jueves, 28 de mayo de 2015

Por amor a ti

 
Dentro de la historia de los reyes, también llamados líderes del pueblo de Israel, hubo varios que desobedecieron y fueron idolatras, no siguieron los pasos de David  a quien Dios bendijo y le dijo que bendeciría a sus generaciones. Pero,¿qué sucede cuando tu generación no hace lo correcto delante de los ojos de Dios?
Tenemos varios ejemplo, entre ellos Manases, Ezequías, Amón, también a Josías. Analizando más la historia de estos líderes que reinaron, podemos ver que la mayoría, excepto Josías, no hicieron lo correcto y Dios tuvo misericordia de ellos por amor a David. Perdonó a Ezequías porque se arrepintió y humilló, pero la promesa que Dios hizo fue cumplida a pesar de los pecados y desobediencia de estas generaciones. (2 Crónicas 33; 34) (RVR-1960)
Tal vez te encuentras en esa situación, tienes algún ser querido que está alejado de Dios, aún no lo conoce o se apartó del camino correcto, pero no debes perder la esperanza o creer que por el hecho de que en este momento esa persona está sumergida en el pecado ya no hay salvación o salida, Dios te hace la misma promesa que le hizo a David. Hoy te dice: “Reconozcan, pues, que el Señor su Dios es el Dios verdadero, que cumple fielmente su alianza generación tras generación, para con los que le aman y cumplen sus mandamientos” Deuteronomio 7:9 (RVR-1960)
Aprópiate de la promesa que Dios te da, créele y verás que Él tendrá misericordia de tus generaciones, pues son benditas y las ama por amor a ti y tu fidelidad.
No importa hijo de quién seas o quiénes sean tus hijos ni en qué estado se encuentren, lo importante es quien es tu Dios y a quién le vas a creer a pesar de todo.
Tus generaciones serán buenas, pero depende de que tú tengas fe y no olvides jamás la promesas que Dios renueva cada día.

Telma Céspedes
    CVCLAVOZ

miércoles, 27 de mayo de 2015

El vagón equivocado


 
Cuentan que dos hombres, muy experimentados y que habían viajado mucho, sintiéndose orgullosos de eso, se jactaban de no necesitar la ayuda de nadie para saber qué tren tenían que  tomar, en cierta oportunidad se dirigieron a la estación y se acomodaron en un buen compartimiento del tren que ellos creían ser el que  los llevaría a su destino.
Por tres veces un joven de equipajes asomó su cabeza en el compartimiento para avisarles que debían pasar al coche de adelante. Por fin uno de ellos se decidió a preguntar, con aire de suficiencia:

       - ¿Y por qué  no podemos quedarnos dónde estamos?
     - Por nada- respondió el hombre- solamente  que este coche no está  enganchado al tren, de  manera que  no les llevará a ningún parte”.
Los seres humanos somos así, confiados en nuestro conocimiento, nuestras fuerzas, los bienes acumulados, la influencia de la gente que conocemos y muchas cosas más; nos embarcamos en proyectos confiados en una u otra cosa terrenal e incluso buscando religiones que llenen el vacío que llevamos, cuando sólo Dios puede hacerlo.
No está mal ser emprendedor, por el contrario, el problema está en no saber reconocer nuestras limitaciones, el confiar en las cosas materiales, en personas tan falibles como nosotros.
Mucha gente, confiada en sus conocimientos rechaza los consejos de los demás  e incluso, deja de consultar con Dios si esa es Su voluntad.  Apoyados en su autosuficiencia se embarcan en su orgullo y emprenden el viaje. Pero, ¿Será que los llevará a su destino?, ¿El vagón será el correcto?
Por algo, en Proverbios 3:5-8 se nos aconseja: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.No te dejes impresionar por tu propia sabiduría.En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos” (NTV)
Hoy es un buen día para detener nuestra marcha acelerada y pensar si estamos seguros de estar en el lugar, el proyecto o la empresa correcta; si no cabe la posibilidad de que confiando en nuestro conocimiento no hayamos embarcado en el coche incorrecto y que después de muchos sacrificios y tiempo nos percatemos que el vagón en el que nos sentamos nunca se movió.
Pídele a Dios que te de la humildad necesaria para reconocer tus limitaciones, la sabiduría para tomar las decisiones correctas, que te muestre su voluntad y te de la fortaleza y determinación para seguirla.
Cuando te embarcas en un vagón tomado de la mano de Dios, puedes estar seguro de que llegarás al lugar correcto sano y salvo.

Ana María Frege Issa
       CVCLAVOZ

martes, 26 de mayo de 2015

Agradecido


Agradecido Me Siento 

Agradecido me siento por todo lo que soy por todo lo que tengo y por todo lo que puedo hacer, que solo viene de Dios.
La Biblia nos exhorta a tener un corazón agradecido. Dad gracias en todo porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Muchas personas no tienen un espíritu agradecido, al contrario creen que todos tienen que servirles y darles lo que necesitan,.
Un día Jesús caminando por las calles de una ciudad , fue detenido por 10 hombres leprosos que pedían a Jesús el toque sanador y con compasión por ellos, Jesús los sanó. Estos leprosos regresaron a sus casas y en el camino notaron que la lepra había desaparecido, y solo uno de ellos, volvió a Jesús con un corazón agradecido, y le expresó su gratitud por la sanidad. Jesús le preguntó y dónde están los demás?
Dónde están aquellos que han sido tan bendecidos por Dios y por otras personas, que han olvidado ser agradecidos?
NO perdamos la gratitud. Sed agradecidos en todo porque esta es la voluntad de Dios.
Dios te bendiga,

lunes, 25 de mayo de 2015

Conforme al corazón del hombre o al corazón de Dios


 
En una ocasión Israel estaba a punto de enfrentarse a un poderoso enemigo. Samuel, al cabo de siete días, iría a ofrecer holocausto en aquel lugar, invocando la ayuda de Dios para esta batalla. El enemigo se acercaba cada vez más, por lo que el pueblo presa del miedo, comenzó a desertar. Los días se cumplieron y al ver que Samuel no aparecía Saúl impaciente tomó el asunto en sus manos y ofreció el holocausto.
Inmediatamente llegó Samuel y le pronunció el rechazo divino:
“Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1 Samuel 13:13-14
Saúl era el rey ideal para el pueblo de Israel desde su apariencia. Era el hombre más alto de todos, con gran porte físico y valeroso, ajustado a lo que ellos querían. También era un rey que satisfacía sus deseos, antes que cualquier otro e incluso antes que la ley de Dios.  
En diferentes ocasiones nuestra obediencia será probada y tendremos que decidir a quién queremos agradar. Un trabajador comentaba que era criticado por su jefe y compañeros por no participar en aquello que no era de agrado a Dios. Puedes tener temor a ser criticado, a pasar vergüenza, al rechazo, pero sobre todo debes temer al Señor quién salvó tu vida.
“Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. 2 Crónicas 16:9
Dios probó al rey Saúl y él demostró ser alguien que prefería agradar más a los hombres que a su Señor, tenía más temor por lo que digan los demás, que por lo que El Señor mandaba y por lo cual recibió un duro rechazo.
En este tiempo te animo a ser una persona conforme al corazón de Dios y no precisamente al corazón del hombre. Serás probado para ver a quién más deseas agradar y a quién temes más.
Pedimos que cuando el Señor busque un corazón conforme al de Él, encuentre el tuyo y no seas el que es reemplazado.  

Shirley Chambi
    CVCLAVOZ

domingo, 24 de mayo de 2015

Esfuérzate


 
Mi mamá nació en 1962, vivió su infancia en un humilde hogar en el campo, pasó por necesidades; sus padres no tenían el dinero suficiente, por lo que escaseaba el alimento y le fue imposible terminar el colegio. 
Al ver esta situación difícil en su casa, en su adolescencia, tomó la decisión de emigrar a la ciudad para buscar una mejor calidad de vida. Empezó trabajando como niñera, mucama; sin embargo, no quiso quedarse como tal, ella aspiraba a más. Ingresó a un instituto para aprender corte y confección y con ese conocimiento emprendió un negocio propio, los inicios no fueron fáciles pero con perseverancia y  esfuerzo llegó a  tener éxito en sus ventas. Tanto fue así, que en la actualidad podemos ver el fruto de sus manos. Sacó adelante a su familia, sus hijas tuvieron el privilegio de estudiar en el extranjero y en su casa siempre hay en abundancia. Cuando le preguntas cuál fue su secreto de éxito, ella responde: “no hay secretos de por medio, es gracias a Dios que nunca me abandonó y claro, el trabajar el día a día, porque eso es lo que Él nos manda, trabajar…”
¿Cuántos queremos alcanzar éxitos en cualquier área de nuestra vida? Yo creo que muchos; nos trazamos objetivos, metas y aún ya tenemos planificadas estrategias para encaminarnos. Pero muchas veces sucede que todos estos anhelos sólo se quedan en sueños o simplemente en palabras. ¿Qué sucedió? Creo que una de las razones es la falta de esfuerzo, pues es querer pero no hacer, es soñar pero no despertar, es hablar pero no accionar, es visualizar pero no trabajar, es creer que todo viene de la noche a la mañana, como algo mágico, pero no es así. 
Para poder cumplir metas en la vida se requiere de esfuerzo, de dar más allá de lo que uno normalmente puede; es emplear tiempo, fuerza, conocimiento y valentía. El Señor le dijo a Josué que debía esforzarse porque él sería quien llevaría al pueblo de Israel a la tierra prometida. Y se lo repitió cuatro veces.
Proverbios 14:23 dice “Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse sólo en palabras lleva a la pobreza.” (NVI)
¿Queremos recibir la recompensa y lograr nuestras metas? Entonces es tiempo de esforzarse y luchar. Recuerda que Dios va contigo.

Claudia Carvajal
     CVCLAVOZ

viernes, 22 de mayo de 2015

Libera al prisionero


 
Normalmente las personas se rehúsan a perdonar porque creen que el resentimiento guardado lastima a quien las ofendió, llegan a creer erróneamente que con esa actitud se están vengando por el mal que les hicieron, cuando en realidad aquél que guarda odio y rencor es víctima de sí mismo.
Efesios 4:31-32 (NTV) dice: Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.
Si Dios perdonó todos nuestros pecados ¿por qué no somos capaces de perdonar las ofensas de los demás? ¿Será porque hemos permitido que la amargura vaya carcomiendo nuestro corazón y nos haya vuelto insensibles a la voz de nuestro Padre Celestial, que preferimos devolver de la misma manera el daño que nos causaron cuando Jesús nos manda a  amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos?  
Para nadie es fácil perdonar, pero con la oración y la ayuda de Dios es posible, porque no lo hacemos en nuestras propias fuerzas sino con el poder del Espíritu Santo, quien nos fortalece todas las veces que nos sentimos débiles y pone en nuestro corazón esa paz que sobrepasa todo entendimiento.
¿Quieres volver a sonreír y tener ese tipo de paz? Da el primer paso: perdona y deja en libertad al prisionero que tienes en tu corazón, que eres tú mismo, no la persona que te ofendió. Esa es la única manera para que puedas ser feliz, estando en paz con Dios y con demás.
El apóstol Pablo dijo: ―Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres… Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber…No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:18,20-21.
Es una disposición del corazón, guardar rencor o perdonar.

