domingo, 7 de febrero de 2010

ACERCANDOME AL REY



Aliento

Parte de nuestro papel como miembros de una familia es ser “fan” de esos con los que vivimos.

Debemos ser el animador número uno de nuestro cónyuge e hijos. A cambio nuestros hijos y cónyuge esperan que tengamos éxito en cada esfera de nuestra vida.

¡A-L-I-E-N-T-O quizá sea la mejor palabra que uno puede aprender para dar ánimo!

A
es para apoyar con entusiasmo las cosas importantes de los miembros de su familia, arreglando su agenda para dedicarles tiempo.

L
es para decirles: La próxima vez lo lograrás.

I
es para ir a su lado, mostrar compasión, abrir las líneas de comunicación y caminar la segunda milla.

E
es por entendimiento al establecerse como equipo y recibir a los amigos de sus hijos.

N
es para no rendirse y modelar una actitud positiva.

T
es para tomar tiempo para los abrazos y los elogios.

O
es para orar por los hijos y fortalecerlos mediante la Palabra de Dios.

Debemos aprovechar cada oportunidad para dar aliento. El aliento es oxígeno para el alma.

Hebreos 3:13
Mientras dure ese “hoy” anímense unos a otros cada día.

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