
He aquí una historia, no una de ridiculizaciones y burlas, sino una de amor y gratitud. A Dios sea toda la gloria siempre, incluso en las derrotas, esas que nos hacen más fuertes, más aprendidos, más valientes.
Todos hemos pasado por problemas, frustraciones, soledad, pobreza, enfermedad, pero ¿cuántos de nosotros durante ese tiempo le hemos dado gracias a Dios por lo que estábamos pasando? Es fácil darle gracias a Dios cuando estamos alegres y cuando la situación está bien, pero cuando las cosas no están a nuestro favor nos deprimimos y hasta nos enojamos con Dios; son contadas las personas que le dan las gracias.
Job fue de esos pocos, un varón íntegro y fiel a Dios que en un solo día perdió a su familia, sus bienes materiales y enfermó, pero aun así él nunca maldijo a Dios, no le reprochó lo sucedido, ni se enojó con Él, al contrario, le dio las gracias y reconoció su grandeza.
Al igual que Job y David Luiz debemos ser agradecidos en todo tiempo. Estoy consciente de que las pruebas que podemos estar pasando pueden ser muy fuertes, pero si éste jugador, en medio de miles de personas y tras esa derrota pudo ponerse de rodillas y agradecer a Dios, nosotros también podremos hacerlo. Lo mejor que podemos hacer es darle gracias a Dios y pedirle que nos ayude a superar este problema y salir victoriosos.
“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Efesios 5:20 (RVR 1960)
Dale gracias a Dios en todo tiempo y no sólo cuando estés feliz.
Lourdes Villarroel
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario