de ser el agredido y de no tener culpa alguna, los perdonó; entonces cuánto más nosotros que hemos sido rescatados por su sacrificio y que conocemos de su gracia deberíamos practicar el perdón. En Mateo 18:21-22 “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” 
Busca en Dios la fuerza para perdonar. Desea simplemente que Él haga desbordar de su amor tu corazón. Donde llega el amor, el odio es desalojado y si existe amor existirá perdón. Tal como lo hizo Jesús, no es imposible, sólo es cuestión de decisión.

Claudia Carvajal
    CVCLAVOZ