jueves, 21 de mayo de 2015

Con Dios, nada es Imposible

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 ¡Los científicos dicen que no puede ocurrir!  ¡Es imposible!
La teoría de la aerodinámica es muy clara. Los abejorros no pueden volar.
Se debe al tamaño, el peso y la forma del cuerpo del abejorro no está en relación al tamaño de sus alas, lo que, aerodinámicamente, hace imposible que pueda volar.
El abejorro es demasiado pesado, ancho y largo para volar con alas tan pequeñas.
Sin embargo, el abejorro sabe todas esas proporciones y datos científicos y vuela.
Dios creó al abejorro y le enseñó a volar. Obviamente que el abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica.
Él, simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba haciendo.  Él, simplemente, voló.  No se preguntó si Dios lo amaba, al darle esas alas tan pequeñas.  Él, simplemente, voló.
Cuando Dios nos creó nos equipó para la vida que tenemos por delante.  Dios sabe los planes que tiene para nuestra vida.
Como nos ama, nos prometió estar con nosotros, enseñarnos, guiarnos, ser nuestra roca.  Todo lo que tenemos que hacer es confiar y obedecer.
Dios no está limitado por nuestra comprensión de cómo suceden las cosas. Sólo porque no vemos algo, no significa que no sea real.
La fe es, verdaderamente, la sustancia de las cosas que no se ven.  A veces, la vida es inexplicable y sucede lo imposible.
No siempre podemos explicar las cosas.
Y el hecho de que no entendamos cómo se hace algo, no significa que el Dios Todo poderoso no pueda hacerlo.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.  Filipenses 4:13

miércoles, 20 de mayo de 2015

No todo está perdido

 
Cuentan que un comerciante regresó a su casa desesperado; se echó en un sillón y dijo:
      - ¡Todo se ha perdido!
      - ¿Qué quieres decir? Preguntó alguien.
    - ¡Ay! – contestó – hemos tenido que despedir a los obreros, nuestro negocio ha quebrado, no queda nada, todo se ha perdido.
    - Papá, pero yo no me he perdido – exclamó una niña desde el otro lado de la sala.
    - Ánimo esposo mío, yo te quedo – le dijo la esposa llena de optimismo mientras se acercaba a él y le tomaba la mano.
    - Hijo mío, te quedan todas las promesas de Dios - dijo la abuela acomodándose  los lentes.
    Entonces deshecho en lágrimas, el comerciante exclamó:
    - ¡Cuán ingrato soy! ¡Tantas cosas buenas me quedan, Dios  mío, perdóname! 
En muchas oportunidades, cuando llegan las pruebas, nos sentimos tan ofuscados por los problemas que somos incapaces de ver las bendiciones que Dios nos da.
El hecho de que Dios pruebe un área de tu vida no significa que todo se ha acabado o que ya no te ama. Si te detienes un momento y quitas tu mirada del problema encontrarás que hay muchos otros motivos  por los cuales agradecer a Dios.
Aunque nos resulte muy difícil dar gracias a Dios por las pruebas que permite que pasemos, debemos agradecerle  por eso también porque es muy probable que ese problema sea una bendición disfrazada. No sabemos, y posiblemente nunca lleguemos a  hacerlo, de cuántas cosas Dios nos está guardando cuando cierra puertas, cuando no permite que nuestros planes continúen o cuando cambia el rumbo de nuestras vidas.
“Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Efesios 5:20 (NTV)
Dios te ama con amor eterno y si Él dijo que tiene planes de bien para tu vida puedes estar seguro de que así es; verás cómo sus promesas se cumplen en Su tiempo.
Cuando sientas que no tienes salida, que ya no queda nada, pídele a Dios que te permita ver más allá de las circunstancias y observa todas las bendiciones que diariamente te da.
Nada está perdido, aún no has visto las grandes cosas que Dios hará con tu vida ni las innumerables bendiciones que tiene para ti, ¡Espéralas!
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.Romanos 8:28 (RVR1960)

Ana Maria Frege Issa
        CVCLAVOZ

martes, 19 de mayo de 2015

¿Estás dispuesto a tomar tu cruz?


