jueves, 4 de agosto de 2016

Bandera Blanca



El castillo de Cortegana era una fortaleza medieval española levantada en el siglo XII en la línea fronteriza con Portugal, cuya finalidad era la de resguardar su soberanía territorial. La armada de España constantemente enviaba soldados a ese lugar y, con el tiempo, se convirtió en un pueblo que existe hasta nuestros días.
Una historia en torno a este castillo cuenta que en una ocasión gran parte de los escuadrones españoles se puso en marcha a esta zona con el propósito de revisar toda la línea fronteriza, terminar los trabajos de construcción de la fortaleza, levantar casas para que vivan las familias de los soldados destinados y comenzar con trabajos de agricultura.
Mientras ellos estaban en camino, el vigía vio que por el otro lado se acercaba un gran contingente de caballos de guerra y soldados de a pie, levantando banderas de guerra. De inmediato el soldado advirtió sobre el inminente peligro a sus superiores, quienes enviaron un jinete para pedir refuerzos. 
Los soldados enemigos llegaron primero y acamparon a poca distancia del castillo, y como era costumbre, enviaron un emisario a solicitar su rendición o de lo contrario, al amanecer del día siguiente, atacarían y no dejarían a nadie con vida.
El pánico se apoderó de todos. Pocas horas después llegó el mensajero que fue enviado diciendo que la ayuda llegaría al amanecer del día siguiente, pero para que esos soldados tomaran una estrategia ofensiva o defensiva, debían levantar una bandera blanca en la sima del castillo. 
Al amanecer del día del ataque, una bandera blanca ondeaba en el mástil de la torre más alta de la fortaleza. Los soldados enemigos se acercaron creyendo que se habían rendido, dejaron sus lanzas y envainaron sus espadas, soltaron sus escudos y caminaron con calma para saquear todo lo que podían. En ese momento, una lluvia de flechas cayó sobre ellos matando a muchos y mientras los que aún quedaron en pie estaban pasmados, una línea de hombres a caballo los rodeó y en pocos minutos, arrasaron con todos.
Algo similar pasa en nuestra vida. Las dificultades siempre suelen llegan antes que las soluciones y en ocasiones, esas dificultades son inmensamente superiores a las fuerzas de cualquiera. Seamos realistas, muchos de esos problemas definitivamente exceden cualquier capacidad humana. Quizás la solución es rendirse, y aunque normalmente eso significa que todo ha terminado, en la vida cristiana no es así.
La bandera blanca del castillo de Cortegana no fue puesta como señal de derrota, sino que hondeaba en la sima del mástil para que la ayuda llegara. Como cristianos sabemos que por un lado nuestro adversario se levanta amenazante, pero por el otro está Dios quien quiere ayudarnos. Levanta la bandera blanca para rendirte ante Dios, por que decir “no puedo más”, es permitir que sea Él quien pelee por ti.
“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” Isaías 41:13 Versión Reina Valera 1960
Ríndete ante Dios, exprésale tu problema y deja que Su Poder tome el control.
 Héctor Colque
   CVCLAVOZ  

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