UNA PALABRA DE FUERZA PARA TI
Hay veces que el desanimo quiere quitarte tu momento de felicidad. Y hoy me atrevo a exhortarte a que no te dejes. No permitas que nada ni nadie te haga sentir menos, ni que la melancolía del pasado te apague la felicidad que hoy Dios te regala.
Puede ser que en tu vida no tengas muchas cosas. Puede ser que no hayas alcanzado todos tus sueños y sientas que el tiempo se te va. Puede ser que después de trabajar tanto en la vida te encuentres aun luchando por tus finanzas, por poder cumplir con todos tus gastos.
Pero algo sí tienes, tienes a un Padre Celestial sentado en un trono grande y fuerte. Tienes un Señor que te ama con todas sus fuerzas. Tienes fe en un Cristo vivo y por eso abres tu corazón cada día para recibir de Él.
Y te digo algo más. En el pasado te han robado, en el pasado muchos se han alegrado de verte en momentos difíciles. Sin embargo, no importa cuanto hayan sido esos momentos, ni cuanto te hayan robado o maltratado, hasta el día de hoy tu Padre Eterno sigue contigo, y tú sigues con Él, y eso es algo que no todo el mundo tiene. Y quien tiene a Dios, lo tiene todo.
Tú eres una promesa del cielo. Tú naciste porque nuestro Dios así lo dispuso. Lluvia de bendiciones te esperan, cada minuto de tu existencia es una promesa que desciende del cielo.
Por esto, humildemente te regalo este consejo: despierta cada mañana a la expectativa de que te sucedieran buenas cosas. Duerme cada noche en una confianza total de quién descansa a los pies del Maestro. Ten paz. Deja toda ansiedad a un lado, vive confiando en que el Dios todopoderoso cuida de ti.
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