 
Cuando Dios nos dijo: “Toma tu cruz y sígueme” no quería decir que por llevarla tendríamos que vivir llenos de cargas sobre nuestras espaldas y sufriendo, ya sea en nuestra vida cotidiana, con una enfermedad o auto compadeciéndonos por la cruz que llevamos.
Lo que en realidad significa es estar dispuesto a morir para seguir a Jesús. Esto se llama “morir a sí mismo.” Es un llamado a la entrega total y absoluta. Cada vez que Jesús mandó a llevar la cruz, Él dijo: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? “Lucas 9:24-25 (RVR-1960) Esto es saber llevar nuestro nombre de hijo de Dios en alto y llevar esa cruz con todo orgullo reconociendo todo el sacrificio que Dios hizo por nosotros.
Había un grupo de personas a las que se les dio una cruz grande para el camino, uno de ellos pensó: Porqué me esfuerzo en llevar esta cruz tan larga, si la corto un poco se hará más liviana y podré llevarla con más comodidad, entonces la cortó. Siguió su camino y pensó nuevamente: si la redujere un poco más no afectará en nada, seguirá con la misma forma  pero será más liviana para mí, entonces lo volvió hacer.
Llegó un momento en el que todos los que llevaban esa cruz debían pasar un barranco, entonces todos procedieron a echar sus cruces y ayudarse con ellas para atravesar ese precipicio, pero ese varón que fue cortando su cruz no pudo hacerlo porque su cruz ya estaba demasiado corta y no alcanzaba al otro extremo para que él pudiera pasar.
Es así como nosotros actuamos y aún tenemos nuestros pensamientos y actitudes puestas en lo que queremos o en lo que es más cómodo para nosotros, sin pensar que el entregar nuestras vidas por completo a Dios es reconocer el sacrificio que hizo mandando a su Hijo. Cargar esa cruz cada día es para valientes, para quienes se atreven a llevar adelante su nombre a pesar de cualquier crítica, oposición o problema.
Aprendamos a cargar nuestra cruz cada día, valoremos lo que tenemos pues a pesar de que el llamado es duro, la recompensa es inigualable y maravillosa.

Telma Céspedes
    CVCLAVOZ

lunes, 18 de mayo de 2015

Indispensable


 
Si podríamos comparar a dos personas que hacen la misma actividad pero con la diferencia de que uno de ellos pone el corazón y el otro la fuerza ¿Quién crees que haría un mejor trabajo?
Lo cierto es que la fuerza ayuda cuando la aplicamos en lo realizamos, pues se la necesita; en cambio cuando se pone el corazón la fuerza va incluida en el desempeño y trae consigo satisfacción no solo personal sino con Dios, cosa que no pasa cuando lo hacemos solamente por obligación o apariencia.
1 Corintios 13:1-3 (NTV) dice: “Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.”
En todo lo que hagamos debe haber amor dentro de nuestras acciones, pues como cristianos estamos llamados a manifestar a otros lo que hemos recibido de Dios. ¿De qué nos serviría ser y hacer grandes maravillas pero sin amor? Seríamos como el metal frío, sin vida y no seríamos nada. Así también si “seguiríamos” a Dios sin amarlo seríamos solo religiosos.
Lo indispensable para la vida es tener amor, y como el amor proviene de Dios debemos tener una estrecha relación con Él.
Si hoy reconoces que te falta lo indispensable no es tarde para pedir y recibir del Señor humildemente ese gran motor que te ayudará a hacer todo con amor.
Ten por seguro que te ama y quiere que tú ames de igual forma.

Soraida Fuentes
     CVCLAVOZ

domingo, 17 de mayo de 2015

Nuestra mayor necesidad


 
La Biblia, en el capítulo 24 de Mateo, narra las cosas que acontecerán antes que este mundo llegue a su fin y cada uno de nosotros somos testigos  de que es verdad lo que declara la palabra de Dios y lo cierto es que este mundo está llegando a su fin. La pregunta es: ¿Qué pasará con tu vida una vez que este mundo deje de existir? ¿Dónde estarás después de partir de este mundo?
“Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén.  Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”. Lucas 13:22-24
Tristemente no todos podrán gozar una eternidad con Cristo,  sino sólo aquellos que tengan el corazón limpio. “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8
No importa de qué denominación o congregación eres, si tu corazón no está limpio lamentablemente no podrás verlo ni pasar tu eternidad con Él. De nada sirve que tengas años en la iglesia y sigas mintiendo, odiando, codiciando, robando y dando mal testimonio. No es bueno engañarnos a nosotros mismo, es mejor examinar nuestro corazón y ver cómo estamos delante de nuestro creador.
Si hay pecado, es mejor humillarnos y ponernos a cuentas con Dios, recuerda que eres el templo del Espíritu Santo y que Él no puede habitar en un corazón contaminado.
Pide perdón y busca con perseverancia llenarte del Espíritu Santo.  Te aseguro que una vez que el Espíritu de Dios descienda sobre ti, tu vida nunca más será igual.
No es tiempo de que te lamentes por tu problema, es tiempo de que seas lleno de su presencia y vivas confiado de sus promesas. Dios no se ha olvidado de tus anhelos y necesidades, Él los tiene presentes. Solamente confía y espera en Él.
Busca primero con todo tu corazón las cosas espirituales de arriba y verás cómo el Señor te bendice.
Que tu mayor necesidad este tiempo sea ser lleno del Espíritu Santo. 
Diego Jora
      CVCLAVOZ

viernes, 15 de mayo de 2015

¡Suelta ese peso!


