
¿Pero qué pasa cuando estamos en medio de una situación incierta y nuestra fe empieza a menguar? Corremos un gran riesgo, ya que no tener fe nubla nuestra visión espiritual, incitándonos a abandonar los caminos de Dios porque no vemos su ayuda.
Precisamente, Dios no hará lo que nosotros creemos que necesitamos, sino lo que será mucho mejor para cada uno de nosotros y lo que aportará a nuestra madurez espiritual para gozar en la eternidad.
Hay personas que llegaron a Dios y a medida que pasaba el tiempo experimentaron pruebas y eso fue motivo para abandonar la decisión que hicieron e incluso empeorando su condición, ¿qué pasó con ellos? Juan 15:5 dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” El que persiste a pesar de las penumbras verá y sentirá los frutos buenos.
Si estuvieres bajo cualquier circunstancia difícil ya sea que no tienes aún un empleo fijo o un ser querido partió, o lastimaron tu corazón, te animo a que permanezcas en Dios, aunque no veas la respuesta cercana, confía que Él está entretejiéndola bendición y que serás recompensado/a por permanecer firme en la fe.
Examina tu corazón y pídele a Dios que te haga fuerte si estás débil en la fe.
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario