martes, 30 de agosto de 2016

Todo con equilibrio


El equilibro, según el diccionario, es el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan.
Este concepto se aplica en todo ámbito de la vida. Nuestras relaciones, gustos, creencias y hasta los pasatiempos deben tener un límite y un control en nuestra vida, no debemos aferrarnos a  una sola cosa porque puede ser contraproducente. Un ejemplo podría ser el ejercicio, puede que éste sea una fuente de trabajo, un hobbie o tal vez una forma de mantenernos saludables y no tiene nada de malo, pero que nos obsesionemos por hacer eso todo el tiempo o que nuestra mente, energías, tiempo y corazón estén enfocadas sólo en eso, harán que perdamos de vista otras cosas que nos dan equilibrio.
Muchos hablan de que el fanatismo por Cristo es un exceso y que es malo porque todo extremo es dañino; es muy cierto el concepto de que todo exceso es contraproducente,  sin embargo, debemos entender que el amar a Cristo sobre todas las cosas no es una posición que hace contrapeso, sino  es la balanza que nos ayuda a pesar todo lo que da equilibrio a nuestra vida.
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Eclesiastes 3:1 (RVR-1960)
Entendamos que Dios nos dio tiempo para todo en esta tierra, y por eso mismo quiere que tengamos el momento para hacer y disfrutar todo lo que Él nos regala. Si de algo debemos ocuparnos todo el tiempo es de amar a Dios con nuestra vida.
Hoy te invito a vivir con equilibrio, sin inclinarte totalmente por algo, intenta vivir cada cosa en su momento. Nada merece tu entrega total en esta tierra, vive todo en su tiempo y enfócate en lo eterno.

       Telma Céspedes
            CVCLAVOZ    

No hay comentarios:

Publicar un comentario