 
Hace poco tuve la oportunidad de conocer un cañadón de 100 metros de profundidad formado en millones de años por la acción erosiva de las aguas. Éste se caracteriza por tener posas naturales de agua cristalina y varias cascadas que salen de las rocas. Es un hermoso lugar, pero para llegar ahí uno tiene que llevar sólo lo necesario, porque son como 700 gradas las que hay que bajar y el terreno está lleno de rocas, piedras, arena y agua.
Fue un error poner en mi mochila más cosas de las que debía llevar, porque el peso que tenía en mis hombros me desestabilizaba al cruzar determinados tramos. Al encontrarnos en una zona más rocosa y en la cual tuvimos que saltar un par de veces distancias un poco altas, mi guía me la pidió y la cargó. Me dio pena que él la llevara, por eso al terminar de pasar ese trecho, le agradecí por haberme ayudado y la volví a cargar para seguir el recorrido.
Comparo la vida con un viaje parecido a éste, en el que no todos los tiempos serán fáciles sino que enfrentaremos momentos de mucha presión, en los cuales nuestra fe será probada, pero debemos recordar que no estamos solos y que Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28 Sólo entregándole todas nuestras cargas es que podremos seguir adelante, no hay otra forma.
A diferencia de mi guía, Jesús en ningún momento te devolverá tus cargas, no cometas el error de quedarte con peso innecesario ni volver a cargar cosas del pasado como: odio, falta de perdón, amargura, resentimiento, venganza, temores, etc. Entrégaselos todos a Jesús porque Él sabe exactamente qué hacer con ellos. Te está brindando su ayuda porque quiere que llegues a tu destino y así evitar que te desvíes o te quedes en la mitad del camino. Sólo depende de ti aceptarla.
El amor de Jesús es lo único que puede darte la paz y el descanso que has estado anhelando durante tanto tiempo. Y el obedecer los principios que nos dejó en la Biblia, nuestro manual de vida, te asegurará hacer su voluntad y tener contentamiento.
La obediencia con retraso es en realidad desobediencia y esa actitud sólo demora que las bendiciones de Dios lleguen a tu vida.

Brisna Bustamante
      CVCLAVOZ

jueves, 14 de mayo de 2015

Caspa

 
La piel es un tejido formado por miles de células cuyo tiempo de vida es limitado, éstas al morir se desprenden en forma de hojuelas blancas para luego ser reemplazadas por otras células nuevas. Este proceso es normal en el cuerpo de todas las personas.
Sin embargo, existen casos en los que hay una presencia excesiva de piel muerta causada por seborrea y algunas otras enfermedades. Esto es bastante notorio sobre todo en el cuero cabelludo,  debido a que cada filamento retiene las escamas de piel muerta. Este tipo de caso es clínicamente conocido como caspa.
La recomendación más normal es una buena alimentación, tomar bastante agua y consumir frutas, lo que  puede ayudar a hidratar la piel en todo el cuerpo. El consumo de alimentos que contengan zinc también es bastante recomendable. Además se debe cuidar el aseo personal, lavando con regularidad el cabello con un buen champú. La solución está en mantener un cuidado personal y físico.
Algo similar pasa con el pecado. La naturaleza inclinada a hacer el mal está presente en todas las personas y nadie está exento de ser influenciado por ella, pero pareciera que algunos saben mantener a raya esos deseos con más éxito que otras.
Para empezar, debemos reconocer nuestra insuficiencia para lidiar con el pecado, pero si levantamos una bandera blanca de rendición, no lo hacemos ante el pecado mismo sino ante Dios para que nos ayude a luchar con su poder.
Pablo escribe: “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:17 Versión Reina-Valera 1960.
Necesariamente alguno, la carne o el espíritu, va a reinar en nuestra vida influenciando nuestro carácter, nuestras decisiones e incluso afectando a personas que tenemos alrededor nuestro y comprometiendo nuestro futuro.
Pero Dios no nos deja a merced del pecado, sino que nos da la solución a través de su palabra motivándonos a mantener un cuidado espiritual.
“¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia? ¡Viviendo de acuerdo con tu palabra! Yo te busco de todo corazón; no dejes que me aparte de tus mandamientos. He guardado tus palabras en mi corazón para no pecar contra ti.” Salmos 119:9-11 Versión Dios Habla Hoy.
Si la caspa es igual a la falta de cuidado personal, el pecado es igual al descuido en el ámbito espiritual. No importa qué tanto trabajes para cubrirlo o evitar que sea visible, al final siempre habrá alguien que logre notarlo.
Recuerda: El pecado no se elimina desde afuera sino desde adentro, alimentando el espíritu y renovando constantemente nuestra mente por medio del estudio de la biblia. 
 Héctor Colque
    CVCLAVOZ

miércoles, 13 de mayo de 2015

Sin soportes

 
En cierta oportunidad un muchacho caminaba con su padre cerca del río, cuando de repente vio algo que lo inquietó.
      - ¡Mira papá! Están quitando los palos de debajo del puente. ¿Por qué lo hacen? ¿No se hundirá?
       - Están quitándolo para que las vigas puedan descansar más firmemente sobre las columnas de piedra que ahora están terminadas.
Muchas veces nuestras vidas están apoyadas en cosas materiales y pasajeras o sobre personas, que si bien pueden ser familiares o amigos muy cercanos, todos son humanos; entonces, cuando el soporte de nuestra vida está en ellos,  Dios decide, al igual que en la historia, quitar esos palos para que podamos aprender a  descansar plenamente en Él.
Posiblemente hoy estés con problemas familiares y no sabes cómo salvar tu matrimonio o ayudar a tus hijos; quizás has perdido tu trabajo y los acreedores no te dan un respiro o tal vez te han diagnosticado alguna enfermedad grave. Todas estas pruebas, los tiempos de crisis siempre nos hacen sentir más desvalidos, nos mueven el piso y sentimos que nuestro mundo está a muy poco de desmoronarse.
No temas, si ahora mismo sientes que aquellas cosas que te sostenían están siendo removidas confía en Dios. Él es la Roca que no se mueve, no cambia, no te abandona y te sostiene cuando todo lo demás falla.
El rey David, en el Salmo 56: 3 dijo: “Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza.”  Poner nuestra seguridad en Dios, es lo más sabio que podemos hacer. Descansar en sus promesas nos ayuda a vivir en paz y confiadamente.
No temas ni te desalientes, aunque sientas que tu mundo se está moviendo, Dios está ahí contigo, Él te sostendrá, ayudará, fortalecerá,  guiará y guardará tu vida en todo tiempo y nunca permitirá que tu vida se desmorone.
“Pues ¿quién es Dios aparte del Señor? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?” Salmos 18:31
Deposita todas tus cargas y ansiedades en Dios porque tu vida está segura en Él.

martes, 12 de mayo de 2015

Llegó la hora de pescar

 
Una vez que conoces de Dios, y lo aceptas en tu corazón, tal vez te sientes inútil para hacer las cosas o ya llevas mucho tiempo ocupando un lugar en los asientos de una iglesia y aún no hiciste nada por aquellas personas que todavía no conocen el mensaje de salvación.
Dios puede hacer muchas cosas a través de ti, nos llamó a ser pescadores de hombres; nos dice en su Palabra que usa lo que menos imaginamos para su obra “Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras.” Lucas 19:40 (NVI)
Recientemente escuché un testimonio de cómo Dios usa a las personas. Se trataba de un Pastor que estaba haciendo unas compras en el mercado y, al frente de la calle, estaban unos hombres en estado deplorable. Se notaba que llevaban mucho tiempo presos del alcohol. Uno de ellos le gritó al Pastor: “¿Quiere que le cuide el auto?” Y el Pastor sin pensarlo dos veces fue usado por el Espíritu Santo y le respondió: “¿No quieres ir a un centro de rehabilitación y que Dios cambie tu vida?” El hombre respondió que sí. El Pastor sorprendido le dijo que entonces lo llamara en dos horas para encontrarse en la terminal de buses para enviarlo al centro de ayuda que estaba en otra ciudad.
Pasaron las horas y ese hombre llamó al Pastor y le dijo que ya estaba en la terminal y que traía a un amigo más. El mismo hombre que necesitaba ayuda fue pescador de hombres en un instante, sin conocer de Dios cabalmente, sin haber recibido incluso a Cristo en su corazón, él habló y pescó a otro hombre para Dios.
¡Imagínate cuánto más puede hacer contigo! ¿Aún crees que no eres capaz de hacer más?
Hoy te animo a ser ese pescador de hombres, con tu actuar, tus palabras, tu vida misma, no te sientas incapaz,” Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres. Al instante dejaron las redes y lo siguieron.” Mateo 4:19 (NVI)
Hay muchas personas que necesitan de Él, Jesús ya pagó el precio por todos, ahora es el momento de traerlos y rescatar esas vidas.
Es hora de que dejes que Dios te use para pescar. 

lunes, 11 de mayo de 2015

Una nueva oportunidad


 
Un hombre tenía dos hijos. El hijo menor le dijo al padre: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos.
Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada. Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país, y él comenzó a morirse de hambre. Convenció a un agricultor local de que lo contratara, y el hombre lo envió al campo para que diera de comer a sus cerdos. El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada.
Cuando finalmente entró en razón, regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”.
Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. (Lucas 15:11-31 NTV)
Dios es un Dios de amor, compasión, misericordia, de mucha bondad y, de la misma manera que el padre del hijo pródigo,no escatima ni duda en perdonar y dar una nueva oportunidad a los que se acercan a él.
Y al igual que el hijo, si hay un arrepentimiento genuino, si existe un corazón dispuesto a dejar atrás el pecado y regresar a Él, entonces las puertas del perdón y de nuevas oportunidades están abiertas.
Si has fallado, si nuevamente te equivocaste, si incurriste en alguna falta; no dudes en correr a los brazos del Padre, Él no desprecia un corazón contrito y humillado. Por el contrario, te espera siempre sin importar cuál sea tu pecado y te seguirá esperando porque su amor es mayor que tus errores.  Tu Padre quiere seguir obrando en tu vida. Su palabra dice “El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.” (2 Pedro 3:9 NVI)

 

sábado, 9 de mayo de 2015

No te Preocupes

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A veces, cuando nada marcha de acuerdo con lo esperado, y la preocupación es quien reina.
Cuando el quebranto de lágrimas inunda nuestros ojos, y todo parece ser inútil.
Solo una cosa puede ahuyentar las lágrimas que queman y ciegan; alguien que suavemente te eche el brazo por encima y susurre:  No te preocupes.
Nadie ha logrado descifrar por qué esas palabras traen tanto consuelo, o por qué tal susurro hace que nuestras preocupaciones se despejen al instante.
Sin embargo, cuando los problemas nos dan la bienvenida, podemos olvidarnos de ellos y dejarlos atrás.
Cuando alguien suavemente te eche el brazo por encima y susurre:  No te preocupes.
El amor que procede de tan suave caricia; debe ser amor verdadero.
Podría ser que un abrazo así, a tu corazón no traiga consuelo.
Pero si el amor es el móvil, dulce consuelo encontrarás,
Cuando alguien suavemente te eche el brazo por encima y susurre: ¡No te preocupes!
¡Este poema refleja el consuelo que solo se experimenta a través de un toque amoroso!  Demuestra el amor que sientes por tus hijos en lo que dices y haces.  Ese amor será devuelto a ti multiplicado.
Muchos de los que han estado enamorados toda una vida nos dicen menos sobre el tema, que el niño que ayer perdió a su perrito.
1 Juan 3:11
Que nos amemos unos a otros.

viernes, 8 de mayo de 2015

¿Cuál es tu voluntad?

