
Un capitán de barco, en cierta ocasión, explicó la forma de navegar en un tifón: “Localizamos el centro y damos vueltas alrededor de este eje. Vamos estrechando progresivamente el círculo hasta llegar al centro, donde hay una calma absoluta. ¡Allí estamos seguros!”
De igual manera, en nuestras vidas pueden surgir muchos tifones, Dios puede permitir que se levanten vientos violentos y que amenazan con destruirnos, pero si vamos al centro de la voluntad de Dios y permanecemos ahí experimentaremos una paz absoluta.
Por muy fuertes que sean las pruebas que experimentamos, la voluntad de Dios siempre será perfecta para nuestras vidas. No nos servirá de nada querer atravesar los vientos para escapar de ellos, por el contrario, en el intento podríamos fracasar y salir gravemente heridos.
Hay muchas cosas que no entendemos, no comprendemos por qué Dios las permite; puede tratarse de una enfermedad, de problemas familiares, económicos, laborales y en ocasiones hasta más de uno, pero sin importar cuán fuertes soplen los vientos el secreto está en ir al centro de la tempestad.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3 (RVR 1960)
Cuando veas que la tempestad se levanta alrededor tuyo, busca a Dios, confía en Él y su perfecta voluntad porque solamente ahí podrás permanecer seguro y disfrutar de su paz.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
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