jueves, 12 de enero de 2017

Con la fe de un niño


Una pobre mujer americana cuyo marido había sido enrolado en el ejército Federal durante la guerra civil en Estados Unidos, quedó desamparada con cuatro hijitos, en aquel tiempo  cuando los gobiernos no proveían para tales necesidades.
Entre  sus hijitos había un niño de seis años que había aprendido a confiar en el cuidado de su Padre Celestial, y  cuya fe nunca fallaba. Todo el tiempo su tierna voz estaba lista para consolar y animar  a su madre con sus dichos infantiles. Cuando el tonel de harina estaba por vaciarse el corazón de la madre se oprimía; pero el pequeño observó que siempre volvía  a llenarse, pues la caridad  de varios granjeros amigos de la necesitada familia proveían lo necesario.
Un día mientras la madre sacaba harina del tonel, el niño se hallaba sentado a su lado sobre el suelo, reflexionando al parecer. De repente una  idea pasó por su mente y levantando la cabeza exclamó: “Madre, me parece que Dios  oye cuando rascamos el fondo del barril”.
Dios siempre está atento a nuestras necesidades y escucha nuestras oraciones. Quizás a veces creemos que no es así  porque nos desesperamos cuando la respuesta no llega, cuando las cosas no son como nosotros quisiéramos, pero sin duda alguna Él está en control.
La fe del niño de la historia no sólo movía la mano de Dios, sino que sostenía a la atribulada madre. Nosotros debemos procurar ser iguales que el pequeño, no sólo confiando plenamente en nuestro Padre y su provisión, sino que podamos ser un ejemplo y dar aliento a quienes nos rodean. No es fácil, sin duda alguna, pero ¿Qué ganamos amargándonos?
“Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes para él mucho más valiosos que ellos? Mateo 6:26 (NTV)
Si Dios tiene cuidado de las aves, también cuidará de ti, de tu familia, de los seres que amas y suplirá todas sus necesidades.
Confía en Dios, tu vida es muy valiosa para Él y quiere bendecirte con mucho más de lo que esperas. No pongas más barreras ni “peros” ni mires las circunstancias, sólo cree y Dios hará el milagro que necesitas en su tiempo y de acuerdo a su perfecta voluntad.


         Ana María  Frege Issa
                 CVCLAVOZ    

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