 
Nosotros tenemos anhelos y sueños, le pedimos a Dios que nos ayude a cumplirlos pero a veces estamos con la mirada tan fija en lo que queremos que no vemos cuál es la voluntad de Dios.
Muchas veces hemos criticado el modo en que los hijos han perdido el respeto e ignoran las órdenes o decisiones de los padres cuando se trata de permisos, limitándose a avisar  sus decisiones y no así a consultar a los padres si están de acuerdo o  si está mal, si pueden o no hacer algo. Piensan que no necesitan el consentimiento de ellos y sólo se limitan a informarles lo que van a hacer.
Nosotros, al igual que estos jóvenes, actuamos de la misma manera sin haber orado o consultado con nuestro Padre. Estamos acostumbrándonos pedirle a Dios que bendiga nuestras decisiones sin haberle consultado cuál es su voluntad, le pedimos que bendiga una compra, una relación, esto y aquello, obviando por completo su decisión y sin analizar si está dentro de lo que Él quiere para nosotros.
“El hombre propone y Dios dispone. A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos. Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.” Proverbios 16:1-3
No ignores la opinión de Dios y su voluntad, recuerda que sus planes y pensamientos son mucho más grandes y mejores que los nuestros. En tu tiempo de comunión y oración podrás hallar la respuesta y la decisión que Dios tomó acerca de tu vida y por ende recibirás su bendición pues estarás cumpliendo con lo que Él dispuso.
Hoy te animo a buscar su voluntad, a preguntar a Dios cuál es su decisión antes que su bendición; si estás dentro sus planes ten la seguridad que todo saldrá mejor de lo que tú hubieras planeado.

 
Telma Céspedes 
    CVCLAVOZ

jueves, 7 de mayo de 2015

Migraciones


 
El popular portal de información llamado Wikipedia, define migración como todo desplazamiento de la población (humana o animal) que se produce desde un lugar a otro, llevando consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat, en el caso de las especies animales.
Generalmente los animales suelen migrar cuando se presentan dificultades en su ambiente como la falta de comida, un entorno climático desfavorable o complicado para su subsistencia.
Éste fenómeno se presenta no sólo en las aves, sino también en especies que son terrestres y acuáticas, de  esta última se destaca la tortuga verde. Éste animal marino al nacer es más pequeño que la palma de la mano, pero un adulto puede llegar a pesar 300 kg.
Lo increíble es el recorrido que hace para poder migrar. Viaja cerca de 2,600 kilómetros, más o menos, desde las costas de California en los Estados Unidos hasta el litoral de Sydney en Australia.  Estos nadadores intrépidos consideran la necesidad de buscar alimento, un clima adecuado y un entorno seguro para emprender éste viaje tan largo, por lo general siguen su instinto, y siempre llegan a su destino.
No solamente migran los animales y las personas de forma física, sino también puede hacerlo nuestro corazón.
Lucas 15:11-32, narra la parábola del hijo pródigo quien creyó que viviendo a su manera le podría ir mejor. Sin dudarlo se fue de la casa de su padre, llegó a su destino con la parte de herencia que le tocaba, pero la libertina vida que vivió lo llevó a despilfarrarlo todo y con el tiempo solamente halló pobreza, tristeza y soledad.
Muchas veces en el afán de buscar lo mejor por nuestra propia cuenta, nuestro corazón se aleja de la voluntad de Dios y con el tiempo sólo encontramos frustración y pena: al criar a nuestros hijos, administrar nuestro negocio, conducir nuestro ministerio, dirigir nuestro matrimonio, etc.
Quizás uno o más de estos aspectos de tu vida estén en este momento provocándote una profunda frustración por los resultados que estás obteniendo. El problema es el habitad que se ha formado alrededor tuyo al no tener la presencia de Dios en él.
Si algún área de tu vida es motivo de pena, tristeza o constantes fracasos, es el momento de migrar de vuelta a los brazos de Dios.
Las tortugas marinas migran por instinto con la seguridad de encontrar un habitad mejor. El hijo pródigo regresó a los brazos de su Padre con la seguridad de hallar misericordia, con un corazón verdaderamente arrepentido y encontró mucho más de lo que pensó.
Deuteronomio 4:29-31 “Pero si allí buscan al Señor su Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo encontrarán… él, que es bondadoso, no los abandonará ni los destruirá, ni se olvidará de la alianza que hizo con los antepasados de ustedes y que juró cumplir.” Versión Dios Habla Hoy (DHH)
¿Tienes una frustración, una pena, cometiste un error, las cosas no te salen como esperabas? No dudes más, emprende tu migración de retorno a los brazos de Dios.
Con seguridad encontrarás mucho más de lo que esperas. 

 Héctor Colque 
    CVCLAVOZ

miércoles, 6 de mayo de 2015

La victoria final

 
La batalla había sido dura. El enemigo había usado toda su artillería. El joven soldado se miraba una y otra vez. Su uniforme no era más que un montón de harapos. Su cuerpo estaba todo magullado y lleno de heridas. Apenas podía mover las piernas. De los brazos sólo conservaba uno y sus ojos tampoco estaban bien.
Lo peor de todo era que había luchado para nada. Sí, para nada porque el enemigo  había ganado esta batalla. En ese momento, al soldado no le importaba  que hubiese sido sólo una batalla y que, lo más seguro es que la guerra la ganarían los suyos. Para él, todo estaba perdido. Se sentía inútil. No volvería a presentarse ante su Capitán. ¿Cómo podría hacerlo si no respondió como debía a la confianza que habían puesto en él?  Había perdido y eso es algo que un soldado no puede darse el lujo de hacer.
Se abandonaría hasta morir en el campo, eso era mejor que presentarse como un derrotado. ¿Y quién sabe si a lo mejor, al llegar derrotado podrían castigarlo? Al fin y al cabo la misión de un soldado es ganar todas las batallas, no perderlas.
Cuando más le daba vueltas a esos pensamientos, una voz amiga lo interrumpió. Era su amigo, su compañero de batallas, quien con mucho cuidado lo tomó y con ayuda de otros lo pusieron en una camilla mientras le decía: Tiene que verte el Capitán, se va a alegrar mucho cuando te vea, además, se va a encargar de correr con todos los gastos de tu curación. Seguro que hasta te da una medalla.
El soldado no podía creer lo que el amigo le decía e insistía en contar que había perdido la batalla. Pero no le quedó más opción que aceptar ver al Capitán.
Al día siguiente, recibió la visita esperada en el hospital. El  Capitán al verlo, corrió, lo abrazó con fuerza pero con cuidado de no lastimarlo, pasando por alto los rigores de la disciplina militar.

        - Es usted un gran héroe, querido amigo. Voy a proponerlo para la medalla al mérito militar. Usted ha defendido su posición con uñas y dientes. Ahora ganó el enemigo, pero no se preocupe que la victoria final es nuestra.  Olvídese de sus heridas. Sanarán. Siento mucho lo de su brazo…. Le pondremos uno ortopédico. No podrá volver al mismo puesto pero estará en la retaguardia conmigo, dirigiendo las escaramuzas. Si no hubiera luchado, entonces sería un desertor, pero luchó hasta el final.El soldado apenas podía decir palabra. La emoción no se lo permitía.
Al igual que el soldado, de la historia de MaitéParga, podemos estar en medio de una gran batalla y por más que damos todo lo mejor de nosotros,  la artillería del enemigo nos puede haber herido gravemente y pensamos que es mejor dejarnos morir, que es una vergüenza cómo hemos fallado y que nuestro esfuerzo no ha valido la pena.
Pero ahí, cuando sentimos que ya nada tiene sentido, cuando estamos heridos, decepcionados de nosotros mismos,  viene Dios a encargarse nuestras heridas, a recordarnos que es una batalla más pero que la victoria final la tenemos asegurada.
Lo importante es que luchemos, que peleemos la batalla y que si estamos heridos, corramos a los brazos del único que puede sanarnos. Que nuestras fallas no nos alejen de Dios, que el enemigo no use la vergüenza que sentimos o la decepción para dejarnos morir, sino que vayamos confiados ante nuestro Capitán y nos presentemos con nuestras heridas y la ropa hecha harapos, seguros de que nos está esperando con los brazos abiertos y con el mismo amor de siempre. 
Dios nunca dejará a uno de sus hijos herido, a Él le interesa cómo peleamos, cuánto nos esforzamos, no los resultados de una batalla. Lo que le interesa es que lleguemos hasta el final de la guerra firmes.
“Pelea la buena batalla por la fe verdadera. Aférrate a la vida eterna a la que Dios te llamó y que confesaste tan bien delante de muchos testigos” 1 Timoteo 6:12 (NTV)
No seas un desertor, Dios te ama sin importar cuántas batallas ganaste o perdiste, Él siempre estará contigo para fortalecerte, animarte, sanarte y mostrarte que no es el final, aún hay mucho más para ti; la victoria final es un hecho, sólo debes creer. 
Ana María Frege Issa 
        CVCLAVOZ



martes, 5 de mayo de 2015

Lo imposible está en sus manos


 
A veces cuando estamos en medio de problemas o tenemos que hacer algo para resolver algún conflicto o remediar algo malo que hicimos, decimos que nuestra vida es muy difícil; posiblemente porque tenemos que hacer cosas que tal vez no queremos o pensamos que son imposibles para nosotros.
Podemos observar en la historia cómo Israel logró salir de la esclavitud de Egipto. Dios mandó las plagas y sólo le pidió a Moisés que advirtiera al Faraón. En la última plaga se ordenó al pueblo que marcara sus puertas con la sangre de un cordero sin manchapara cuando pasara la plaga de la muerte; Dios se encargaría del resto.
Cuando estaban siendo perseguidos por el ejército del Faraón, una vez que lograron salir de Egipto,  vieron el mar frente a ellos, todo parecía perdido pero Dios le mandó a Moisés que extendiera su vara sobre el mar y nada más, Él haría el resto.” Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco” Éxodo 14:15-16 (RV-1960) Lo único que tenían que hacer para ganar la batalla era obedecer.
Nosotros nos desesperamos, desconfiamos y sentimos que no podemos hacer nada ante determinadas circunstancias cuando Dios no nos exige más de lo que podemos dar, sólo nos manda a tener fe, creerle y confiar en su amor y poder.
Cuando estamos en situaciones muy difíciles, debemos creer que lo que Dios me pedirá será algo posible para mí y que del resto Él se hará cargo.
“Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.” Lucas 18:27 (RVR-1960)
Si estás en medio de la tormenta sólo camina, sigue, Dios hará lo extraordinario e imposible, tú solamente debes creer que así será.

 Telma Céspedes
    CVCLAVOZ